¡Sé hacer cine porque no tengo plata! Entrevista con Jairo Pinilla

La décimo octava edición del Macabro: Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México (Macabro FICH) tuvo como su principal homenajeado al realizador colombiano Jairo Pinilla, pionero del cine de terror y suspenso en su país natal.

Figura entrañable y atípica dentro del panorama cinematográfico colombiano, personaje de culto y alejado por muchos años de los reflectores gracias a problemas legales con las instituciones culturales de Colombia, Pinilla es un rebelde que siempre ha buscado caminos poco transitados, depender del público y no del estado para mantener su cine en las marquesinas.

Sólo así se entiende los virajes dentro de su filmografía. El thriller psicológico al interior de Funeral siniestro (1977), las aventuras ultramarinas de Triángulo dorado – La isla fantasma (1985), la mortal serpiente bajo el influjo de la marihuana de Área maldita (1980), la muerte en vida de 27 horas con la muerte (1982), las drogadictas vampiras satánicas de El espíritu de la muerte: poder satánico, el azote de la humanidad (2019) o que el laureado cineasta Ciro Guerra (Pájaros de verano, El abrazo de la serpiente) defienda el legado de Pinilla dentro del cine colombiano en el documental La venganza de Jairo (2019).

Autodidacta envalentonado y sin descanso, Jairo Pinilla pasó sus días en Macabro FICH con una sonrisa en el rostro y deseoso de conocer la reacción de los asistentes ante su trabajo. Si algo une a Pinilla con Ed Wood, un director con el que se le compara cotidianamente, no es el bajo presupuesto de sus películas sino el deseo infatigable de entregar su vida al cine.

A continuación les compartimos una breve entrevista con el director colombiano donde habla de su obra, los cambios que ha traído la digitalización cinematográfica a Latinoamérica y su deseo de advertirle al mundo sobre los efectos del satanismo.

¿Qué ha cambiado entre Funeral siniestro y El espíritu de la muerte: poder satánico, el azote de la humanidad?

Cuando yo empecé a hacer cine, me di cuenta que había que comprar película, no se podía mirar, no se podía abrir, lo que sea, porque se devela la película. Después se hacía el revelado. Son muchos inconvenientes. Había que mandar las latas, que pesan un resto, a otro país. Ese envío vale un billete grandísimo, luego cuando llegan hay que comprar otras tantas latas para sacar un positivo. Después regresar todas esas latas y encontrar un teatro donde se puedan pasar cientos de latas para checarlas. Hay que pagarle a un proyeccionista de 5 de la mañana a 5 de la tarde. Es un trabajo del carajo, luego había que pegar y cortar en una moviola. El trabajo es muy berraco.

En el año 2000, me encuentro con un susto, un espanto, que el cine se puede hacer por computadora. Yo no sabía ni enchufar un computador. Volvió a empezar Jairo Pinilla a aprender. Hijo de perra aquí se hace esto, que el programa se hace así. Se saca esto, hay que meterlo a Adobe Premiere. En Macintosh se corta con Final Cut. Haga pruebas aquí, allá.

Tuve que aprender. Sé todo lo que hay que saber del laboratorio: revelado, control de color, manejo de truca. Todo eso me tocó aprenderlo porque no tengo plata. Sé hacer cine porque no tengo plata.

¿La revolución digital es buena para el cine latino?

Es muy buena porque agiliza y economiza mucho dinero. No hay que revelar, ni hacer nada más, si se le daña a uno algo, pues se borra y juega. En el cine convencional, si grabas y quedó mal, de todos modos se sacan las copias que quedaron mal, hay que hacerlo todo. Es un problema, sin embargo, esta facilidad es un peligro para mi. Esa facilidad se torna en un peligro para que se acabe la palabra séptimo arte. El cine se llama séptimo arte porque es una berraquera hacerlo.

Sí yo vengo aquí, o a donde yo vaya, y veo tres chinitos haciendo cine con un celular están prostituyendo el cine. Segundo, estoy viendo muchas películas en televisión, americanas, sin movimientos de cámara, no puede tener nadie la cámara quieta. Esa es la base del séptimo arte: ¡que la cámara no se mueva! Así vayas para un lado o para el otro. Así se mueva el camarógrafo, para eso inventaron el steadycam, las grúas o los drones. ¿Qué pasa, hermano?

Todos esos inventos se hicieron para que la cámara se mueva, ahora vienen cuatro animales y comienzan a mover la cámara como un berraco. ¿Qué cine habrá ahí? El secreto del cine es que la cámara no se note haciendo el registro. La cámara debe ser imperceptible. Aun cuando alguien habla y contesta otro, se cambia de eje a eje la cámara, no se coge la cámara, eso es anti ético, anti cine, anti todo.

Le digo y le suplico a la mayoría de los que quieren hacer cine que no se tiren, que no prostituyan al cine.

Hay varios peligros, realmente, en la destrucción de la producción de cine, que se vaya al piso la producción de cine y el verdadero cine se acabe. Uno de ellos es que hay gobiernos que apoyan con dinero las producciones cinematográficas que no tienen idea del cine, le dan un dinero a cierta persona y a esa persona no le importa si funciona la película, ¿Qué no funcionó? Sáquela, no pasa nada, no pierde nada. En cambio a mi sí me ha tocado sacar la plata de mi bolsillo como sea, cantando, bailando, haciendo mil vainas, para poder hacer una película que no puede fallar porque si falla me jodí, me fui al piso. ¿Por qué? Porque nadie me regala la plata, a muchas otras personas se la están regalando. Les importa un bledo si sacan un bodrio de película, una porquería.

Y en medio de esa revolución digital, decidiste hacer una película en tercera dimensión. Imagino que la filmación en tercera dimensión sólo añadió capas de dificultad al proyecto.

En Colombia nadie lo hace. Por eso es que yo me atreví, comencé a aprender cómo se hacían las cosas en el computador, como se llamaba el programa, esto otro. No puedo caminar para adelante sólo ver caminar a los demás, yo he tenido una mentalidad diferente en ese sentido. Quiero hacer cosas diferentes, raras, una película diferente, ¿cuál? Si todo mundo está haciendo esto, yo no soy todo el mundo. Haré algo nuevo. La primera película digital la hice en Medellín, Colombia, se llama ¿Por qué suenan las campanas? No la pude exhibir porque no había proyectores digitales, me tuve que esperar hasta que hubiera proyectores con DCP. No la he estrenado todavía. Mientras esperaba, empecé a producir la tercera dimensión.

Me metí en una vaina que nadie hace, hago cosas que nadie hace, si me salen mal pues bueno me salieron mal. ¿Qué importa?

¿Qué llama su atención para decidir hacer una película?

Siempre está variando. Yo empecé con Funeral siniestro, ahí el miedo era con el ataúd. Voy ver qué otra cosa me da miedo, ah, una culebra. Si veo una me escondo debajo de la cama o me subo a un poste, entonces haré una película con una culebra, Área maldita. Luego 27 horas con la muerte, siempre cambio de estilo. Triángulo de oro, diferente. Busco algo diferente, voy a meterme al mar, voy a filmar de un barco a otro. Hay que variar porque todo mundo filma las mismas cuatro cosas: en casa de la señora, llora la muchacha del servicio que está enamorada del patrón. Los temas son los mismos, hermano.

¿Así decidió hacer una película sobre satánicos?

Estoy viendo que el mundo está siendo invadido por las influencias satánicas, hermano. Yo me di cuenta, hice investigación, fui a varios sitios para averiguar cómo es la cosa aquí y allá. Me di cuenta que se presentó una reacción de la naturaleza, no digamos de Dios porque él no castiga a nadie, uno se castiga asimismo con su proceder. En este caso se presentó la reacción de la naturaleza contra un país que está utilizando mucho la brujería. Es grave y el país casi se destruye, fue el terremoto de Haití. Ahí manejan mucho el vudú, eso es brujería.

En todo el mundo, el personaje que quiere subir al congreso para ser presidente va a donde la bruja para que le echen tabaco y lo ayuden. ¡Todo lo quieren hacer con brujería! Que la pelada quiere conquistar al muchacho de la esquina porque es muy querido pero tiene una hija, le hace brujería para conquistarlo. Todo quieren hacer con brujería y, en este momento, la mayoría de las cosas que están pasando en el mundo es porque son manejadas por brujería.

Por eso puse esta película (El espíritu de la muerte: poder satánico, el azote de la humanidad) para que vea lo que le puede pasar a un man que le están haciendo brujería, se vuelve de malas, se vuelve seco, la hija se mata. El despelote, puras desgracias.

Hay más aún, hubo un ejemplo muy palpable en Colombia: un man que se ganó la lotería porque fue a un sitio satánico, le dieron un número y el tipo se volvió loco, quemó toda la plata, renunció al puesto que tenía y golpeó al gerente, toda la cosa. Después, fiesta todos los días, ya no era los fines de semana que bebía con todos los amigos, sino todos los días. Los amigos venían que présteme plata, présteme plata y se le acabó la plata al año. ¿Qué pasó con eso? Lo perdió todo, cuando quiso conseguir puesto, nadie le dio puesto porque le pedían una recomendación de su puesto anterior, no podía pedirla porque mandó al carajo al gerente donde trabajó. Eso ganó por conseguir la plata por el satanismo, lo que el satanismo hace es desgracia.

En la película lo dicen: Satanás es el precursor del terrorismo, es terrible. El terrorismo lo maneja Satanás. El incendio de la Catedral de Notre Dame, los muertos y sus vainas, son manejadas por Satanás y cada vez es peor porque está cogiendo un arma poderosa: la droga. La droga nos atonta, se está tirando la mente de la humanidad. Una persona no le importa, si la mamá no le da, llegar a la casa y matar, ¿por qué? Por droga, qué pasa, hermano.

Hay que hacer películas con cierta moral, que le enseñen a la humanidad. ¡Ojo con lo que está pasando, hermano, pilas! Todo el mundo entra a ver una película y es una cantidad de muertos, una ametralladora mata a no sé cuántos. Todo es violencia y violencia, el mundo se está impregnando de violencia por el satanismo.

¿Cómo se siente de la retrospectiva dedicada a sus películas en Macabro FICH?

Me siento feliz, satisfecho, me siento admirado de ver que hay personas interesadas en que la industria del cine no vaya a sucumbir, que salga adelante. En este momento, desde que llegué, veo que Macabro va para arriba como una berraquera. Admiró cada vez más a Edna, ¡es una berraca!

Por Rafael Paz (@pazespa)
Fotografía cortesía Macabro FICH.

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