FICG | Una ‘Infección’ ataca Venezuela

Hay pocos ejemplos de cine venezolano enfocado al terror. A lo largo de su historia, el cine hecho en Venezuela tiene pocos ejemplos para mostrar. Algunos investigadores apuntan a un cortometraje de 1897, donde un dentista extrae muelas, como uno de los primeros juegos con el género del país latinoamericano.

Sin embargo, es un hecho que poco a poco Venezuela parece acercarse más al cine de horror. En el 2013, por ejemplo, llegó a nuestro país –por medio de Macabro FICHLa casa del fin de los tiempos. Y, en el 2018, el festival Mórbido incluyó en su programación El silbón: origenes.

La historia del horror venezolano se extiende en 2019 gracias a Infección, película incluida en la sección Largometraje Iberoamericano de Ficción de la 34 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG). La cinta dirigida por Flavio Pedota muestra cómo un extraño virus ataca y desata una crisis al interior de la nación sudamericana. El protagonista Adam (Rubén Guevara), un médico, intenta encontrarse su hijo antes de que la tragedia acabe con todo.

¿Por qué decidiste hacer una película de zombies? Nos llega poco cine venezolano y llevamos dos años viendo cine de género hecho en Venezuela, antes llegó El silbón.

Flavio Pedota (FP): Creo que es una tremenda casualidad. Películas como El silbón e Infección son parte de una generación nueva de cineastas apostando a otros géneros. En Venezuela, el género de horror es casi inexistente, yo siempre quise hacer una película de género. Amo el cine z y los thrillers me encantan, para mi fue como un sueño y un reto lograr este tipo de proyecto.

Quería hacer un cine que me gusta ir a ver en cartelera. Me dije: me encantaría que algo que estamos acostumbrados a ver en otras latitudes lo podamos ver con nuestra gente, hecho por nosotros. Esa fue mi mayor motivación.

¿Dónde nació ese amor por el cine de género?

FP: No sé por qué me gusta tanto, desde chamo, cuando vi El amanecer de los muertos, me pareció loquísimo ese tipo de epidemia. Cómo se comporta la gente, cómo se resguarda. Es algo que siempre imaginé en Venezuela, suena tonto, pero allá el índice de criminalidad es tan alto que todo mundo vive encerrado, detrás de rejas.

Ver ese tipo de cosas no es igual, pero te hace pensar: en este país parece que estamos en una epidemia y te comen en la noche. Hay que guardarse. Un poco de allí nació, también entrarle al género. Ver los muertos de George A. Romero y Tom Savini es algo que siempre disfruté.

No me quiero quedar ahí, tengo más historias que contar y géneros que abordar. Pero quería lograr éste, porque es un gran reto y un género muy complicado, sobre todo hacerlo de manera seria y no sátira. Hay una línea muy delgada entre una película de este tipo, se puede convertir en una comedia fácilmente.

Hace unos años en Cuba hicieron Juan de los muertos, que es claramente una comedia.

FP: Es muy buena, es una referencia de cómo el cine latino está abordando los géneros. Cada vez estamos viendo más propuestas. Está fino y nos da opciones diferentes en la cartelera. El cine de Guillermo del Toro también ha ayudado a que la gente de la industria se abra un poco más.

¿Cómo fue la filmación? La situación política de Venezuela es complicada, ¿eso afectó?

FP: Hacer una película en cualquier lado, es difícil. Hacerla en Venezuela con los problemas que tenemos complica más las cosas. Sin embargo, logramos contener la filmación cerca del pueblo donde yo vivía. Fue una producción de 46 días, bastante guardada a los ojos del público y las autoridades. Usamos un crew indetectable, la gente pensaba que estábamos haciendo una comedia o algo así.

No están acostumbrados a este tipo de rodajes, veían las convocatorias y decían: “estos deben estar locos, deben estar haciendo algo raro”. Nunca pensaron que era un crew serio de profesionales.

Infección tiene algunos puntos políticos, pero no es abiertamente política.

FP: A buen entendedor pocas palabras. La película está basada en una Venezuela y no hablar de política es imposible. Lo tenemos que mencionar, porque Venezuela está politizada completamente. Tú caminas 500 metros allá y te encuentras propaganda política sobre el gobierno.

Me vi en la necesidad y en el deber de mostrar la Venezuela actual. ¿Qué pasa si esta actualidad ocurre una epidemia de esta manera? ¿Cómo reaccionaría el gobierno de facto que tenemos? ¿Qué pasaría con la gente? La infección queda a interpretación personal, no quería hacer una película y explicarla en el camino. Quiero que la gente saque sus conclusiones, los venezolanos que la han visto asociaron muchas cosas. “Yo salí por la frontera” o “llevo cuatro años que no veo a mi familia”, “parece que hubo una epidemia porque todos nos fuimos”.

Perdonar a un hermano que no piensa como tú es uno de los grandes retos del país y de eso se trata la película. Lo hablamos de un modo tan estilizado, tan sutil que está abierto a interpretaciones personales.

Se escucha la voz de Maduro diciendo que es un ataque de Estados Unidos.

FP: Sí, hay una necesidad de tapar las cosas malas que pasan. Estamos muy acostumbrados a eso. Tal vez sólo lo noten los venezolanos, en México tal vez se les pase, pero un venezolano apenas escucha la voz de Maduro lo identifica. ¿Qué pasaría si hay una epidemia?

Cuando nos pegó el chikungunya las autoridades taparon las cifras, era una epidemia de Fase 3. Hubieron reportados casi 200 mil infectados de chikungunya, la realidad es que fueron millones. Yo lo padecí cuando estuve en Venezuela, todos a mi alrededor. Fue una epidemia loca y en la televisión decían que sólo había unos casos, que todo estaba en calma. No había medicina suficiente para tratar el dolor, había que contrabandear. Fue horrible.

Antes los zombies estaban en la periferia, en el nicho. Ahora se vive un boom, un nuevo amor por el zombie. ¿A qué crees que se deba?

FP: Siento que la manera en que se ha tratado. Las cintas que lo abordan de manera seria, lo ponen como un género importante. Así sean comedias como Juan de los muertos o algo en la vena de Guerra Mundial Z. Reflejan si estamos preparados o no, ¿quién lo está? La gente se vuelve loca, se sale de control.

Hay oportunidad de tocar muchos temas: sociales, políticos, ideológicos. Es muy rico, hay espacio para muchas cosas. The Walking Dead renació el tema de los zombies, lo refrescó. El público vio algo a lo que estaba acostumbrado, pero de manera seria, daba mucho miedo. La gente no dormía. Ahora los norteamericanos dicen que es una serie dramática, cuando salió era super espeluznante. La gente se pegó a la televisión para verlo.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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