‘Selma’: Cuando la historia revoluciona la percepción

En Selma (2014) dos situaciones ocurren: la lucha por el derecho al voto y la protesta social; elementos esenciales para la democracia contemporánea. El filme de Ava DuVernay sobre las campañas activistas en Selma, que ocurrieron en 1965 para defender estos derechos civiles, es una forma efectiva para reflexionar y analizar el por qué son importantes estas garantías para el ciudadano.

En ese año, Martin Luther King Jr. y el Southern Christian Leadership Conference (SCLC) unieron sus fuerzas con el Student Nonviolent Coordinating Committee (SNCC); el domingo 7 de marzo, 600 defensores de los derechos civiles salieron de Selma para llegar a Montgomery, la capital del estado de Alabama, con el fin de presentar sus quejas mediante una marcha pacífica. La mitad de los habitantes de la ciudad de Selma eran negros, pero solo el 1% estaban inscritos en las listas electorales, lo que segregaba y discriminaba a la población.

Ava DuVerney se aleja del biopic para poner al centro del film la lucha por los derechos civiles de la comunidad afroamericana. En este periodo, la vida de King se atraviesa por momentos personales y políticos de gran importancia para el movimiento, en la película el ésto es visto a través de los ojos de Martin Luther King Jr.

Sin embargo, todas las situaciones se alinean haciendo que lo más importante sean las exigencias del pueblo, hacer valer el derecho al sufragio efectivo, así como lograr que el presidente Lyndon B. Johnson aprobara los cambios adecuados a dicha ley, prohibiera la discriminación y segregación racial en establecimientos públicos y en cualquier negocio o institución.

La reconstrucción histórica de la película es a partir de audios originales del FBI y pedazos de la épica documentación de la marcha de ese 7 de marzo en Selma. Cabe recalcar que el FBI a cargo de J. Edgar Hoover, impuso las prácticas de espionaje como una actividad regular en esta institución.

Asimismo, es importante recordar que las razones para comenzar el espionaje por parte del gobierno de Johnson fue buscar desacreditar el movimiento de derechos civiles de King y de todas las actividades de militantes contra la segregación.

La directora trató de capturar a muchos personajes del movimiento, como el mismo Hoover y Jimmie Lee Jackson, el joven que murió en un tiroteo en un restaurante en Selma. Sin embargo, son David Oyelowo quien interpreta a Martin Luther King Jr, Coretta King vista a través de los ojos de Carmen Ejogo y otros actores como Tim Roth, Cuba Gooding Jr., y Oprah Winfrey (quien también produce la cinta), quienes aportan la esencia de la película.

Selma se estrenó a tiempo para los Oscar de este año, razón por la cual muchos la ha cuestionado, sin tomar en cuenta el peso socio-cultural que contiene y el contexto en el que sale a la luz en distintos países como México, donde la ciudadanía está en periodo de cambios sociales y se ven escépticos al voto.

Es imposible evitar la asociación de Selma con Ferguson o con los 14 jóvenes negros asesinados por policías en Estados Unidos recientemente. Miles de personas han salido a las calles para alzar su voz en la búsqueda de justicia, que no sólo repare el daño a las víctimas, también que pueda construir igualdad y paz social. La importancia de la protesta recae en el poder que brinda a la ciudadanía, es un derecho que reivindica otros derechos, y obliga a los gobiernos a actuar sobre las exigencias de la sociedad.

DuVernay presenta los discursos de Martin Luther King Jr. como el famoso “Mis ojos han visto la gloria” y la marcha del 7 de marzo de 1965, también conocida como el “Domingo Sangriento”, el feroz ataque de las autoridades locales, el Sheriff James Clark, la marcha nocturna de la fragmentada población y la ignorancia del gobernador frente a la situación.

Si se piensa cómo la directora comprendió la censura, las leyes y los discursos de la época, la película capta vívidamente la grandeza y las dificultades de un movimiento no violento. Por ello, Selma es un registro importante para comprender los hechos actuales.

Selma es una muestra de que cuando un pueblo se levanta puede revolucionar el progreso de un país. Las actuaciones, así como los cortes históricos y narrativos aportan a la comprensión del principio de las garantías que hoy en día conocemos y por las que en algún momento personas como Luther King o Gandhi lucharon.

Por Sofía Huerta (@Sophia_Huerta)

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