35 Foro | ‘La leyenda de la Princesa Kaguya’: Sensible acuarela

Estudio Ghibli no está pasando por su mejor momento. Con el aparente retiro y despedida de su miembro fundador más famoso, Hayao Miyazaki; la cinta Se levanta el viento (Kaze tachinu, 2013), y rumores de cierre o por lo menos reestructuraciones, la situación actual del afamado estudio japonés es una completa incógnita para todos. Así, entre toda esta turbulencia e incertidumbre nos llega La leyenda de la princesa Kaguya (Kaguyahime no monogatari, 2013), una leyenda tradicional japonesa en forma de largometraje animado, de la mano de otro miembro fundador de la casa productora, Isao Takahata.

Ocho años tomó llevar la visión de Takahata a la pantalla grande. Con La leyenda de la princesa Kaguya, el director japonés nos demuestra que el estudio que ayudó a fundar no se apoya únicamente en las manos de Hayao Miyazaki. La cinta es una muestra impresionista de animación que deja ver por completo las bondades de lo artesanal en un tiempo en el que la animación por computadora es el statu quo.

La película logra crear un mundo de líneas de carbón y colores tenues, con un diseño de personajes que parece sacado de un libro para niños perteneciente a una época diferente y más tosca. Esta cualidad clásica se convierte en un elemento que ayuda a contar la leyenda en la que se basa, ya que pone al método artesanal en el centro de una narrativa tranquila y espaciada y lo convierte en un personaje más que ayuda a crear un entorno rural y sencillo.

En una pequeña aldea de Japón, un cortador de bambú encuentra a una pequeñísima niña dentro de uno de los tallos, que después se transforma en una bebé para ser criada por el cortador y su esposa. Después de una serie de sucesos que van revelando la naturaleza sobrenatural de Takenoko (pequeño bambú en japonés), los nuevos padres se convencen de que su hija merece algo más que una vida rural, por lo que viajan a la capital para buscarle un compañero digno.

Este ritmo tranquilo puede ser un choque para el público acostumbrado a lo que Ghibli había mostrado en otras cintas que cuentan historias con más drama y acción. Pero para nada hace a La leyenda de la princesa Kaguya algo aburrido; todo lo contrario. La historia, aunque pueda sonar predecible, tiene desde el principio un encanto que atrapa. Este sentimiento va incrementando conforme la trama avanza. Todo esto lo hace con gracia, humor y enorme elegancia.

La última parte de la cinta merece una mención aparte. Es en este momento en el que la narrativa de verdad despega y se separa de los típicos cuentos de hadas. Para este punto hemos creado un lazo de empatía con todos los personajes y mientras nos acercamos al final esperamos con todo nuestro ser llegar al final estándar de “y vivieron felices para siempre…”, pero no todo es tan sencillo. La conclusión es una solución cósmica que de alguna manera encaja perfectamente con todo lo que habíamos visto hasta ahora en los densos bosques de Japón y que hace que todo valga la pena.

Por Xavier R. Vera (@SoyXavito)

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