La larga lista de historias recicladas en el cine sigue en aumento y mientras los estudios cinematográficos siguen buscando nuevas formas de contarnos algo que ya nos han contado en diversas ocasiones, ha llegado el momento de ver la película que marca el tan anunciado regreso a la pantalla grande de Tarzán, el conocido personaje que fue creado hace más de un siglo por Edgar Rice Burroughs.
Todos, o al menos la gran mayoría de nosotros, conocemos la historia del niño que es adoptado por simios en la selva africana después de perder a sus padres y que, al crecer, desarrolla diferentes habilidades que le permiten sobrevivir, tiene algunas aventuras, se descubre a sí mismo y conoce a una mujer de la cual se enamora; sin embargo, el director David Yates (conocido por haber dirigido las últimas entregas de Harry Potter) ha retomado esta leyenda con la intención de ofrecernos una versión cinematográfica definitiva cuyo principal objetivo es sorprendernos.
En esta ocasión nos encontramos a un John Clayton (Alexander Skarsgard) establecido en su mansión inglesa y casado con Jane (Margot Robbie). Los días de andarse columpiando por la selva como Tarzán han quedado atrás para el protagonista, hasta que se ve obligado a volver a su antiguo hogar sin saber que eso es parte de un elaborado plan que lo llevará a reencontrarse con un viejo enemigo, al mismo tiempo que conocerá a uno nuevo.
La trama es bastante sencilla a pesar de llegar acompañada por un diseño de producción y vestuario que recrean la época en la que se sitúa. Los efectos especiales con los que se logra crear animales son buenos, haciendo que estos luzcan muy reales, al igual que los increíbles escenarios, que por momentos nos transportan a la selva africana. Además, los personajes son adecuados sin llegar a ser sobresalientes, simplemente están ahí para cumplir con una función específica.
Por su parte, las actuaciones son cumplidoras. Alexander Skarsgård protagoniza como el aristócrata que se reencuentra con su lado salvaje, mientras que Margot Robbie como Jane es una mujer fuerte, alejada del estereotipo de la “damisela en peligro”. El elenco lo completan Samuel L. Jackson en el papel de un hombre dispuesto a arriesgarse por una causa justa, mientras se convierte en un nuevo aliado de Tarzán, así como Christoph Waltz en el papel de un sujeto ambicioso y con malas intenciones. Así, La Leyenda de Tarzán (The Legend of Tarzan) llega como una película entretenida pero predecible, que nunca consigue aportar algo nuevo.
