¿Cómo le fue a ‘Paterson’ en Cannes?

Por años el estilo de Jim Jarmusch parece no haber evolucionado, sin embargo el suyo es un cine de calma, de sutilezas, de pequeños eventos que lo transforman todo. Su nuevo trabajo, Paterson, parece recorrer ese mismo camino, al mismo tiempo que perfecciona la poética visual propuesta por el norteamericano desde hace más de dos décadas. La historia es sencilla, ocho días en la vida de un conductor (Adam Driver), no más, no menos. Los comentarios la colocan como una de las películas favoritas hasta el momento en la Selección Oficial (que ha tenido buen nivel) del Festival de Cannes.

A continuación les dejamos algunos comentarios:

Carlos F. Heredero, Caimán: Cuadernos de cine: “Habrá tantas maneras de acercarse a este entrañable y valioso objeto poético –que realmente inventa una nueva forma narrativa (y eso es ya mucho decir)– como espectadores que se acerquen a sus imágenes, pero podemos probar con algunas. Por ejemplo, la de contemplarlo como la cara luminosa y cotidiana de la oscura y retorcida Solo los amantes sobreviven, pues allí donde aquella ponía en juego una visión de los artistas que invocaba los tópicos del malditismo romántico y de la endogamia oscurantista, Paterson se acerca a un poeta que es un humilde conductor de autobús y que vive una anodina vida cotidiana de la que extrae sus energías líricas sin ningún tipo de autoconmiseración ni menos aún de engreimiento.”

Gregory Coutat, Film de Culte“Es dulce, la pequeña música del cine de Jim Jarmusch: su amena bienvenida, su humor lunario, su elegante melancolía. El tono único del cineasta viene de una inesperada visión de géneros, a priori, antinómicos, como el western (Dead Man) o los de vampiros (Only Lovers Left Alive). Paterson es por lo tanto, Jarmusch puro, simple y contemporáneo”.

Diego Lerer, Micropsia: “Paterson funciona en un tono menor, desdramatizado, con el protagonista y su esposa de origen iraní en un estado de romántica inocencia que parece sacado de una publicidad de felicidad de pueblo chico de los años ’50. Y Jarmusch aprovecha pequeños momentos para marcar diferencias entre uno y otro día: conversaciones en el bus, en un lavadero, en el propio bar. De esa manera, el personaje y la ciudad (que comparten nombre) logran transformarse en una sola y misma cosa.

Tim Grierson, Screen Daily: “Jim Jarmusch con frecuencia explora temas existenciales, pero quizá nunca habían sido tan bellamente austeros como lo son en Paterson, una pieza engañosamente modesta que es profunda y conmovedora pero que permanece asentada en el cotidiano. Siguiendo a un chofer de autobús (interpretado con increíble gracia por Adam Driver) a lo largo de una semana, la película convierte los pequeños detalles de la vida del protagonista en una sentida consideración del matrimonio, compromiso y las peculiaridades inherentes a estar vivo.”

Mónica Delgado, Desistfilm: “Si bien Paterson resulta redonda en su propuesta, en la manera en que Jarmusch va articulando esta sensibilidad de lo cotidiano con la marca de esta ciudad, que puede ser espacio social pero también un individuo, reflexivo y heroico en los Estados Unidos de crisis, hay una intención de colocar una contraparte demasiado boba: el personaje de la novia que parece diseñado para demostrar que la tranquilidad y rectitud de lo rutinario requiere de este lado modoso, tierno y tonto. La mujer en casa, que no va al bar y hace kekes. El hombre trabaja, escribe poemas y lee. Sin ese elemento, Paterson hubiera sido lo que intenta ser: la transposición de lo poético dentro de la rutina mundana.”

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