‘Viaje salvaje’: La comedia colonial

La comediante estadunidense Amy Schumer se hizo de enorme popularidad hace algunos años con rutinas de stand up que presentaban una voz femenina temeraria, polémica, franca y  profundamente polarizante, tanto por su material como su presencia, las cuales abogaban por un mordaz feminismo cómico que la llevó incluso a tener su propio programa de televisión y protagonizar Trainwreck (2015), cinta que le valió el mote de “incongruente” e “hipócrita” por el final abiertamente conservador de dicha película.

La tendencia decreciente en la carrera de Schumer continua con la comedia Viaje salvaje (Snatched, 2017), donde interpreta a una inmadura joven, incapaz de manejarse a sí misma de ninguna forma, que ha preparado un viaje a Ecuador con su novio, pero cuando este decide abandonarla, su madre (Goldie Hawn) terminará por acompañarla en tan singular aventura.

La película es producto de la mentalidad más reaccionaria de Estados Unidos, una que percibe la “aventura” y la “libertad” desde nociones prefabricadas y seguras, particularmente en la construcción de amenazas externas que viven más en la mentalidad del estadunidense promedio que en las naciones extranjeras. Aquí la víctima es Ecuador, pero en realidad se trata de la eterna demonización de “países exóticos”  (léase Latinoamérica, Caribe, Asia) fuera de sus estandarizados centros turísticos.

Quizá podríamos reírnos de la tipificación del latino/criminal/narco/tratante de blancas si estuviéramos ante un agudo y punzante sentido del humor o comedia, pero lo que tenemos son gags sueltos que son medianamente efectivos, humor basado en la denostación de Schumer y una dirección prácticamente inexistente que desperdicia los valiosos dotes de Wanda Sykes y sobre todo Joan Cusack, la película descansa únicamente sobre la química entre Schumer y Hawn.

Goldie Hawn y Amy Schumer representan en la película dos generaciones diferentes que viven en tóxica codependencia hasta que la “aventura” de vencer a un caricaturesco criminal colombiano (el mismísimo Cantinflas, Óscar Jaenada) les enseña el poder de la unión familiar y el derecho al libre goce de los paraísos turísticos, limpiados de toda actividad criminal. Una comedia involuntariamente política, racista y lo peor de todo: sin risas. Eso si es una salvajada.

Por JJ Negrete (@jjnegretec)

    Related Posts

    ‘Esta chica es un desastre’: Ellas también fallan
    ¿Qué estrena la Cartelera?
    Nuevo tráiler de ‘Trainwreck’
    Adam Sandler vuelve a pelear con Bob Barker
    Primer trailer de ‘Trainwreck’, lo nuevo de Judd Apatow
    ‘Las cazafantasmas’: Jennifer Lawrence, Emma Stone y otras chicas del montón