‘Tempestad’: El océano de la impunidad

Los medios de comunicación en México cada vez cuentan con una mayor fila de sucesos que anuncian desapariciones, asesinatos y crímenes variopintos en los que, muchas veces, los culpables continúan en las calles, libres de castigos y culpa.

El país está regido por una evidente diversidad de problemáticas sociales, acompañado por una ola de violencia e impunidad que incrementa conforme pasan los años. Tempestad (2016), documental de la realizadora Tatiana Huezo (El lugar más pequeño), desmenuza la profunda oscuridad que rige al territorio mexicano, una realidad en la que la injusticia prevalece en una buena proporción de su población, representadacon las historias de Miriam y Adela. La primera, acusada injustamente de un delito que no cometió, saliendo de prisión para realizar un largo trayecto rumbo a casa; y, la segunda, humilde payaso de circo que ha dedicado diez años de su vida en la búsqueda de su hija Mónica, desaparecida bajo circunstancias desalentadoras.

El material recurre al recorrido a través de la carretera, entretejiendo la apacibilidad de diversos paisajes compuestos por playas, mercados y personas tranquilas en un autobús, con la desolación y pizcas de humor en las narraciones de las mujeres, sus palabras capaces de subrayar la impotencia ante la injusticia y la falta de respuestas a sus trágicas vivencias.

La poesía visual, compuesta por la fotografía de Ernesto Pardo, cuenta con una fuerza tan notoria en su desfile de imágenes que recrudece la narración de los hechos. Huezo guía con temple las confesiones proporcionadas, primero en una pantalla a oscuras, captadas primordialmente con las voces de las protagonistas,  dando paso al recorrido en carretera de Miriam (su ausencia resaltando su viacrucis personal) y la rutina de Adela (su rostro resaltando el dolor que atraviesa como madre) en el mundo del circo.

Más allá de realizar una denuncia social, el relato presenta una carga emocional tan potente que resalta el miedo y el dolor que muchos segmentos de la sociedad mexicana vive a causa de la inseguridad y reflejan la vulnerabilidad humana y la violencia imperante en el país.

Así, las mujeres, al brindar detalles en las descripciones de los sucesos que marcaron sus existencias, alzan la voz con honestidad, representando a miles de personas, sin importar el género, que han atravesado por situaciones similares ante una corrupción cada vez más ramificada y evidente en las entrañas del sistema en México.

Como su mismo título evoca, Tempestad es un duro torbellino de emociones internas, un confesionario realista de fuertes vivencias, llevadas a cabo con una brillantez técnica y narrativa que logra despertar el cometido de provocar una profunda reflexión con respecto al entorno social y a los tiempos difíciles que se viven en el país.

Por Mariana Fernandez (@mariana_ferfab)

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