Un hombre está al pie de un barranco. La lluvia lo cubre de pies a cabeza, está listo para morir. Saca el arma que tiene escondida en el bolsillo de su chamarra, apunta al aire. Por un momento no escuchamos otra cosa que sus gemidos y el ruido del agua al caer. Se arrepiente de su decisión y retrocede unos pasos, cae al suelo y el aguacero le empapa el rostro… la música comienza y nos damos cuenta de que el personaje puede sentir de nuevo, sus sentidos no se han apagado, está vivo.
La escena en cuestión pertenece a la cinta Japón (2002), ópera prima de Carlos Reygadas y es sólo uno de los muchos momentos oníricos sobre los que el director mexicano ha construido su carrera. A diez años de haber estrenado su primer largometraje, Reygadas parece no estar preocupado por aquellos que dicen no comprender su cine:
¿Qué piensas de las personas que te dicen que no entienden tus películas? “No, no es para ellos. No es para todos. No todos tenemos que entender todo. No a todos nos tiene que gustar todo. Hay unos que si no entienden no hay problema, pero si quisieran entender que le pregunten a los que sí les gusto porque les gusto y entonces, a lo mejor, ven algo o a lo mejor no están de acuerdo, ¿no?”
Su más reciente trabajo Post Tenebras Lux (2012) –se estrena este fin de semana en la Ciudad de México– fue abucheado por un sector de la prensa en el pasado Festival de Cine de Cannes, donde a la postre obtendría el premio a Mejor Dirección.
Sobre la rechifla, el realizador asegura que “eso es el puro morbo, lo interesante es a los que les gustó porque les gustó. Y si dicen algo, es porque ahí está, no creo que sean locos alucinando ahí, cosas que no están […] si quieren saber algo más, pues, tal vez le pueden preguntar a los otros que sí les gustó”.
¿Tú no les explicarías? “No, pues imaginate, ya de por sí hacer la película, como para encima tener que andar cargando instrucciones, pues entonces ya sería demasiado.
¿Entonces no hay instructivos? “Sin instructivos.”
Post Tenebras Lux narra la historia de una familia de ciudad –Juan (Adolfo Jiménez Castro), su esposa Natalia (Nathalia Acevedo) y sus dos pequeños hijos– que vive en el campo, “donde disfrutan y sufren un lugar que entiende la vida de otra forma”, como reza la sinopsis oficial.
La cinta es, quizá, el trabajo más personal del director, ya que mezcla experiencias de su vida en la trama y marcó la primera ocasión en que tiene la oportunidad de trabajar con sus pequeños hijos. Sin embargo, asevera que filmar con ellos fue “como filmar con cualquier otro niño de esa edad. Mi hijo, ya estaba en edad racional y pues había manera de razonar con él. Con mi hija, fue más cómo trabajar con un pájaro, digamos, que hay que amaestrar y llevar por acá y por allá y capturar los momentos necesarios, ¿no? Sin mucho control”.
Carlos Reygadas ha presentado sus cuatro largometrajes en Cannes y en tres ocasiones fue premiado: la Cámara de Oro en el 2002; Premio del Jurado, 2007 y Mejor Director, 2012. Él afirma que los premios sólo significan que a “un grupo de gente le gusta la película mucho… y quiere decirlo abiertamente. Entonces le dan un premio y entonces yo les agradezco y… ellos quizá pueden decir por qué les gustó y entonces a los que no les gustó, tal vez, les den alguna pista”.
Además, no se siente decepcionado después de que Post Tenebras Lux no fuera elegida por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) para competir por un Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera: “Yo creo que fue muy inteligente la Academia (Mexicana) al no haber seleccionado mi película, porque lo importante es seleccionar películas que tengan más opciones para gustarle a la gente de la Academia que hace cine en Estados Unidos y normalmente les gusta otro tipo de cine.”
La cinta mexicana Después de Lucía de Michel Franco terminó siendo seleccionada por la AMACC para tratar de obtener la nominación al Oscar. Pocos días después del anuncio, Franco apareció en un spot del Gobierno Federal, donde se aseguraba que en el sexenio de Felipe Calderón se apoyó al cine “como nunca antes”.
Al ser cuestionado sobre si participaría en alguna campaña a favor del Gobierno Federal, el realizador nacido en la Ciudad de México se sonroja y duda un poco antes de dar su respuesta, pero, enfático, contesta: “No, honestamente no haría ninguna campaña política en favor de ningún partido, gobierno: local, federal o planetario. No… nunca me ha interesado la propaganda. No, no es lo mío definitivamente.“
A lo largo de su filmografía, los protagonistas de Reygadas sufren epifanías. Antes de convertirse en director practicó la abogacía, carrera que abandonó para filmar Japón, pero él niega que su cambio de profesión se haya debido a una epifanía como la que sufren sus personajes: “Sí, yo creo en las epifanías y en esos momentos de claridad, a veces transformadora, pero no, para nada, la transformación mia, a nivel profesional, fue una epifanía, ni nada que se le parezca. Eso nada mas fue un cambio de chamba y de estilo de vida, eso sí, es más profundo.”
Ha pasado una década desde que Japón se proyectó por primera vez y el nombre de Carlos Reygadas comenzara a sonar en los festivales de cine más reconocidos del mundo. Diez años en los que el mexicano garantiza haber cumplido su objetivo principal: “Mi meta fundamental es terminar las películas y poderlas estrenar, y eso sí se ha cumplido. Y hay mucha gente que le gusta mi trabajo y va a verlo, y le agradezco que esté ahí.”
Cuando termines tu carrera como director, como cineasta, ¿cómo quieres que la gente te recuerde? “Mmm… cómo guapo, buena onda, accesible, optimista, alegre…”
Por Rafael Paz (@pazespa)
Esta entrevista es una colaboración entre Animal Político y Butaca Ancha, te invitamos a leer más en animalpolitico.com.