Como parte de la sección Movimientos Manifiestos del Festival Distrital 2016 se presentó una sección en línea que MUBI México albergó. Dentro de dicha sección se hubo una muestra del trabajo de Antoine Barraud, un director francés reconocido por su trabajo experimental en el terreno de los cortometrajes que en 2007 sorprendió con Song, su primer largometraje. El año pasado estrenó Espalda roja: El retrato de Bertrand Bonello (Le Dos Rouge), una película que comienza a dar forma a las obsesiones cinematográficas de Barraud, específicamente su interés particular en los monstruos.
Un trabajo paralelo de Barraud ha sido la realización de retratos de cineastas como Koji Wakamatsu, Kohei Oguri, Shuji Terayama y Kenneth Anger. Trabajos que han sido alabados y celebrados por su forma particular de abordar la obra de directores que sin duda alguna lo han inspirado. En Espalda roja este parece ser el caso y es que el protagonista de este filme es nada más y nada menos que Bertrand Bonello. El mismo director de The Pornographer (2001) que ganó el Premio FIPRESCI en la edición 2001 de Cannes y que en 2003 presentara en competencia oficial Tiresia. La película parece seguir en un comienzo, a modo de documental la preparación de la película más reciente de Bonello, en la cual desea ahondar en el tema de loa monstruosidad. En el proceso se ha obsesionado con la idea de encontrar una pintura que simbolice tanto el poder como belleza de los monstruos sin resultar demasiado explícito o caer en el cliché. Para eso pide ayuda a una experta en historia del arte; una mujer misteriosa y apasionada que lo llevará a diversos museos para mostrarle obras que a ella le parecen significativas. A partir de las las pinturas se llevan a cabo una serie de discusiones de carácter pasional sobre el tema. A la par de la búsqueda, Bonello conoce a una serie de personajes excéntricos que lo mueven a reflexionar sobre cosas de su propia vida, incluyendo una extraña mancha roja que aparece en su espalda y que conforme avanca la película va creciendo y adquiriendo formas extrañas.
Muy pronto entendemos que nos hallamos frente a un retrato diferente, atípico. Se trata de un juego que estira la realidad de una manera elegante y retorcida. No es un documental sino una ficción que parte de una obsesión particular por la sublimación de las pesadillas a partir de lo que lo monstruoso significa no sólo en el arte sino en la vida cotidiana y nuestra relación con el cuerpo y sus deformidades. Mientras Bonello asiste a festivales de cine su obsesión crece, no sólo por hallar esa pintura que represente lo que él busque sino también por reunirse de una serie de personajes que parecen en su vida cotidiana y práctica simbolizar características de la belleza que él observa y comprende de las aberraciones.
Espalda roja es un thriller existencialista que ahonda en temas que han interesado a artistas como William Blake, Diane Arbus, Tod Browning, David Lynch, inclusive al mismo Bonello que exploró la vida privada de un hermafrodita, es decir aquello que concebimos monstruoso por ser diferente, pero que en la realidad tiene una vida similar a la de cualquiera de nosotros. También existe la posibilidad, y quizá esta película sea mucho más clara en ese sentido, de que en cada uno de nosotros exista la deformidad y la faceta del horror. Y que eso para alguien más resulte sensual y lleno de belleza.
Por Davo Valdés (@Davovaldes)
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