‘Ready Player One’ y el triunfo de los sedentarios virtuales

Steven Spielberg es uno de esos directores que han legado imágenes permanentes a nuestro inconsiente colectivo, aun aquellos que no gustan del cine han sido expuestos a ellas. Piensen en la música de Tiburón, la llega del T-Rex en Jurassic Park o el desmbarco en Normandia en Rescatando al Soldado Ryan, sólo por nombrar algunas. El cineasta es sinónimo de cultura pop. Así que juntar su firma con la historia narrada por la novela Ready Player One parece ideal.

El resultado llega este fin de semana a las salas de cine y, como dicta la cultura pop, los comentarios antes del estreno oscilan entre obra maestra y tomadura de pelo. Dos de nuestros colaboradores se sentaron a discutir al respecto.

Que inicien las hostilidades:

JJ Negrete (@jjnegretec): Algo que inmediatamente llama la atención de la película es la noción de realidad virtual –o “realidad aumentada”– como un aniquilador de la experiencia corporea, la creación de un oasis digital minuciosamente diseñado y creado al antojo del fanboy y del geek, tribus que han ganado amplio poder en la taquilla y por lo tanto, en los estudios cinematográficos y sus ejecutivos sedientos de dinero. Spielberg es un cineasta con una habilidad narrativa aguda y más que probada a sus más de 70 años y esto queda demostrado en Ready Player One, que, siento, es más una derivación de los “rides” o atracciones de parques de diversiones que una película lograda en las ambiciosas ideas que busca explorar. ¿Qué opinas tú, Eric? ¿Si hay carnita en el asador, te tronó la palomita o es pura humareda?

Eric Órtiz (@EricOrtizG): Basta ver el documental Lo and Behold, de Werner Herzog, para darnos cuenta que ese “oasis digital” tiene sus bases en algo que ya está sucediendo: la adicción a escapar de la realidad. A partir de este escenario, Ready Player One tiene una estructura derivada de los videojuegos, muy similar a lo que hizo en su momento Scott Pilgrim vs. los ex de la chica de sus sueños, de Edgar Wright. Aquí nuestros héroes tienen una misión y tendrán que superar tres diferentes niveles para completarla.

La carnita de Ready Player One –porque desde mi perspectiva, sí la hay–, viene de lo imaginativo que resultan los diversos obstáculos en esta aventura “gamer”. Spielberg aprovecha para deleitar con escenas de acción y persecuciones, un sentido homenaje a uno de sus cineastas favoritos (a mi parecer la mejor secuencia de la película), y finalmente la culminación del épico crossover de personajes de la cultura pop. Sin caer en spoilers, me parece un acierto la aparición de referencias menos obvias, porque cintas de culto ochenteras y personajes japoneses no pasan desapercibidos.

@jjnegretec: Creo que la referencia al documental de Herzog es muy clara en ese sentido. No obstante, lo que me parece atractivo de Ready Player One es que no condena al gamer ni a su cultura, sino que lo celebra y le da un espacio donde es la figura central y donde la denominada “cultura pop”, usualmente desechable y denostada en el mundo real, se convierte en información valiosísima en el contexto de Oasis, haciendo una apasionada reivindicación del sedentarismo.

Alexander Galloway, un crítico que ha estudiado la cultura digital contemporánea, asegura que los videojuegos, más que imágenes, son acciones y ahí es donde Spielberg demuestra que en esta película es un jugador de duro colmillo. Concuerdo contigo en lo imaginativo de obstáculos (particularmente “esa” secuencia que mencionas) y en general del diseño del videojuego como narrativa, pero algo que me brinca terriblemente es el CGI, creo que en ese aspecto, se sigue sin dar pie con bola. Los mundos de Oasis son más atractivos en idea que en ejecución. Por ejemplo, me viene a la mente ¿Quién engaño a Roger Rabbit? (Zemeckis, 1989), otro fantástico y ambicioso crossover que era logrado narrativa y visualmente. ¿A tí te parecieron buenos los gráficos de este videojuego?

@EricOrtizG: El concepto del libro en el que se basa Ready Player One es un homenaje al primer easter egg en la historia de los videojuegos: el nombre del creador de Adventure, en una época donde los ejecutivos no les daban crédito a los programadores. ¡Evidentemente!  Ready Player One es una celebración de la cultura popular, no por nada los villanos de la historia son parte de una corporación que representa a todos aquellos “hombres de traje” que solo ven a los fans –geeks o gamers– como signos de dólares.

En Ready Player One, los fans “clavados” (a los que les gusta diseccionar ya sea una película –desde el tráiler– o un videojuego) son los que llevan la ventaja, porque el creador del Oasis –un personaje que remite a Steve Jobs– nunca dejó de ser así a pesar de su éxito millonario; en cambio, un businessman que sólo aparenta un interés por el cine de John Hughes es el deshonesto y avaro antagonista. Asimismo, Spielberg se da tiempo para mandar un mensaje en contra de los excesos y en pro de que los adictos al oasis digital no se olviden de la realidad. Por su puesto que la cinta es sencilla y correcta, convenientemente hace que el protagonista se de cuenta que todo lo bueno que había encontrado en el Oasis (amigos, amor) no estaba nada lejos, literal y figurativamente, de su inicialmente triste realidad.

En ese sentido, Ready Player One no busca ser revolucionaria con su narrativa, tampoco con sus gráficos; no estamos, pues, ante una cinta equivalente a lo que representa Looker, de Michael Crichton, la primera con un personaje humano hecho con CGI; o la misma Jurassic Park, un hito del cine moderno con base en el CGI. Pero, como ya dije, la intención de Ready Player One es otra, más cercana al propio concepto del Oasis: un lugar donde la imaginación no tiene límite. Esa escena dedicada a uno de los maestros de Spielberg , mencionada anteriormente, logra conjugar lo mejor de las referencias cinematográficas –las personas que conocen la cinta homenajeada disfrutarán darse cuenta de lo que está a punto de pasar– con su propia historia: la actitud bonachona de uno de los protagonistas es clave en esta secuencia. Esto es prueba, al menos para mí, de que Ready Player One es más que un crossover cualquiera. ¡Es el crossover!

@jjnegretec: Sin duda más valiosa que mucho del producto que llega a la cartelera. Lo que comentas del villano, interpretado por Ben Mendehlsson, y el creador de Oasis, interpretado por Mark Rylance, es uno de los puntos más interesantes de la película en el sentido que Spielberg es ambos a la vez: agudo visionario con una visión profundamente inocente del mundo y vorazmente hábil hombre de negocios. Eso hace de Ready Player One una película volátil aunque minuciosamente calibrada y calculada, excepto en la dispersa estrategia de marketing, que me hace dudar que la película vaya a ser redituable en taquilla a pesar del sello Spielberg. ¿Se podrá convertir en un éxito de boca en boca, rebasando su sólido pero limitado nicho, o será un descalabro financiero que se convertirá en una cinta de culto como muchas de las que pululan en el Oasis? Dame razón, Eric…

@EricOrtizG: El hecho de que el estudio no haya puesto embargo para las reseñas –incluso durante la función de prensa nos permitieron usar el celulares para difundir la introducción de Spielberg como holograma– indica que justo están apostando por el boca en boca. Ya veremos qué ocurre. Yo apostaría que Ready Player One eventualmente se convertirá en una película con una gran base de seguidores, de culto pues, sin importar cual sea su desempeño en taquilla. Eso significa también que cintas como The Adventures of Buckaroo Banzai Across the 8th Dimension serán introducidas a una nueva generación, lo cual me parece valioso.

En otras palabras, Ready Player One aguarda a esos cinéfagos que naturalmente no solo se limitan a ver las entregas de Marvel o DC Comics.

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