Huesera (2022), ópera prima de la directora Michelle Garza Cervera, fue una de las películas que formó parte de la Selección Oficial en Competencia de la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Garza se llevó el Premio del Público en el encuentro fílmico moreliano, al igual que un par de premios en el más reciente Mórbido Fest y otros reconocimientos en festivales cinematográficos internacionales –Tribeca y Sitges–, con ello se ha alzado merecidamente con el título de “nueva promesa del cine de terror mexicano y latinoamericano”.
La cinta cuenta la historia de una mujer joven que lleva tiempo intentando embarazarse, cuando logra su cometido comienza a tener una serie de visiones perturbadoras que poco a poco la hacen caer en una espiral de terror, desesperación y locura sin que alguien le ayude a hacer algo para recuperar su tranquilidad. Cuando por fin encuentra apoyo para su problema de origen sobrenatural, la chica se ve obligada a tomar medidas desesperadas al recurrir a personas que se especializan en lidiar con fuerzas oscuras y mientras su embarazo avanza, comienza a cuestionarse sobre su maternidad a raíz de los horrores que la acechan.
Durante el reciente FICM, platicamos con Michelle Garza Cervera sobre su primer largometraje, su inspiración para hacerlo y otros temas alrededor del mismo, además de su particular visión del cine de terror.
Butaca Ancha (BA): ¿Por qué decidiste abordar el tema de la maternidad desde la perspectiva del cine de terror?
Michelle Garza Cervera (MGC): Era una preocupación que yo tenía de manera muy personal y que me trastoca la vida en muchos sentidos, a través de ser una mujer llegando a los 30 y cuestionándome si yo quería o no esa vida doméstica.
Desde que empecé a hacer cine, hacía cine de terror porque soy fan. Poco a poco fui abrazando al cine de terror cada vez más y empezó a ser un reto encontrar cómo abordar las preocupaciones que tengo en lo más personal a través de este género, me fui dando cuenta de lo amplio y lo vasto que es para hablar de lo más complejo de nombrar y de conversar entre seres humanos. En cuanto me di cuenta de ese poder que tiene el horror, pensé ‘qué mejor que hacer mi ópera prima dentro de este género’.
BA: ¿Cuáles fueron tus referencias cinematográficas al momento de hacer tu ópera prima?
MGC: Una cineasta que me inspira mucho es Lynne Ramsay (Small Deaths, Morvern Callar, We Need to Talk About Kevin, You Were Never Really Here), que a pesar de que no ha abrazado al horror tal cual, sí usa mucho del género en sus películas, ella ha sido muy prolífica en su forma de narrar, es una cineasta que nos inspiró mucho a mi fotógrafa y a mí por su puesta en cámara y por el uso del sonido también.
BA: ¿Cómo llegaste al horror corporal para contar esta historia en la forma en la que querías hacerlo?
MGC: Desde un inicio yo sabía el tema del que trataba la película, entonces eso poco a poco se fue cocinando y llegué al mito de La Huesera, al encontrar el tema de los huesos y las fracturas me di cuenta de inmediato del poder que tienen la imagen y el sonido de una fractura ósea que casi resulta como la navaja en un ojo, es algo que instintivamente te hace voltear la cara y se te eriza la piel.
A la hora que encontré ese leitmotiv, construimos la entidad entera y ese aspecto ansioso del personaje que se truena los huesos. Fue ahí que dije ‘bueno, va a ser una película de horror corporal’. A través de ese proceso creativo, encontré la forma de bajar lo conceptual del tema de la película a algo que fuera tangible, visible y sonoro.
BA: El sonido se convierte en un elemento importante para generar terror y angustia a través de la situación por la que pasa la protagonista, ¿cómo se trabajó el diseño sonoro en la película?
MGC: Sin duda el proceso con el diseño sonoro fue increíble y es algo que estaba desde guión. Yo sabía que había mucho que se tenía que contar fuera de cuadro y solo a través del sonido, como directora me preocupo mucho por los aspectos sonoros del lenguaje cinematográfico y los tengo muy en cuenta todo el tiempo. A la hora de empezar a trabajar con el diseñador sonoro ya había mucho aterrizado y fue muy rico para él porque había una cajita muy definida de las reglas sonoras de la película. También quería encontrar el sonido de la cotidianidad de Valeria (la protagonista), quería encontrar cómo construir atmósferas siniestras y ominosas alrededor de ella.
BA: ¿Qué tipo de investigación hiciste sobre la brujería o cuál ha sido tu acercamiento con la brujería para poder abordarla en esta cinta?
MGC: Era muy importante reflejar una Ciudad de México que fuera lo más apegada a cómo nosotras percibimos la realidad y cómo es, vivimos en un México que tiene muchos contrastes y eso nos importaba.
Hicimos mucha investigación alrededor de diferentes tipos de brujería y fuimos a rituales de santería, wicca y chamanismo. Poco a poco fui encontrando qué era lo que yo necesitaba de esas mujeres que ya habían atravesado por el infierno que está atravesando Valeria. Hay mucha inspiración en la cotidianidad de nuestras ciudades y de nuestras familias, a partir de eso construimos para la película a estas mujeres que nosotras llamamos Sabinas.
BA: En años recientes el cine de terror ha sobresalido notablemente en algunos de los festivales fílmicos más importantes del mundo que no son especializados en dicho género y esto no pasaba antes, como Huesera ganando en Tribeca y siendo una de las películas más esperadas por muchos en el FICM, ¿a qué crees que se deba esto?
MGC: Creo que viene por oleadas y creo que tiene algo que ver con que en Hollywood tal vez notaron que este tipo de narrativas sí funcionan, entonces empezaron a permitir que llegaran cineastas como Robert Eggers (The Witch). Creo que hubo un despertar y que muchos cineastas que no abrazaban este género se dieron cuenta que también podían hablar de otras formas sobre algo cotidiano.
Igual creo que hay muchos cineastas que también ya venían con eso y antes no se les permitía acceder a cierto nivel de producción, pero eso cambió. El cine de terror nunca ha parado y ha evolucionado de muchas maneras, hay un despertar ahí y me alegra, a mí me viene como anillo al dedo.
BA: ¿Cómo fue el proceso de casting para encontrar a la actriz que fuera la ideal para interpretar a tu personaje principal?
MGC: Había visto a Natalia Solián en el teatro como Medea, y cuando salí de la obra inmediatamente la busqué en Google porque me pareció magnética, tiene algo justo en la mirada que dice algo explosivo con un pequeño cambio en una mueca. Cuando la vimos, sabíamos que ella era Valeria.
Natalia partió de su propia maternidad para su propuesta del personaje. Entonces partió de algo que es muy físico, evidente y tangible, nada conceptual. Es una actriz que parte mucho del trabajo corporal, pero lo que construye es a través del estado anímico y de la crisis interna que está atravesando su personaje.
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Huesera se estrenará comercialmente en salas de cine durante los primeros meses del siguiente año.
Por Jonathan Eslui (@JonathanEslui)