FICG | La vaca que cantó una canción sobre el futuro y el realismo mágico

El estado del medio ambiente repercute en el entorno de los seres humanos. Los cambios que presenta la naturaleza son capaces de desencadenar desde la extinción de la vida hasta una paulatina regeneración que representa la posibilidad de un nuevo comienzo, tal como lo muestra La vaca que cantó una canción sobre el futuro (2022).

La ópera prima de la realizadora Francisca Alegría traza un drama familiar integrado por la fantasmagoría que siembra desconcierto. Magdalena (Mía Maestro) resucita tras una trágica muerte y busca reencontrarse con su esposo, Enrique (Alfredo Castro) y sus hijos ya adultos, Cecilia (Leonor Varela) y Bernardo (Marcial Tagle). Todo ello en medio del curso de una devastación ecológica en la localidad.

Entremezclando realismo mágico con la trama hasta dominarla, resalta la atención a la muerte a través de cánticos y el dominio de la fauna. Alegría presta atención a detalles que remarcan el contraste entre la naturaleza muerta y los seres vivientes que pisan sobre ella, además de enfatizar su crianza. La vaca representa a la maternidad, una que refleja el estado anímico de Cecilia, quien añora de manera inconsciente a una madre que perdió de manera súbita cuando era muy pequeña. El animal anuncia un paulatino apocalipsis que también sirve como un medio catártico que enfatiza en la familia, la fertilización y el trato que recibe por parte de los granjeros para proveer leche.

vacafuturo001

La realizadora, de manera paulatina, muestra en su narrativa la ola de culpas y resentimientos que guarda la familia en torno a Magdalena, así como atisbos de aceptación sexual a través de Tomás (Enzo Ferrada), hijo de Marcela, quien siente una conexión especial con su abuela.

A su vez, entrecruza el paradigma familiar con soslayos ambientalistas. Las manifestaciones provocadas por la muerte de peces ahondan en una reflexión sobre los contrastes de la naturaleza. El guión de Manuela Infante, Fernanda Urrejola y la propia Alegría cuenta con tintes sobrenaturales que conectan con los dilemas familiares de Cecilia. Todo ello a pesar que la denuncia sobre el daño ecológico va perdiendo fuerza conforme Magdalena se mimetiza con su entorno, desvelando confidencias familiares en las que sus personajes encuentran una resolución irregular en espacio y forma.

La vaca que cantó una canción sobre el futuro desarrolla su premisa de manera precipitada. Estilística en su parte visual, traza una introspección en la que los fantasmas del pasado cobran vida, cruzando la realidad con la extrañeza y el rencor con el perdón, vislumbrando la muerte y la ascensión.

Por Mariana Fernández (@mariana_ferfab)

    Related Posts

    FICG | Para su tranquilidad, haga su propio museo: El valor de todo lo raro
    FICG | ‘Souvenir’ y la naturaleza de la maternidad
    FICG | Una ‘Infección’ ataca Venezuela
    FICG | ‘Cola de mono’ y la saturación del deseo
    FICG | Emilio Maillé sobre ‘Poetas del cielo’
    Unas vacaciones del terror en ‘Tiempo compartido’