Raperos de celuloide, la pose de la escena

En el botadero la encuentras como: CB4 (1993)

Pregunta por ella así: “Vengo de ver Los Jefes y me quedé con ganas de ver algo más gangsta y rayé mi dvd de 8Mile. ¿Tiene para darme grasa por’ai?” o “Compré este cd de los Rapapayasos y me dijeron que incluía una película…”

Valor agregado: Charlie Murphy, el hermano de Eddie, como un gangster con el sabor de MC Hammer. El sencillo Sweat From My Balls para ese momento sucio, puerco, especial con la pareja.

En una de sus canciones más populares, Babo, el frontman de Cártel de Santa, asegura que “pa’ hacerlo verdadero, nomás ocupan huevos”. Él, como muchos en el negocio de la lírica pesada y los beats asesinos, sabe que el rap puede llegar a ser mera pose –en su caso, quizá la temporada que pasó tras las rejas avale su acto–, una imagen creada para vender discos, boletos, playeras y demás parafernalia en conciertos. Pocos en verdad han sufrido el barrio en carne propia. Les gusta rimar sobre balas, armas, ajustes de cuentas y drogas pero nacieron lejos de calles violentas y, por lo tanto, de las consecuencias. Ahí está Los Jefes, el largometraje protagonizado por Babo y su clika, donde su imagen de pandilleros rudos de San Catarina es explotada a favor de una historia sobre el narcotráfico.  

El comediante Chris Rock también reconoce esa ocasional falsedad del producto musical. En 1993 decidió escribir y protagonizar una farsa con cierto aliento de falso documental y un poco de comedia ligera de nombre CB4. La cinta, inspirada por la vida y obra de la legendaria banda N.W.A., cuenta el ascenso a la fama de tres raperos de Straight out of Locash: MC Gusto, Dead Mike y Stab Master Arson, tres chicos de los suburbios que han intentado por años lograr el reconocimiento del ghetto y ven en el gangsta rap la oportunidad perfecta para salir del anonimato… aun cuando no sean más que un asunto publicitario.

Con el inminente estreno de Letras explícitas (Straight Outta Compton, 2015), la película biográfica sobre N.W.A. (Niggaz With Attitude, para los versados en el caló moderno), resulta pertinente repasar la cinta que parodia precisamente el sujeto a ensalzar en el trabajo firmado por F. Gary Gary (La estafa maestra, Tómalo con calma). En CB4 –el apócope de Cell Block 4–, el origen del grupo liderado por Eazy E, Ice Cube y Dr. Dre es tomado a burla, rebajado, llenado de poppers y convertido en rutina de stand-up. Mientras Babo se lo toma bastante en serio en Los jefes, Chris Rock nunca recorre ese camino.

El comediante, guionista y protagonista del largometraje, opta por hacer mofa de las características màs conocidas del gangsta rap y lo vacío que puede llegar a ser. Si la pelìcula se hiciera en estos días seguro atacaría el glamour, las mujeres en poca ropa y el nulo comentario social del 90% del rap más mainstream. Es un comentario atinado y, en su tiempo, oportuno, no obstante Rock y la directora Tamra Davis (Crossroads: Amigas para siempre, Billy Madison) se olvidan del desarrollo de personajes en favor del gag, restando fuerza al producto final.

Quedan para la antología esas escenas donde CB4 comienza a verse fragmentado por fundamentalistas raciales o las groupies. Con ver videos de hip hop de la época basta para darse una idea de que la parodia no estaba muy lejana de la realidad.

La realidad era el material base para la lírica de N.W.A., para CB4 también aunque filtrada por el humor. DJ spit that shit…

Por Rafael Paz (@pazespa)

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