La última vez que vimos a Katniss (Jennifer Lawrence) apenas había logrado escapar de Los Juegos del Hambre y su Distrito natal había sido borrado del mapa por las fuerzas del Capitolio, bajo órdenes del malvado Presidente Snow (Donald Sutherland relamiéndose el bigote). A pesar de sufrir estrés postraumático, es momento de que nuestra heroína se levante y dé fuerza a la incipiente revolución. Así arranca Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 1 (The Hunger Games: Mockingjay – Part 1), tercer entrega de la franquicia young adult más popular del momento. Dos de nuestros colaboradores nos hablan de la cinta:
- Cuatro horas de película divididas en dos partes, una este año, otra el próximo invierno. ¿Qué pasa con eso?
@pazespa: Sin duda lo pudo haber logrado, y el verdadero problema, me parece, es aplazar el conflicto. A pesar de su poco desarrollo de personajes, el director logra hacer una película verdaderamente tensa por momentos que construye expectativas que nunca llegan porque todo lo dejaron para el siguiente año. Lo que nos lleva a…
- ¿Cuál es el tema central de estas películas?
- Esta saga, fuera de su impacto económico, ¿podrá llegar a tener el impacto cultural de otras franquicias?
@jjnegretec: Creo que su impacto se medirá a través del tiempo, aunque se sospecho que muchos de los conceptos que maneja se mantendrán vigentes por bastante tiempo. Por otro lado, como pieza cinematográfica, creo que la saga tiene valor nulo y que responde más a una serie de necesidades actuales, ciertamente más inteligente o mejor construida que muchas otras que han querido colgarse de su popularidad (Maze Runner, The Giver, Divergent). Su impacto me parece más efímero y un mero vehículo para el portento que es Jennifer Lawrence, que fue encumbrada por destruir, desde su muy particular trinchera, las nociones de lo que es esperado de una figura mediática, una construccion de lo banal, a la vez distante y terrenal. No se ven asomos de trascendencia real.
@pazespa: Económico, sin duda. Como ya lo ponía Negrete, otras compañías empezaron a buscar historias similares buscando tener su propio fenómeno juvenil, sin alcanzar el mismo éxito. En cuanto a lo cultural, la mayoría de la literatura young adult está hecha con el mismo espíritu de cualquier otro producto desechable: cumplir una función a corto plazo y tener oportunidad de pasar a lo siguiente sin mucho reparo. El cine adaptado de esas letras no puede ser diferente. Sigo sin ver a niños o niñas en la calle vestidos como los personajes de Los Juegos del Hambre, lo que refuerza lo genérico de su propuesta estética, sin importar lo bien hecha que pueda estar. Es un problema similar con todas las cintas sobre adolescentes triunfantes en mundos distópicos, ¿cómo diferenciarlas si todas se ven y tratan de lo mismo?
- ¿Quién es más cute? ¿Gale o Peeta?
@pazespa: #TeamPeeta
@jjnegretec: Peeta is cute, but Gale is hot.