Los Cabos | ‘Wild’: El sendero femenino

Existe una noción romántica y muy propia del cine norteamericano: el road trip. La simbolización de un gradual proceso de cambio o maduración que eleva la noción del camino a un ideal aspiracional, sobre todo por que ese viaje implica un abandono material o afectivo en el que el riesgo, el peligro y la tentación de abandono se imponen como obstáculos para llegar a una actualización del ser. La actriz norteamericana Reese Witherspoon de la mano del cineasta canadiense Jean-Marc Valleé se embarca en una odisea a pie a través del mítico Pacific Crest Trail, un recorrido a través de Estados Unidos que comprende aproximadamente 1000 millas.

Jean-Marc Valleé, después de haberle echado la mano al omnipresente Mattew McCounaghey y Jared Leto ha hacerse de sus pelones de oro por El club de los desahuciados (Dallas Buyers Club, 2013), expande su alcance narrativo en temas de cariz más trascendental al tiempo que se hace de recursos mucho más austeros. El filme sin duda apuesta a reposicionar como actriz de prestigio a la güera Witherspoon, quién después de años de pésimas elecciones profesionales parece recapturar el terrenal carisma que tanto éxito le trajo en sus primeros trabajos.

Witherspoon interpreta a Cheryl Strayed (o Cheryl “La perdida”), una joven limítrofe que después de la muerte de su madre, abandona a su esposo para embarcarse en una bonita vida dominada por heroína y el sexo promiscuo hasta tocar fondo y purificarse a través de un exhaustivo caminar. Valleé trabaja con un montaje hábil y solvencia narrativa, realizando un trabajo que no rebasa el calificativo de “eficiente”. El relato, basado en una historia real, difícilmente pierde el interés a pesar de digresiones simbólicas innecesarias (el zorrito) y de sortear situaciones que podrían pericibirse como predecibles. La fortaleza de un filme como Alma salvaje (Wild, 2014) se encuentra, como en otros trabajos de Valleé, en las diadas actorales.

En este caso, Reese Witherspoon presenta un crudo glamour que abunda en actuaciones que se perfilan para candidatear al Oscar, pero que se mantiene a flote por la enorme empatía que la actriz es capaz de transmitir. Witherspoon explora áreas más grises y ambiguas, dotada de una fortaleza eminentemente femenina que contiene un trabajo físico de una expresividad realmente admirable. El personaje de Cheryl pretende presentarse como emblema feminista en más de una ocasión, citando a Joni Mitchell o Emily Dickinson en sus diarios de viaje, pero el personaje procura mantenerse caminando en un sendero más humano que político.

Destaca también la formidable presencia de una agonizantemente vivaz Laura Dern, quién interpreta a la madre de Cheryl en flashbacks y que proyecta una imagen de femineidad cálida y fuerte que es la raíz de la transformación de Cheryl, de una intempestiva adolescente a una madura mujer. El salvajismo responde a una falta de experiencia, inquietos pies que no se han movido de un reducido espacio, pero que al correr libres en largas distancias, destrozan su cuerpo, pero fortalecen su espíritu.

Por JJ Negrete (@jjnegretec)

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