FICUNAM | ‘Pasolini’: La parábola autoral

El legado del multifacético artista italiano Pier Paolo Pasolini continúa siendo objeto de desbordada alabanza, encarnadas diatribas y profundos debates sobre lo que su genio, arrebatado muy prematuramente, dejó en un mundo ya caótico. Una muerte anterior al estreno del híper polémico filme Saló o los 120 días de Sodoma (Salò o le 120 giornate di Sodoma, 1972), su magistral y escalofriante adaptación de los textos del Marqués de Sade.

Lo que sucedió la noche de su asesinato ha sido objeto de vasta especulación, como se puede ver en el programa de televisión italiano Blu Notte en el episodio Pier Paolo Pasolini: Morte di un poeta (2008). El transgresor cineasta estadunidense Abel Ferrara, la mente maestra detrás de Corrupción judicial (Bad Lieutenant, 1992), quien ha forjado una formidable trayectoria al margen y en el límite de la industria hollywoodense, presenta en su más reciente filme Pasolini (2014) como es que el cineasta italiano pasó su último día.

Encarnado con naturalidad y elegancia por el camaleónico actor Willem Defoe, Ferrara presenta a Pasolini en el cotidiano, como un hombre respetuoso de su oficio, escribiendo y esbozando lo que serían sus siguientes proyectos literarios y fílmicos, mezclados con una recreación de escenas de su último guión: la historia de un hombre que siguiendo una estrella cree que será guiado al Mesías, para acabar en una vigorosa orgía en la ciudad de Sodoma, protagonizada ni más ni menos que por un afable Ninetto Davoli, el actor fetiche y amante de Pasolini.

Iniciando con una entrevista en la que Pasolini pone incendiarios puntos de vista respecto a religión, política y sexo, que de acuerdo al gran artista son aristas de una misma figura, así como una mordaz crítica al sistema social, germinador de gladiadores de la propiedad privada. Ferrara usa la yuxtaposición de distintas imágenes como Pasolini frente a su máquina de escribir con la Roma nocturna de la cual el poeta era afecto, creando capas fílmicas de bella penumbra cohesionadas por la voz de Maria Callas. El hombre para el que escandalizar era un placer es dulce con su madre, al tiempo que recibe las visitas de su amante Ninetto Davoli (Ricardo Scamarcio) y la vivaz actriz Laura Betti, interpretada por la actriz Maria de Medeiros.

La visión de Pasolini, increíblemente fértil, preparaba más ataques a las entrañas del poder, lo cual pudo haber sido la causa de su asesinato, pero Ferrara no se presta a una conspiración y procura mantenerse contenido en los confines del cineasta y sus ideas. Una de ellas es la relación existente entre el autor y la forma que crea, una parábola que inevitablemente regresa al creador. La noche de su muerte, Pasolini se encontró con unos jóvenes que bien pudieron haber salido de cualquiera de sus más crudas visiones. La parábola que detiene su trayectoria siempre será memorable y trágica.

Por JJ Negrete (@jjnegretec)

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