Quentin Tarantino, el perro de restaurante

La primera escena en un largometraje dirigido por Quentin Tarantino sucede en un restaurante; un diner, como el guión original de Perros de reserva (Reservoir Dogs, 1992) indicaba. Lo mismo sucede con la secuencia inicial de Tiempos Violentos (Pulp Fiction, 1994), segundo filme en la carrera de Tarantino, quien actualmente ofrece seis entregas más (sin contar colaboraciones o guiones): Jackie Brown (1997), Kill Bill Vol. 1 & 2 (2003, 2004), A prueba de muerte (Death Proof, 2007), Bastardos sin gloria (Inglourious Basterds, 2009) y Django sin cadenas (Django Unchained, 2012).

A lo largo de 20 años, Tarantino ha trabajado en diversos géneros y con un gran número de actores, nunca dejando a un lado un sello característico en donde los restaurantes y la comida no se han ausentado en ninguna entrega, algo que ni siquiera Samuel L. Jackson, su actor predilecto, puede presumir. “Encuentro las escenas en restaurantes como rituales. Uno de los inconvenientes de hacer una cinta sobre esclavitud en el sur de la pre-guerra es que no puedo poner a mis personajes en un restaurante para que discutan la trama”, le reveló Tarantino al crítico Elvis Mitchell, a pesar de que en Django sin cadenas el Dr. King Schultz (Christoph Waltz) y Django (Jamie Foxx) sí discuten parte de la trama dentro de un bar/restaurante (donde sirven desayunos), mientras beben un tarro de cerveza.

Si nos remontamos a Perros de reserva, no encontraremos algún close-up o diálogo sobre alimentos o bebidas, pero ahí comienza el tour Tarantino por varios tipos de restaurantes. En la secuencia que da inicio a la cinta, la cámara de Tarantino se mueve alrededor de la mesa donde los “perros” se encuentran terminando de desayunar; sólo beben café mientras se desata una memorable discusión sobre el trabajo de las meseras e incluso se menciona otro restaurante, donde los clientes no tienen que dejar propina: el fast-food por excelencia, McDonald’s. Tarantino tiene una peculiar atracción por el menú clásico de los fast-food (hamburguesa, papas y refresco), pero de eso se hablará más adelante.

Perros de reserva tiene una segunda escena dentro de un restaurante, que funciona como punto de reunión entre Mr. Orange (Tim Roth) y su superior. Vemos una conversación y de ahí parte un flashback, pero sobre comida no hay nada, sólo se ve de lejos lo que el superior ordenó previamente, aunque esto carece de relevancia. Eso sí, los personajes están sentados en un gabinete, el tipo de mesa que Roth volverá a usar, ahora junto a Amanda Plummer, en Tiempos violentos.

Antes de que Misirlou suene en los créditos iniciales de Tiempos violentos, una vez más vemos el final del desayuno de los personajes. No hay comida visible pero, a diferencia del inicio de Perros de reserva, aquí sí vemos a una mesera rellenando la taza de café (algo que le hubiese gustado al anti-propinas Mr. Pink) de Yolanda (Plummer), quien le pone azúcar por montón. Ringo (Roth) y Yolanda son una pareja que planea robar el restaurante porque, según ellos, nadie se espera algo así (aunque la realidad nos podría decir lo contrario). Su discusión previa vuelve a tocar el tema de los meseros (“ninguno va a tomar un balazo por la caja registradora”); nos queda claro que el trabajo de mesero es pesado en todo sentido y el riesgo de ser atracados bien se pudo añadir a las razones para dejar propina, discutidas en Perros de reserva (que obviamente incluyeron el bajo salario).

El segundo restaurante mostrado en Tiempos violentos es temático: el Jack Rabbit Slim’s, con un estilo de los 50, donde los meseros están disfrazados de leyendas como Buddy Holly y la música que suena es de Chuck Berry. Por primera vez vemos a los personajes de Tarantino mirando el menú; antes lo más cercano había sido ver a Vincent Vega (John Travolta) escoger entre tres tipos de heroína. De hecho, con Vincent y la esposa de su jefe, Mia Wallace (Uma Thurman), tenemos todo el ritual que se hace para ir a un restaurante lo suficientemente asediado como para necesitar una reservación. La selección de ambos resulta muy simple: Vincent ordena bistec y Coca-Cola de vainilla, mientras que Mia pide una hamburguesa y malteada.

La última parte de Tiempos violentos regresa a los desayunos, aunque uno de ellos queda en nuestra imaginación (el que iban a compartir Butch y su novia Fabianne). El otro nos regresa al restaurante de la primera escena, el Hawthorne Grill, donde Vincent y Jules (Jackson) discuten por qué este último no come ningún alimento derivado del puerco. Vegetariano gracias a su novia, Jules no está peleado del todo con la carne pero evita comer puerco, ya que es un “animal sucio”.

Siguiendo con los restaurantes, en Kill Bill Vol. 1 la novia (Thurman) viaja a Okinawa, Japón, donde la leyenda viva Hattori Hanzo (Sonny Chiba) ha jurado no volver a construir una espada y ahora tiene un negocio de sushi (en el volumen 2, Bill hace referencia a este nuevo oficio de Hanzo). En A prueba de muerte Tarantino nos lleva a Austin, al Güero’s Taco Bar, donde sus protagonistas buscan margaritas y comida mexicana. Llaman la atención, más que las bebidas (nunca vemos algo más), los posters de películas que adornan el lugar: El carnaval de la muerte, La más increíble aventura de Tarzán, Morir para vivir, Las tres Elenas, En carne viva, entre otras.

Además, en esta cinta vuelve a crear una escena muy similar a la primera en Perros de reserva, filmando una mesa de restaurante donde las protagonistas hablan de cualquier cosa menos de comida (tampoco sobresale qué platillos degustan).

Pasando a la “trilogía histórica”, Tarantino utiliza un pequeño café y un restaurante lujoso parisino en Bastardos sin gloria. En este último, encontramos a Joseph Goebbels con su amante y, extrañamente, un perro, bebiendo champaña y discutiendo negocios. En Django sin cadenas vuelve a filmar de una manera parecida a la de Perros de reserva y A prueba de muerte, no en un restaurante pero sí mientras los personajes, entre ellos Django, escuchan a Calvin Candie (Leonardo DiCaprio) y comen (una esclava tiene un elote y Django un pan, que se come con cierto coraje gracias a las palabras de Candie). A pesar de que los restaurantes nunca han faltado, en ocasiones los momentos más relevantes que involucran comida no suceden en estos establecimientos.

El “Royale with Cheese” de McDonald’s y las Big Kahuna Burgers

El primer contacto del cine de Tarantino con el mundo de la comida rápida es un tanto extraño. En Perros de reserva, Mr. Blonde (Michael Madsen) arriba a la bodega después del exitoso pero muy violento robo con un refresco; un vaso clásico que bien pudo salir de un McDonald’s. Después de matar a civiles y huir de la policía, Mr. Blonde al parecer se dio tiempo de pasar por su refresco y comerse unas papas. “¿Se te olvidaron las papas para acompañar la soda?”, le dice irónicamente Mr. White (Harvey Keitel), a lo que Mr. Blonde le dice “no, esas ya me las comí”.

Este diálogo no llega a ser tan popular como la discusión entre Vincent y Jules sobre McDonald’s, de Tiempos violentos. Tarantino crea una conversación de diferencias culturales y aprendemos que en Europa se puede beber cerveza en los McDonald’s, sumergen las papas a la francesa en mayonesa, la Big Mac es Le Big Mac y la hamburguesa Cuarto de Libra es conocida como Royale with Cheese, por aquello del sistema métrico.

La plática sucede dentro de un carro, aunque minutos después finalmente vemos una hamburguesa, tal vez mostrando otra diferencia cultural, ya que no creo que en México alguien desayune a las 7 AM una hamburguesa con papas y Sprite. En Estados Unidos, algunos McDonald’s operan las 24 horas y, en el mundo de Tarantino, también lo deben hacer los locales de Big Kahuna Burger (sí, Tarantino inventó una marca de hamburguesas). Lo curioso de esta escena es que Jules y Vincent están haciendo su trabajo de matones pero eso no les impide hablar de y probar comida (Jules le da una gran mordida a la Big Kahuna y bebe del Sprite de una de sus víctimas); hasta este punto se ha hablado de muchas cosas en los restaurantes pero no de comida, algo que sí se hace cuando, se supone, veríamos un trabajo de gangsters.

En Tiempos violentos la hamburguesa vuelve a aparecer, ahora en el restaurante temático. Como ya se mencionó, Mia se va por lo más sencillo del menú y pide una Durward Kirby Burger. Pero será hasta Jackie Brown cuando Tarantino finalmente le dé cabida al tipo de restaurante que mejor representa la idea de la comida rápida: aquel pequeño, instalado dentro de la zona de comida de un centro comercial. Un encuentro importante entre personajes de Jackie Brown se da en esta zona de comida, aunque no vemos restaurantes famosos: ni McDonald’s, Wendy’s, Burger King o Jack in the Box (todos mencionados en Tiempos violentos). Eso sí, antes de pasar a su aún incompleta “trilogía histórica”, Tarantino no pierde la oportunidad y hace una autorreferencia a la Big Kahuna Burger en A prueba de muerte, siendo hasta ahora el último momento relacionado con la comida rápida.

Closeup a la comida

En Jackie Brown el traficante de armas Ordell (Jackson) planea asesinar a Beaumont, un empleado que probablemente lo entregue a la policía para así evitar la cárcel. Si quiere que el asesinato suceda como lo planeó, Ordell necesita convencer a Beaumont para que viaje en la cajuela de su automóvil, algo que luce imposible hasta que la comida sale a relucir. Beaumont acepta viajar de esa manera después de que Ordell le promete una visita al restaurante Roscoe’s Chicken and Waffles, donde habrá arroz, frijoles y salsa, entre otras cosas. Básicamente, un hombre deja de desconfiar y entrega su vida por una buena comida.

En el cine de Tarantino la comida juega un papel tan importante, que uno de sus personajes más fuertes tanto mental como físicamente, Pai Mei de Kill Bill Vol. 2, muere al comerse unas cabezas de pescado envenenadas. El mismo Pai Mei se muestra satisfecho con su mejor alumna, La Novia, cuando ésta logra comer arroz con palillos después de que sus manos destrozadas por el arduo entrenamiento no se lo permitían.

Desde Tiempos violentos ya se jugaba con esto: Butch (Bruce Willis) espera a que la tostadora haga ruido para dispararle a Vincent, por ejemplo. En el capítulo 1 de Kill Bill Vol. 1, la ex asesina a sueldo Vernita Green (Vivica A. Fox) usa una caja de cereal para esconder la pistola con la que le dispara a la novia, mientras que en Django Unchained, el afroamericano racista Stephen (Jackson) pone de pretexto el postre (pastel blanco) para que su amo Candie le haga caso y así informarle sobre las verdaderas intenciones de Schultz y Django.

Otros momentos extraños pero memorables incluyen la decisión de Hans Landa (Waltz) de tomar leche y no vino en el capítulo 1 de Bastardos sin gloria, y ver a Bill (David Carradine) cortarle las orillas al pan Bimbo para una cena de sándwiches en el capítulo final de Kill Bill Vol. 2. Dos tomas recientes de comida, en Bastardos sin gloria y Django sin cadenas, han llamado mucho la atención, aunque antes Tarantino le hizo un closeup a Kurt Russell mientras se devoraba unos nachos en A prueba de muerte.

Una tensa secuencia entre Landa y Shosanna, de Bastardos sin gloria, mostró un aparentemente delicioso strudel con crema. Landa llega al lujoso restaurante parisino para discutir la seguridad del cine de Shosanna, donde se proyectará la nueva película nazi de Goebbles, Nation’s Pride, no sin antes ordenar un par de strudels. Landa toma el control de todo, ordena por Shosanna pero se muestra “preocupado” porque la joven no se pierda la experiencia total del strudel: sin crema no sabe, así que Landa la ordena, espera a que la sirvan (la cámara sigue esto con closeups), le dice a Shosanna “no se te olvide la crema”,  aunque finalmente ninguno se come el strudel completo. Vemos tomas similares en Django sin cadenas, cuando la cámara sigue de cerca los dos tarros de cerveza que Schultz sirve (para él mismo y Django), usando un palito para remover la espuma.

Is that a tasty beverage or is that a tasty beverage? – Las bebidas de Tarantino

Durante el capítulo “Operación Kino” de Bastardos sin gloria, el personaje de Michael Fassbender nos regala el diálogo perfecto para introducir el apartado final de este texto: “hay un lugar reservado en el infierno para las personas que desperdicien un buen scotch”. Tarantino lo sabe y en su cine se revela como un gran bebedor, no por nada en A prueba de muerte se dio a sí mismo el papel de bartender, disfrutando cada gota de whiskey y la compañía de hermosas mujeres.

A lo largo de sus ocho largometrajes hay un sinfín de momentos donde algún personaje bebe ya sea café o alcohol. Tarantino crea escenas así casi por inercia, basta ver en Bastardos sin gloria la escena donde Landa le sirve a Aldo Raine (Brad Pitt) y al basterd Little Man (B.J. Novak) un par de bebidas aunque los tenga a ambos de prisioneros, con las manos atadas. O la primera pelea en Kill Bill Vol. 1, interrumpida por la hija de Vernita, quien eventualmente le ofrece una taza de café a su contrincante. Otras escenas son más bien de vida o muerte: el mismo Fassbender en Bastardos sin gloria es descubierto por no saber ordenar tres whiskeys como lo hacen los alemanes, y el mandingo luchador de Candie en Django Unchained se gana una cerveza grande por matar a su adversario.

Además de toda la diversión en el bar Texas Chili Parlor de A prueba de muerte (música, cerveza, shots y, por qué no, piñas coladas vírgenes), existen más escenas memorables que involucran o giran en torno a una bebida:

  • La ya mencionada y clásica five-dollar shake en Tiempos violentos; Travolta no puede creer que la mezcla de leche y helado cueste cinco dólares.
  • Wolf (Keitel) y su frase “lots of cream lots of sugar” para el café, en la misma Tiempos violentos.
  • El coctel que prepara Budd en su licuadora, durante Kill Bill Vol. 2.
  • Franco Nero, el Django original, ordenando tequila en Django sin cadenas.
  • Calvin Candie y su frase “a beer for the man with the beard”.

Y, por cierto, tanto cerveza Sol como Corona pueden presumir su presencia en Kill Bill Vol. 2 y A prueba de muerte, respectivamente, aunque Tarantino y sus constantes referencias a México es otro tema.

Por Eric Ortiz (@ElMachoBionico)

Cómo preparar… Strudel de manzana

Ingredientes

Para la pasta:

  • 210 gramos de harina
  • 6 gramos de sal
  • 60 gramos de agua
  • 1 huevo
  • 20 gramos de aceite
  • 6 gramos de vinagre

Para el relleno:

  • 1 kilogramo de manzanas
  • 1 limón (el jugo)
  • 60 gramos de nuez rostizada y molida
  • 200 gramos de azúcar
  • 60 gramos de pasas
  • 1 limón (la ralladura)
  • 10 gramos de canela
  • 120 gramos de mantequilla
  • 120 gramos de pan molido
  • 50 gramos de mantequilla (para barnizar)
  • 50 gramos de azúcar glass para decorar

Procedimiento

Hacer una fuente con la harina y la sal. Al centro, combinar el agua, el huevo, vinagre y aceite e ir mezclando de adentro hacia afuera hasta obtener una pasta tersa.
Aparte, pelar y cortar la manzana en brunoise (cubos pequeños) y rociar con limón para que no se oxide. Derretir mantequilla y saltear las manzanas. Agregar a las manzanas canela, pasas, azúcar, nuez tostada ligeramente picada y el pan molido, una vez cocida la manzana dejar enfriar.
Extender la pasta a un rectángulo muy delgado, casi transparente, y colocar la mezcla de manzanas, envolver con la ayuda de un mantel y pintar con mantequilla.
Hornear a 180 °C hasta que se vea dorado. Una vez que la masa esté dorada, dejar enfriar.
Ya frío espolvorear con azúcar glass, cortar y servir. Se puede servir tibio acompañado de helado de vainilla o crema inglesa.

Receta por Haute Cuisine Cooking School

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