Una saga criminal al estilo Chabelo: Los Bicivoladores

Título Original: The BMX Bandits (1983)

Pregunta por ella como: “¿Tiene algo de bicicross?” o “Quiero una película de acción australiana más cabrona que Mad Max”.

Valor agregado: Debut en pantalla grande (y en bici de dos ruedas) de Nicole Kidman.

"Mira mamá…como en la AAA”

Australia es un país que en las últimas décadas se ha caracterizado por la implosión cultural que ha vivido. Desde la absorción de la cultura popular norteamericana, su herencia cultural mixta que conlleva una extraña mezcla de aborígenes australianos y mercaderes anglosajones e irlandeses en el S. XV y la exportación de auténticos iconos al mundo mainstream: Mel GibsonCocodrilo Dundee y Rusell Crowe. Asimismo, Australia se caracteriza por un fuerte legado de criminalidad y asesinos seriales, reflejados en cintas de reciente factura como Reino Animal (Animal Kingdom, 2010) y Snowtown (2011), que recientemente causó furor en Cannes debido a su naturalista y brutal representación de un asesino serial a mediados de los 90 en Australia.

Mezclando estos grandes cosmos de la vida cultural australiana, en el año de 1983, Australia se dio a la tarea de regalarle al mundola historia de un grupo de ciclistas pubertos, una banda conocida como los BMX Bandits (no, no es una banda de folk rock). Encabezadospor dos representantes de la población australiana: un anglosajón y uno con rasgos aborígenes, garantizando el acercamiento de todo el público a esta película. Súmele a la ecuación el debut de la entonces virgen Nicole Kidman, quien a sus 16 años actuaba elprimer estelar de su carrera. Para el público latinoamericano, la cinta en cuestión  es Los Bicivoladores.

Desafiando a la gravedad, un pedaleo a la vez

El título en español obliga a la cinta a cumplir una promesa, aquella de entregar montones de escenas en las cuales podamos apreciar acrobacias realizadas en bicicletas de montaña.

La espectacularidad que promete el título se ve bizarramente acentuadacon efectos de sonido de “fuishhh” “guaaammm” y “fiiiiu” al más ligero movimiento de las ruedas. Amén de decir que los soniditos que parecen sacados de un videoclip de Magneto o Mercurio hacen majestuosa presencia cada vez que una de las bicicletas se eleva a escasos metros sobre el suelo.

El uso tendenciosamente espectacular de la bicicleta deja entrever una falsa madurez por parte de los personajes principales, como niños que venden crack, buscan un medio para demostrar su “adultez” sin abandonar los símbolos fundamentales de infancia. La bicicleta es un medio que expresa el primer paso de la independencia del niño con respecto a los padres, la renuencia de Los Bicivoladores a abandonar y refinar este medio, habla de su irremediable estado mental de inmadurez emocional. Inmadurez reflejada en la resolución final de la película.

“Lobitos Malos”, Policías Inexistentes y Gerentes Bufonescos…así es el gobierno australiano

Esta historia y sus personajes parecen haber sido diseñados por un niño de 11 años con Trastorno de Déficit de Atención. Aunado a las ya comentadas proezas ciclistas, Los Bicivoladores carece de personajes adultos con criterio, padres inexistentes en la trama, policías chismosos, el clásico par de ladrones simplones e idiotas (a la Chespirito) y gerentes de supermercado utilizando shorts y calcetas (costumbre australianaa la cual Mel Gibson es adepto), no es de extrañar que el mundo de los bicivoladores sea uno en el que el delito principal de la cinta no involucra drogas, armas, chips de inteligencia, archivos de gobierno o prostitutas asiáticas, sino….walkie talkies. Así es, la mercancía que llega a manos denuestros pueriles héroes es una caja llena de walkie talkies que un grupo de ladrones utilizarán para un robo.

Cabe mencionar que al inicio de la cinta, estos mismos ladrones cometen un atraco utilizando máscaras de “El Lobo” y “Los 3 cochinitos”, sentando el tono infantil de toda la trama. Los Bicivoladores es la fantasía del mundo infantil, el final del período de latencia de Freud (cuando los dos ciclistas protagonistas implican que quieren limpiarle las visagras a la peludita Nicole Kidman) y la banalización de la seriedad en símbolos arraigados de autoridad patriarcal.

"Mi Bici y yo…Los años maravillosos”

La dependencia a la pedaleada es evidente en el desarrollo de los bicivoladores. Vemos bicicletas irrumpiendo en centros comerciales, privando personas de disfrutar una tranquila cena en un restaurante, devastando zonas de construcción, aplastando tumbas en cementerios, rayando pasamanos e incluso, tomando parte de un partido de rugby y hasta en el tobogán de agua, realizando el sueño húmedo de toda una generación: llevar su bici a Tepetonguear.

Este uso casi obsceno de la bicicleta encuentra su climax en una secuencia de persecución que dura 20 minutos, una tarea que ni Michael Bay podría cumplir. La secuencia es caricaturesca, digna de la cultura “Beta” de los años 80, adultos idiotas contra niños inteligentes, con una musicalización digna de programas de la talla de Sopa de Videos o Ay Caramba! la irrupción de la bicicleta como un símbolo de inmadura anarquía.

Ya salió el peine…Nicole Kidman era de Puerto Rico

Si usted es de los afortunados que consiga esta película en su versión doblada al español (como la admiró un servidor), podrá deleitarse con las actuaciones vocales de un grupo de actores dominicanos y puertorriqueños que difícilmente volverían a encontrar un trabajo vocal después de tan atroz desempeño en esta cinta. Frases como “¿Quihubo con mi guagua?” y “Dale candela chinita” encuentran cabida en una película australiana con esta temática. Difícilmente volveremos a oir a Nicole Kidman hablando con un delicioso acento venezolano.

Cuando el gordito ridiculiza al criminal, Venganza Infantil.

Este sinsentido llega a su punto más álgido cuando la resolución final de la cinta se resuelve no en una gran batalla con revolveres,  explosiones o armas químicas, sino…con harinazos. Sin duda estamos frente a un material que evita toda confrontación directa con la famosa criminalidad y sadismo australianos, una diversión oportunista (para 1983) diseñada por fantasiosas mentes infantiles de adictos jugadores de Atari que fantaseaban con resolver crímenes que no representaban una amenaza directa para todas sus sesiones masturbatorias mentales, en las que el crimen cede al poder de la harina, el jabón y la espuma. La respuesta de una generación inepta a una problemática compleja, bicicletas que vuelan.

Inteligencia Criminal Australiana…gracias a ellos existe “Cocodrilo Dundee”

Por JJ Negrete

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