Después de años de negociaciones, finalmente el Imperio Disney logró hacer que el popular Hombre Araña se hiciera presente en el universo de Los Vengadores con un memorable cameo en Civil War (2016) y en su propia película Spider-man: de regreso a casa (Spider-man: Homecoming, 2017), donde el joven Tom Holland encarna a Peter Parker mientras que la bella Marisa Tomei le pone vida a los años de la entrañable Tía May.
Dos de nuestros colaboradores tuvieron oportunidad de ver la película y reflexionar un par de cosas alrededor de la misma:
Butaca Ancha (BA): Spider-man fue uno de los primeros héroes que arrasó con las taquillas. Conocemos su historia de sobra y es quizá el personaje más popular de la familia Marvel. ¿Qué hay de novedoso en esta versión del personaje? ¿Cuáles dirían que son las mejoras o defectos sustanciales respecto a las versiones anteriores?
Eric Ortiz (@ElMachoBionico): Como se pudo ver en Capitán América: Civil War –y se suponía desde que contrataron a un joven de 19 años para el papel (Tom Holland)– la nueva versión de Peter Parker/Spider-Man es más jovial. El tema no es el origen del superhéroe como tal, sino su repentina entrada al mundo de los Avengers; la incredulidad de Parker es equivalente a lo que debió sentir el propio Holland cuando pasó de ver la primera película de Avengers en el cine con sus amigos en Inglaterra a ser Spider-Man.
Spider-Man: de regreso a casa llega con el Marvel Cinematic Universe (MCU) bastante avanzado, y pone a su protagonista de 15 años en una situación extraordinaria, pero no deja de ser una historia coming-of-age en la que Parker tiene que lidiar con las figuras paternas (Tony Stark, quien afortunadamente queda como un personaje vital pero secundario), los bullies, los problemas escolares, las chicas, etc. Esa combinación, que parte del conflicto entre ser un héroe al nivel de los Avengers o seguir madurando poco a poco, divierte bastante y aprovecha a uno de los superhéroes más carismáticos de Marvel.
Jorge Negrete (@jjnegretec): Creo que como señala Eric la gran virtud del personaje es recuperar algo que parece estar muy lejos de las audiencias juveniles actuales: la capacidad de asombro y el entusiasmo por el mismo. La euforia de Holland como Peter Parker es encantadoramente contagiosa a pesar de revivir dinámicas y arquetipos de comedias juveniles que John Hughes perpetuara hace más de 20 años. La gran virtud de esta reencarnación es dimensionar, a través del lenguaje viral, lo grande que el cosmos marveliano puede llegar a ser, algo que con la sobreproducción de películas y la abrumadora sobrecarga de efectos especiales, ya se estaba perdiendo. En un universo tan controlado y minuciosamente prefabricado, el entusiasmo genuino resulta revelador.
BA: ¿Cómo sienten esta película dentro del Universo Marvel? Siendo que es una coproducción con Sony, ¿existen rasgos que denoten algo diferente? ¿Se extrañaron personajes como Mary Jane o el tío Ben?
@ElMachoBionico: Spider-Man: de regreso a casa es una continuación inmediata, desde la perspectiva de Parker, de los eventos que vimos en Capitán América: Civil War. Parker quiere entrar cuanto antes al Universo Cinematográfico de Marvel –donde las batallas, la destrucción y el heroísmo son lo usual– pero Stark lo mantiene lejos, casi obligándolo a vivir su propia película. En ese sentido me parece que se siente como algo particular dentro del MCU: a diferencia de Guardianes de la Galaxia, aquí la conexión con los Avengers es más directa, pero aún así logra ser una cinta con la esencia clásica de Spider-Man. ¿Se extrañan personajes básicos como MJ o Ben? Creo que si el reparto secundario no fuese tan hilarante –donde el amigo de rasgos asiáticos y la jovencita Zendaya destacan– sí habría un problema ante la exclusión de personajes del canon. No es el caso.
@jjnegretec: Creo que la adición del personaje a las políticas dictadas por la actual administración de Marvel se da sin ningún contratiempo y lo que más se agradece es prescindir de la historia de origen del personaje y arrancar en medio de los eventos, de hecho tomando como punto de partida la aparición del personaje en Civil War. Asimismo, la dinámica paterno filial que había sido el núcleo emocional de las dos versiones anteriores del personaje se transforma un poco al incluir a Tony Stark como figura paterna, lo que hace al tío Ben innecesario para esta versión en particular. Por otro lado, como menciona Eric, el carisma del reparto trasciende la expectativa de ver a viejos conocidos y le otorga a la audiencia la oportunidad de aceptar personajes y arcos narrarivos distintos, en lugar de calcar modelos que habían funcionado anteriormente.
BA: Sabemos que Marvel ha tenido un problema constante con sus villanos. ¿Cómo sale librado el Buitre y todo su arco narrativo en esta ocasión?
@ElMachoBionico: Las consecuencias de las acciones de los superhéroes continúa siendo un tema importante en el MCU, y ahora vemos cómo surge un villano a partir de esto cuando el Departamento de Control de Daños deja sin empleo a un hombre de la clase obrera que sólo busca proveer a su familia. Michael Keaton y su Buitre son parte del gran giro en la trama, un movimiento que pudo ser nada más que algo efectista, pero que termina añadiendo una capa de empatía a la relación entre villano y héroe. Creo que funciona.
@jjnegretec: A mí también me gusta lo que hacen con el Buitre y lo que Michael Keaton logra hacer con el personaje. En la vena del antagonista que interpretó Daniel Brühl en Civil War, Keaton representa a un hombre que ha sufrido las consecuencias económicas de la irrupción de los Vengadores en el mundo, un discurso involuntariamente político contra una elite particular: la de los superhéroes coludidos con el gobierno federal, desplazando a trabajadores como el personaje de Keaton y sus secuaces. Sin embargo, cerca del final, el giro dado al personaje le otorga un matiz inesperado y crea la secuencia más tensa de la película con Peter Parker, sin necesidad de un solo efecto especial más que la electrizante química de Keaton y Holland así como la precisa dirección de Watts, que logra difuminar los pocos momentos flojos dentro de la película, que en su mayoría es un espectáculo de aires a la John Hughes, cuyo sello distintivo es hacernos cómplices del asombro y no sólo espectadores del mismo.
