FICUNAM | Una entrevista sobre Pedro

A lo largo de ocho años, tal vez un poco más, Liora Spilk Bialostozky siguió por el mundo a Pedro Friedeberg, artista, diseñador y figura clave de la plástica mexicana durante los 60 y 70 gracias a sus creaciones surrealistas. El resultado de ese encuentro es retratado en el documental Pedro (2023), ópera prima de su directora.

“Pedro es mi artista favorito desde que tengo recuerdos”, confesó Spilk Bialostozky y añadió que ésta fue la razón que la llevó a iniciar el proyecto: “mi abuela tenía un cuadro de él en su casa, que para mí era hipnotizante y siempre fue algo en mi imaginario”.

El documental es una de las producciones nacionales que compite en la sección “Ahora México” de la decimotercera edición del Festival Internacional de Cine UNAM (FICUNAM), hecho que es un “sueño realizado” para la creadora universitaria.

La realizadora comenta que los orígenes de su proyecto documental se pueden rastrear a la UNAM, no sólo porque estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en Ciudad Universitaria (donde también dedicó un cortometraje a la figura de Friedeberg), sino porque a lo largo de casi una década colaboró de manera cercana con el FICUNAM y en sus proyecciones encontró el cine que quería hacer a futuro.

Así lo recordó Spilk Bialostozky: “cuando estaba estudiando Comunicación en la Facultad en Ciencias Políticas y Sociales ahí en CU, tuve que hacer un corto sobre alguien que admirara, era un ejercicio periodístico y de cine, tenía que acercarme a un ídolo y mi abuela tenía el contacto de Pedro, entonces lo fui a entrevistar y ese día me enamoré”.

“Coincidió la primera vez que lo fui a entrevistar, yo estaba empezando a colaborar en la primera edición del FICUNAM, lo que significa que mi película se tardó lo que lleva el FICUNAM de y empezó en la UNAM. Este festival me formó como como audiencia y cineasta, regresar después de tanto tiempo y estar en la competencia es un sueño mayor”, afirmó y agregó:

“Yo aprendí a hacer cine radical ahí, para mí la radicalidad reside en cosas que antes no eran radicales: el ser femenina, el ser dulce, el romper los estigmas de lo que uno debe o no hacer en el documental. El incluirme a mí misma en el documental que muchas veces ha sido mal visto, pero a mí, justamente, FICUNAM me dio la posibilidad de formalmente hacer lo que yo quisiera. Presentarme aquí es el fin de un ciclo, aquí es donde debió de estar la película desde siempre, porque la hice pensando en lo que me enseñó el festival”.

Una de las particularidades de Pedro es su estructura, ya que la directora no sólo aborda la importancia para el arte mexicano de Friedeberg y parte de su relación con otros de sus contemporáneos (José Luis Cuevas, por ejemplo), sino que Liora Spilk se inserta en la narrativa para mostrar los retos que representa para ella la extensa producción del documental.

“Antes de ser directora, soy editora y la labor principal de un editor es ser fiel al material, es contar la mejor historia que uno puede contar con el material disponible. Al principio no tenía idea de lo que estaba haciendo, no sabía hacer cine. Incluso no está muy bien grabado. Era un poco como un diario personal”, subrayó y añadió:

“Fui documentando mi proceso como una manera de entender hacía dónde quería ir, porque nunca tuve muy clara la dirección hasta que me senté en la pandemia a editar. Al revisar el material, me di cuenta que la historia más emotiva y el retrato más fiel que podría darle al material que tenía era éste”.

Ese descubrimiento, relató la documentalista, levantó un freno que había sentido durante años: “conocer el miedo al error, a ver mal filmadas las cosas, aprendí que el error, en realidad, podría ser algo muy sincero que hablara en el documental más de la vida de Pedro y la mía que una cosa super perfecta y estética. Fue ahí que la película agarró su identidad”.

El proceso también le permitió seguir “enamorándose” de su protagonista: “de Pedro me sigo enamorando más día con día, a pesar de su mal humor y a pesar de todo. Me siento completamente enamorada de él, alucinada de tener el privilegio de acompañarlo, de ser parte de su mundo y solo me enamoro más aun cuando entiendo lo difícil que es su mera existencia. El hecho de que todavía exista gente como él tan real y fuera del mundo digital, fuera de las pretensiones en las redes sociales. Él realmente es una especie en peligro de extinción”.

Por Rafael Paz (@pazespa)
Publicado originalmente en Gaceta UNAM.

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