A inicios de los años ochenta, el célebre y prolífico músico neoyorquino John Zorn comenzó a desarrollar su serie de ‘música para películas’, conjunto de composiciones que estaba hecho exclusivamente para musicalizar películas inexistentes o que se inspiraba en la tradición del cine para generar scores paralelos.

Más allá del hard core, el noise, el jazz y las nuevas composiciones judías y oscurantistas de John Zorn, se encuentra su pasión por el arte en general y por el cine en particular. Zorn, al igual que muchos otros músicos de su generación, considera que el cine y la música son dos lenguajes sumamente ligados, en donde las nuevas maneras de componer o construir piezas son un mundo sumamente variado e interminable.

En el año 2000, bajo el sello discográfico de Zorn, Tzadik, se publicó el primer tomo de la serie de ensayos llamada Arcana: Musicians on Music. Arcana aglomera los puntos de vista de diferentes artistas contemporáneos que abundan sobre la improvisación, el arte sonoro, la música concreta o los nuevos lenguajes compositivos, además del empleo de nuevas tecnologías y las posibilidades del sonido.

En ese libro, John Zorn expone una pieza fuertemente relacionada a sus composiciones para filmes: Treatment for a Film in Fifteen Scenes. Más que un ensayo sobre el sonido, Treatment… es una pieza en sí que se sugiere a sí misma como un guión cinematográfico o una suerte de partitura audiovisual con imágenes alusivas específicas.

La pieza sugiere, como su nombre lo indica, que sean 15 escenas, las cuales serán llevadas a cabo a través de 254 tiros o tomas. Sólo hay una nota restrictiva: los ruidos no deben estar sincronizados con la imagen. Uno puede experimentar el proceso que lleva la sonorización de una película al leer el texto:

“3. CLOSE UP A UNA ARAÑA

13. AGUA CORRIENDO

38. TIJERAS

44. LÁMPARA

73. UN PEDAZO DE MAPA

209. ICEBERG

241. UNA CASA

252. TOMANDO BOLETOS EN UN CINE”.

Y así sucesivamente.

El año pasado, la idea de Treatment… por fin tuvo su primera versión sólida dispuesta para experimentarse, con la película que lleva el mismo título.

La película Treatment… está conformada de cuatro distintas interpretaciones del texto de Zorn, filmadas por un director distinto: 15 scenes in 254 shots (Globolux), Well Then There Now (Lewis Klahr), Bare Rooms (Joey Izzo) y Arcana (Henry Hills).

Si bien la película juega más del lado del videoarte y el cine experimental, Treatment… deja ver un collage de imágenes que nos recuerda elementos distintivos que amamos en el cine, escenas clásicas, fotografías en apariencia inconexas pero que viven en el inconsciente colectivo de las personas amantes del celuloide, escenas que pueden ser memorables o sumamente cotidianas, que dejan el campo abierto para construir nuestras propias versiones.

Imágenes en blanco y negro, nostálgicas, el sentido sutil de lo narrativo que desaparece, filtros, texturas; imagen y sonido en constante síncopa.

Lo memorable de la obra de John Zorn radica en la idea de versatilidad creativa pese a las restricciones, instrucciones o especificaciones. Uno no nada en el mismo río dos veces, reza la sentencia, y el ejemplo que pone Zorn acentúa la capacidad imaginativa tanto del creador como del espectador, en una suerte de manifiesto que no explica sino que pone en marcha la idea de aquello que se quiere decir. Y sí, uno puede ser partícipe del viaje de la imagen, que pasa por ser palabra a ser imagen y sonido en un contexto estructurado pero libre. Uno no ve la misma película dos veces, siempre le encontramos cosas nuevas, entonces uno rehace y redescubre sin límites. Por eso han de decir que el arte libera.

Por Ricardo Pineda (@RAikA83)

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