Diarios del GIFF: Japón toma Guanajuato

La primera jornada del 19° Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés) cerró con la presentación de 7:19, la nueva película de Jorge Michel Grau que retrata varios hechos ocurridos durante el temblor de 1985. Sin embargo, el día le perteneció a la representación japonesa que demostró ser el verdadero plato fuerte del festival .

La cineasta Naomi Kawase pisó Guanajuato capital, como antes lo había hecho en San Miguel de Allende, para presentar Still Water, participante de la Competencia Oficial del Festival de Cannes, y charlar con el público sobre sus inicios en el cine y su interés por promover la cultura de su lugar de origen por el mundo.

Kawase, ataviada con un blusón blanco y unos pantalones grises de apariencia cómoda, se mostró alegre en todo momento de compartir sus experiencias. Destacando que sus intenciones cinematográficas nacieron más por intuición que por admiración a alguno de los grandes maestros del cine japonés.

Asimismo habló sobre su relación con el realizador mexicano Pedro González-Rubio, quien participó en el Festival Internacional de Cine de Nara (realizado en la comunidad de donde es originaria la directora) y posteriormente regresó a la isla para filmar Inori, su docu-ficción sobre un pequeño pueblo que está desapareciendo poco a poco en el tiempo.

Kawase aseguró que la visita de González-Rubio es un claro ejemplo de los lazos que unen a su país con el nuestro y las conexiones espirituales que son palpables en el ambiente. “La madre de Pedro dijo que somos hermanos del alma”, bromeó la cineasta.

El recorrido por la cinematografía nipona continuó con la presentación del investigador Go Hirasawa: “1968 en el Cine Japonés”, a la que siguió la proyección de Diary of a Shinjuku Thief y Branded To Kill, dos clásicos de ese año que demuestran la libertad creativa, y las intenciones artísticas, de las películas influenciadas por los movimientos políticos y sociales de ese año.

En el mismo espíritu de la Nueva Ola Francesa, Diary of Shinjiku Thief narra el encuentro de un joven ladrón de libros con una empleada de librería, punto de partida para odisea de experiencias (varias sexuales) que liberan sus sentidos. La película es acertado testamento de la continua búsqueda de su realizador, Nagisa Oshima, por explorar los límites del cine y el arte mismo, como lo son sus cintas más conocidas: Eros + Masacre y El imperio de los sentidos.

Por su parte, Branded To Kill luce como una clásica película de gangsters filmada en Japón. La estética de sus protagonistas apunta a eso también, sin embargo, a cada vuelta su director Seijun Suzuki busca dejar claro que, como Oshima, el espíritu del 68 tenía la necesidad de romper con lo establecido. Ridiculizando y jugando de manera muy divertida con las expectativas de la audiencia.

Japón, marca el paso en Guanajuato.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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