GIFF | Una entrevista sobre Donde duermen los pájaros

Para Alejandro Alatorre era importante que su primer largometraje retratara la vida de un adolescente en Zacatecas –su estado natal– y su día a día en la capital del estado, el resultado, tras más de cuatro años de esfuerzos, lleva por título Donde duermen los pájaros y se presenta en la competencia de la vigésima quinta edición del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF).

La sinopsis oficial define así a la película: “La línea entre realidad y sueño está desapareciendo para Leonardo, un adolescente que ha sido traicionado por sus mejores amigos. Mientras camina solitariamente por la ciudad, Leonardo encuentra misteriosos personajes que lo hacen cuestionarse acerca de la libertad, el amor y el paso a la adultez”.

Butaca Ancha (BA): ¿Por qué era importante filmar en Zacatecas?

Alejandro Alatorre (AA): Vine a la Ciudad de México a hacer un taller de cine y para aprender un poco el oficio. Esto pasó después de, digamos, una mala racha en Zacatecas, donde pasaron algunas cosas personales que no estuvieron muy chidas, salí un poco huyendo de allá. Al estar estudiando en la ciudad empecé a redimensionar lo que pensaba respecto a Zacatecas y poco a poco fue surgiendo en mí la necesidad de hablar de mi estado, de retratar cómo es la vida allá, desde mi punto de vista, que es muy particular y personal.

Fue una necesidad que creció dentro de mí y fue también el motor. Antes de escribir el guión de Donde duermen los pájaros estuve batallando para poder escribir algún tipo de proyecto y cuándo surgió esta primera noción y deseo de hablar de mi ciudad se dio de una manera muy natural. Entonces creo que fue a partir de este proceso de reconciliación con Zacatecas, la película no es para nada autobiográfica, pero sí tiene elementos muy personales, como son los lugares que para mí son especiales y que están dentro de la película. Tengo una nueva relación con la ciudad.

BA: Tiene una visión nostálgica de la adolescencia, incluyendo una canción de Dragon Ball…

AA: No estoy seguro que los chicos adolescentes de ahora vean Dragon Ball –risas–, pero para mí sigue siendo un referente de cuando era adolescente, en cuanto a las caricaturas que estaban en ese momento y creo es muy generacional. Este es un cover de una banda regiomontana de un género un poco muy específico que se llama vaporwave, ellos hacen este tipo de versiones de música de los noventa y dos miles. Evitar la nostalgia es imposible cuando estás hablando de lugares que son especiales para ti desde la memoria. Aunque uno trate de alejarse de la nostalgia, siempre termina filtrándose.

BA: El guión son una serie de anécdotas, no tiene una estructura tradicional.

AA: Pensé en cómo hablar de mi ciudad a partir de la experiencia de caminar solo a través de ella. Eso sí es algo que me sucedió personalmente, no sé cómo se diga aquí en la Ciudad de México, pero tener un un conflicto e “irte de pinta”, “hacerte la vaca”. Cuando yo estaba en la secundaria, unas personas querían golpearme. Entonces yo iba a la escuela, pero no entraba a clases o hacía como que entraba, pero realmente me iba por ahí para que no me golpearan. Fue a partir de esta mala experiencia que yo vi una manera de, a través de los traslados y caminatas de Leonardo, ir mostrando los lugares que son especiales para mí.

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Tracé tres ejes para hablar de la ciudad y de Leonardo que partían de su cotidianidad y, digamos, las pequeñas cosas que transcurren durante su día a día, también su imaginario y sus sueños. A partir de estos tres ejes era que yo proponía a mi equipo de trabajo plantear el personaje de Zacatecas. Entonces la construcción del guión fue precisamente pensar cómo ir haciendo que se desarrolle la narrativa. Primero con esta anécdota de ser traicionado por tus amigos y quedarte solo, a partir de esta soledad, ¿qué cosas se van apareciendo dentro de la vida de Leonardo?

BA: La violencia del país no se cuela a la narrativa, ¿cómo llegaste a esa decisión?

AA: Te voy a platicar algo que me pasó dentro de un festival, en un work in progress. La selección de películas que estaban, eran 8 y 7 hablaban de la violencia. Obviamente es la realidad que enfrentamos como país y si hay tantas películas que lo están proponiendo, es porque la realidad lo demanda. Es la realidad en la que estamos inmersos y no podemos negarla. Mi estado actualmente es, posiblemente, el más violento o uno de los más violentos. Estos últimos meses que he estado viviendo allá, se siente un ambiente un poco triste entre la gente, pero también existe ese otro lado.

No solamente en Zacatecas, sino en México, que no es la violencia y que es la cotidianidad. El día a día de todas las personas que luchan precisamente para vivir a pesar de la violencia. Para mí es importante que existan películas que hablen de otros temas y poder reflejar las pequeñas cosas, los pequeños encuentros entre las personas que es universal. Esas pequeñas cositas es algo afortunado y nos acompañan. Es importante darle espacio a eso. Hay mujeres y hombres muy talentosos hablando de la violencia, yo decidí darle un espacio a esto otro, espero que las personas puedan verla y dejar por un ratito esos temas para ver otras cosas.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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