En este largometraje, David Kopp busca hacer converger dos tramas que podrían parecer bastante dispares. El director traza la historia a partir de la figura del abogado ambicioso y sin escrúpulos, un punto de partida muy familiar en este tipo de historias, que termina yéndose por otra vía al conseguir que el papel de juez recaiga en la familia del protagonista.
Así como Kramer vs. Kramer (1979) es una de las disputas legales más memorables del cine, este “Robert vs Robert” también será bastante recordado, sobre todo por el gran duelo actoral que ofrecen Downey Jr, y Duvall, quien en este papel en más de una ocasión nos recuerda a su icónico Tom Hagen en El Padrino (The Godfather, 1972). La película se aleja de lo rutinario gracias a las escenas que estos dos actores comparten. Aunque durante los primeros minutos pareciera que estamos viendo un remake de El abogado del diablo (Devil’s Advocate, 1997) o el inicio de algún episodio de Suits, poco a poco nos iremos dando cuenta de que el verdadero juicio tiene lugar en torno al núcleo familiar que rodea al protagonista.
El personaje de Robert Downey Jr regresa a su pueblo natal tras la muerte de su madre, renuente a reencontrarse con su padre, con el que no tiene una buena relación. Sin embargo, ambos tendrán que encontrar el modo de superar los baches de su pasado cuando el personaje de Duvall (también un respetado juez) es acusado de cometer un crimen, por lo que terminará siendo representado en el juicio por su hijo, sacando así a flote todos los resentimientos del pasado.
Es realmente loable el resultado conseguido en esta película, al lograr que tanto la trama judicial como la trama familiar sean igual de interesantes y llevaderas. La parte que corresponde al juicio del personaje de Duvall tiene buenas dosis de intriga, así como vibrantes escenas en los tribunales en los que asistimos a las complicaciones que enfrenta el personaje principal con tal de evitar una condena a su padre. Aunque la verdadera artillería sale a flote en lo que concierne a la trama familiar, en la que Downey se enfrenta a los fantasmas del pasado y expía gran parte del resentimiento albergado por el paso de los años. Un puñado de potentes escenas logran despertar la emoción del espectador, aliviando la tensión con unos muy bien insertados (y discretos) golpes de humor, que hacen de esta película una historia que saca a flote un mosaico de sentimientos en el público.
El juez (The Judge, 2014) probablemente no se convierta en un clásico (ni pretende de serlo), pero es una excelente opción durante la resaca a la que se enfrente la cartelera durante esta época, recuperándose de los hits veraniegos previo a la temporada de premios. Entre puro remake y filme que sólo busca rellenar marquesina, esta película es una muy amena experiencia en la que incluso se podrán ver dos películas en una (quizás una promoción más atractiva que el miércoles de 2X1) al lograr unificar excelentemente esas dos tramas. A quienes les gusten los filmes de intriga judicial y drama familiar, esta es sin duda la película que van a disfrutar, aderezada de excelentes interpretaciones de Robert Downey Jr, Robert Duvall, Vera Farmiga (siempre le quedan perfecto las secundarias roba cámaras) y Billy Bob Thornton.
Víctor López Velarde (@VictorVSant)
