Una de las escenas más memorables de la poco valorada Idiocracy (2006) de Mike Judge, nos transportaba a un cine en una sociedad distópica gobernada por idiotas y oligofrénicos, unos 500 años después de nuestros días. La película más taquillera de ese año consistía en una sola toma de un trasero –masculino, presumiblemente– que soltaba una flatulencia tras otra para regocijo de los asistentes. El protagonista de la cinta, Joe Bauers (Luke Wilson), no lograba entender cuál era el chiste, qué hacia reir a sus congéneres si lo que mostraba la pantalla era una banal idiotez. Un espíritu creativo similar envuelve a Scary Movie 5: el mal ya viene (Scary Movie 5, 2013).
Gracias a dios el presente no se parece en nada a Idiocracy –eso espero– y pocos, muy pocos, cayeron embelesados ante el humor de la película. Las risas tenían el mismo tono de las que se emiten cuando alguien hace un chiste en un funeral.
A casi 13 años de haber arrancado, la franquicia parece ir en franca decaída. Admito a haber reído con las primeras entregas, pero tenía 12 años en el 2000 y entonces era el público objetivo. El humor con el paso de los años en lugar de evolucionar ha retrocedido. Y aunque es mucho pedir frescura llegada una quinta parte, sorprende la falta de imaginación para ejecutar y ensamblar cada secuencia.
La trama es sencilla. Dan (Simon Rex haciendo de Andy Sanberg) y Jody (Ashley Tisdale) son un matrimonio joven que comienzan a experimentar fenómenos paranormales después de que adoptan unas gemelas y regresan con su hijo recién nacido a casa. La historia mama de cintas como Actividad Paranormal (2007, 10, 11, 12), Mamá (2013), El cisne negro (Black Swan, 2010), Posesión Satánica (Evil Dead, 2013), El planeta de los simios (R)evolución (Rise of the Planet of the Apes, 2011) y algunas otras para hacer mofa. Hace mucho que esto dejó de ser una parodia al género del horror.
Los hermanos Wayans, creadores del concepto, rechazaron la invitación del estudio para involucrarse en esta quinta parte por razones que quedan claras al ver el resultado en pantalla.
A principios de año, Marlon Wayans lanzó su propio spoof-comedy al found footage titulado ¿Y dónde está el fantasma? (A Haunted House, 2013), donde interpretaba a un hombre con temor al compromiso. Sorpresivamente era una película con un trasfondo que la enriquecía, a pesar de no tener una ejecución satisfactoria. Había al menos la intención de dotar con algo de fibra el proyecto –no demasiada, tampoco hay que exagerar– y si la comparamos con Scary Movie 5 luce como una comedia de Shakespeare.
Para bien o para mal, los minions de Mi villano favorito (2010 & 2013) demostraron con su aparición que el slapstick puede seguir siendo efectivo y gozar del afecto del público. Los personajes de Scary Movie 5 son tan ineptos que es imposible empatizar con ellos, sobre todo cuando sufren. Lo tienen más que merecido. En el guión de David Zucker y Pat Proft abunda el racismo, el sexismo y los peores ismos que puedan imaginarse, si a eso le sumamos que el director Malcom D. Lee carece de la pericia necesaria para dirigir un capítulo de El chavo del 8 el panorama luce bastante oscuro.
Es aquí donde juega la taquilla. Scary Movie 5 sólo existe porque la franquicia tiene un costo tan bajo que no necesita una gigantesca recaudación para dejar ganancias. La 5, por ejemplo, costó 20 mdd y ya recaudó 75 alrededor del mundo. Quizá sí terminemos como en Idiocracy.
Por Rafael Paz (@pazespa)