Cinema Móvil Presenta: ‘La noche del demonio 3’

“El género de horror manifiesta una evidente crisis creativa reduciéndose a anécdotas por demás elementales (la mayoría supuestamente basadas en hechos reales) en donde los valores de producción son irrebatiblemente mezquinos y las cuales, por lo regular, son interpretadas por histriones cuyo mejor momento ha quedado en el pasado”. Nada como dedicar unas cuantas horas de un fin de semana para ver el tríptico que comprende al momento La Noche del Demonio (Insidious), y así confirmar las palabras de nuestro crítico Oscar Uriel, cuando llegan cada quincena a cartelera filmes de esta ralea.

Una familia prototípica que se muda de casa en los suburbios. Una presencia ultra terrena de origen ignoto que allana y rápidamente trastoca de forma violenta su cotidianidad. Una madre insegura, vulnerable, supersticiosa, quien no sólo ve como se resquebraja la quietud a su alrededor, sino que se descubre incapaz de remediarlo. Una psíquica cuyo don, consistente en poder comunicarse con los muertos, gradualmente se ha convertido en maldición. Un par de cazafantasmas chafas que nunca dejan de discutir…

La urgencia perenne de descubrir y encumbrar semanalmente películas por parte de la crítica especializada con toda clase de adjetivos rimbombantes, aquellas que supuestamente redefinirán cierto género, fue la razón principal por la que los dos primeros capítulos de La Noche del Demonio (2010 y 2013) realizados por James Wan se llegaran a popularizar, a pesar de los ya conocidos elementos descritos incluidos en una trama que se soñaba compleja, en la cual cabían proyecciones astrales, paradojas temporales, un limbo poblado por espíritus de criminales ansiosos por ocupar un cuerpo joven, y un episodio infantil que el padre de esa familia ha bloqueado durante años y que ahora necesita desenterrar para poder salvar a uno de sus hijos.

Así, Leigh Whannell, guionista de cabecera de Wan, debuta como director presentando esta tercera entrega, la cual se anuncia como una precuela (aunque si nos ponemos un poco estrictos, podremos rebatir diciendo que el prólogo de la segunda parte es el verdadero punto de partida de la historia), cuyos guiños insertados de manera poco o nada orgánicos para mantener vigente la franquicia, son su razón de existir, ya que de otra forma la premisa no podría sostenerse por sí sola.

Ahí están pues, el primer encuentro entre Elise Rainer (Lin Shaye), la especialista en fenómenos paranormales y sus futuros asistentes Tucker y Speck (Angus Sampson y el propio Whannell), la aparición en los últimos minutos del demonio que asolará a la familia que ya conocimos, o la secuencia en la cual una fotografía remite automáticamente al protagonista original. Y aún en los terrenos netamente metareferenciales, La Noche del Demonio 3 falla ya que deja sin responder incógnitas (¿quién es realmente Elise?, por ejemplo) y explica otra vez lo que ya sabíamos (cuando se trata de contactar a determinado espíritu se puede invocar en su lugar a un espectro indeseable).

De esta manera, Quinn (Stefanie Scott), una adolescente con sensibilidad artística (hace audiciones para actuar en teatro, escribe un blog, toma fotografías de su comida, escucha a PJ Harvey) sufre un aparatoso accidente automovilístico días después de solicitar los servicios de una renuente Elise – quien enfrenta sus propios miedos -, siendo confinada convenientemente en su recámara de magras dimensiones, inmovilizada e indefensa.

Lo que continúa ya se puede ir prediciendo: el engañoso ruido debajo de la cama, la angustiante alucinación que se confunde con la realidad, el corte de energía eléctrica en el momento menos oportuno, las extrañas huellas en el piso que delatan el temor de no tener seguridad ni siquiera al interior del hogar, el sobresalto abriendo una puerta… y cuando da la impresión que ya no hay mucho por contar, Whannell propone un último tercio en el cual combina el cine de posesiones y el found footage. Inclusive Elise se torna inesperadamente un personaje paródico poniéndose a pelear a puño limpio con fantasmas femeninos, retándolos y ¡espetándoles un bitch! ¿Ya ven lo que ocurre por poner en pedestales demasiado altos a simples artesanos? Ahora vean las consecuencias.

Por Alberto Acuña Navarijo / @CinemaMovil_Mx (nota original aquí)

    Related Posts

    M3gan y la explotación de la hipervigilancia
    El piano invisible de El hombre invisible
    ‘Cuando las luces se apagan’: Oscuridad fugaz
    Cinema Móvil Presenta: ‘El conjuro 2’
    ¿Qué estrena la Cartelera?
    ‘Rapidos y furiosos 7’: La erección del motor