‘Fragmentado’: Otro universo compartido comienza

Antes del boom de los superhéroes en el cine, directores como Lloyd Kaufman (El vengador tóxico), Sam Raimi (Darkman) y M. Night Shyamalan indagaron en el subgénero sin la necesidad de basar sus cintas en personajes anteriormente introducidos en las historietas. En el caso de El protegido (Unbreakable, 2000), Shyamalan logró explorar lo que significaría ser un superhombre en el mundo real, siendo un filme –en tono, temática y hechura– distante de los populares mundos cinematográficos de Marvel y DC Comics, los cuales, además, han impregnado en la cultura popular la noción de los universos compartidos. Sorpresivamente, lo nuevo de Shyamalan, Fragmentando (Split, 2016), termina por ser una película fantástica más cercana al cine de superhéroes actual que El protegido, a pesar de que durante 3/4 partes de su metraje funciona como algo diferente, aunque familiar dentro del imaginario del director.

Fragmentado toca otros aspectos que no son nuevos para Shyamalan: el horror, el thriller y lo psicológico. El escenario es típico de algo que podría desembocar en el torture porn (aunque aquí esto no ocurre): un hombre (James McAvoy) secuestra a un par de chicas, aunque su plan original se altera un poco cuando también tiene que raptar a una compañera de las jóvenes que no debía estar con ellas. El misterioso encierro traerá momentos de tensión propios del thriller una vez que las chicas entienden más de la situación y comienzan a pensar en planes para escapar. A diferencia de la cinta anterior del cineasta, Los huéspedes (The Visit, 2015), aquí el enfoque principal no está en las víctimas –salvo en la chica que estuvo en el lugar y momento incorrecto– sino en el criminal.

Sin duda la actuación de McAvoy es lo más destacado de este esfuerzo. Su personaje, Kevin, es el lado psicológico del filme aunque su trastorno de identidad disociativo arribará por completo en lo fantástico. Aún así, en principio Shyamalan no trata la situación del protagonista como algo sobrenatural, sobre todo por medio de un personaje clásico: la estudiosa psicóloga que está altamente interesada en la condición de Kevin, se preocupa genuinamente por su bienestar, e intenta explicarle al mundo más sobre el trastorno. Shyamalan mantiene el tono que conecta “espiritualmente” a Fragmentado con El protegido, con casos extraordinarios –solo una de las múltiples personalidades de Kevin sufre de diabetes, por ejemplo– en medio de lo mundano.

Pero gradualmente emerge la verdadera sorpresa. Hay algo además de las personalidades de Kevin conocidas, como la del niño fan de Kanye West, Hedwig, o el adulto con un gusto por las jovencitas, Dennis (el director aprovecha el rango actoral de McAvoy y nos regala secuencias donde brota más de una personalidad). El punto de Fragmentado no es cumplir a creces como thriller, o tomar verdaderamente en serio el controversial tema del trastorno de identidad disociativo. Este punto en la carrera de Shyamalan es solo el comienzo de su propio universo compartido donde, aparentemente, superhombres lucharán entre sí. En ese sentido, Fragmentado podría verse como un intento por desarrollar un mayor trasfondo de lo que usualmente vemos sobre un villano. Empero, su último acto –con cierta influencia de la mitología del hombre lobo– no dejará de sentirse fuera de lugar, ni que decir de la escena final dedicada exclusivamente a quienes conocen El protegido.

Por Eric Ortiz García (@ElMachoBionico)

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