En el botadero la encuentras como: Ferocious Freedom Female Fighters (1982)
Pregunta por ella así: ¿Tiene algo para un fan de corazón de Pimpinela Escarlata y Pasión Kristal? O si tu voceador no te guardo tu copia de Triplemanía dile que te role algo para consolarte.
Valor agregado: Doblaje ni más ni menos que de el legendario Lloyd Kaufman, creador de Troma, haciendo prácticamente todos los papeles masculinos, incluyendo al lascivo “Dr. Mengele”, así como la colección más fina de diálogos e intercambios verbales que seguro te servirán en ese ligue “rasposito”, algunos de los cuales se encuentran esparcidos en el presente texto.
–Nice Tits!
–Don’t change the subject Dr. Mengele!
Como varias de las industrias cinematográficas de latitudes orientales, la filmografía popular indonesia se disparó después de la caída de un dictador militar, en esta caso Sukarno, primer presidente de Indonesia, quién repudiaba el entretenimiento occidental. Después de su derrocamiento habría de existir una apertura radical en las políticas de importación así como subsidios para la producción local, lo que permitió un boom en la producción de películas inspiradas tanto en la mitología indonesia bajo la óptica hollywoodense como películas de aire populachero, melodramas sexualizados y dinámicos como la infame Ferocious Freedoom Female Fighters (1982) de Jopi Burnama.
–I can feel the semen rushing to his brain
La película se trata de un melodrama “golpeadito” en el que una joven luchadora debe encontrar la manera de ayudar a su pequeño hermano a pagar una operación mientras se enfrenta a una especie de grupo criminal, liderado por una luchadora más temible que Martita Villalobos y de una figura más envidiable que la de Estrellita. De tono solemne y purista, las escenas de acción escenificadas por Burnama explotan al máximo la tensión erótica entre las combativas féminas, sin igualar, evidentemente el aguerrido desparpajo de las California Dolls de la efervescente …All the Marbles (1982) del maestro Robert Aldrich.
–She’s never enjoyed sex with plastic
Aunque por sí sola, Ferocious Freedom Female Fighters resulta un mero producto de explotación, al encontrarse con ese otro gran imperio de lo barato conocido como Troma y la mente maestra de Lloyd Kaufman –responsable de las aventuras del Vengador Tóxico y el delirio de Tromeo y Julieta–, se dio a la tarea de doblar la cinta indonesia llevándola a niveles insospechados de grotesca y absurda hilaridad.
Aunque para nada una práctica nueva, el detournement cinematográfico –o séase, la práctica de redoblar un filme con fines humorísticos– provino del brillante ejercicio del situacionista René Viénet en La dialectique, peut elle casser des briques? de 1973, hilarante reconfiguración de una cinta de artes marciales convertida en una comedia proletaria a través de su doblaje, sin embargo, antes, Woody Allen en uno de sus tempranillos, What’s up Tiger Lilly? (1966) ya había hecho uso de la misma práctica, con resultados igualmente hilarantes, cambiando la trama de una película de espías, por una que gira alrededor de ensalada de huevo.
–This guy fights like Elvis
A diferencia de la sofisticación de estos dos últimos, Kaufman reescribe y resonoriza la película basándose en una salvaje ráfaga de gags profanos, vulgares y de tan mal gusto como los brutales y precisos ganchos y llaves conectadas por nuestras voluptuosas guerreras. Kaufman concibe la película como la fantasía de un lascivo adolescente, que, en un ameno viaje con drogas blanditas, encuentra en el ridículo y una cortante obscenidad elementos que subvierten el núcleo del melodrama; en la versión original el coma de un niño enfermo provocaba la lucha, mientras que en la versión de Kaufman, el puberto padeció una trombosis por un fuerte influjo semen en el cerebro al ver la lucha de dos mujeres en TV… aguas señores, porque los casos ya están llegando a los consultorios de las Farmacias Similares.
–I want to be part of the Pepsi generation
Más allá de los irreverentes one liners y la vulgaridad de los intercambios, Kaufman utiliza gags aurales para cambiar los efectos de sonido de cada golpe asestado, cambiando golpes y patadas por pitazos, pugidos, flatulencias, eructos y todo un stock de sonidos digno del repertorio del show de Lagrimita o Platanito. Asimismo, Kaufman reconoce que toda falla de la versión original representa una oportunidad para explotar la comedia, haciendo que un grupo de malhechores hagan su entrada tarareando “los santos van…”, rebautizando personajes con nombres como “suit woman”, plantear que una pelea dentro de una oficina no es más que un mero pretexto para redecorar o incluso romper la cuarta pared al hacer que las protagonistas se cuestionen el por qué están trotando en el parque al ritmo de flautas medievales tecno.
La aparente oposición entre lo visto y lo escuchado tiene su punto de encuentro en la cartcajada del espectador, inmune al drama e indefenso ante la aguda obscenidad. En este ejercicio de lo ridículo vemos a muchachonas desgreñarse sabroso, pero escuchamos a un artista único compartir su torcida visión del mundo.
–If you have a problem, put it in an envelope and mail it to angel
Por JJ Negrete (@jjnegretec)