La arrogancia juvenil, una película de Xavier Dolan

En el documental de Martin Scorsese sobre Bob Dylan, No Direction Home (2005), un pintor amigo de Dylan habla un poco sobre la época de los 60 en torno a la subjetividad del éxito. Refería que antes el éxito se medía en proporción de lo que tuvieras que decir: “¿viste a Ornette Coleman, tienes algo qué decir?”. Decía que era subjetivo en el punto de comparación del momento clímax en el que Dylan tuvo su mayor éxito en una sala de conciertos. “Es la misma cantidad de gente que se encuentra en este momento en Times Square.”

Los tiempos cambian, y conceptos como éxito, fama y sobre todo talento se han vuelto escasos, obscuros, discontinuos quizá. Sin embargo, y pese a toda crítica estética, hay un mocoso talentoso que es la envidia de muchos y repudio de varios más: Xavier Dolan (Quebec, 1989).

Pocos pueden ufanarse de tener un ego sustentado a los 20 años. En 2009, Dolan llamó la atención de los reflectores con su opus J’ai tué ma mère, cuyo guión presume haber escrito a los 16 años. Dolan también dirigió y actuó la película, interpretando un mocoso pasado de rosca con su mamá. De repente tenía tres premios en Cannes, y la crítica a su favor. Aunque quienes lo critican a ultranza odian su trabajo, tildándolo de inconsistente, poco original y hasta chocosamente cursi. Pretensioso, he leído por ahí.

Ese tipo de fama se añade al mito en torno a Dolan como de personalidad ácida, abiertamente homosexual, socialité, guapo y estilizado, que lo llevan a ser el enfant terrible por antonomasia del cine canadiense. Para muchos, y con dos películas más en su haber, Xavier Dolan está destinado a ser uno de los cineastas de referencia de los últimos cinco años.

dolan2

Sus películas están sumamente cuidadas en su estética: fotografía impecable, un manejo de los colores muy influido por el mundo de la moda, pop en muchos casos, en otros nos pueden recordar ligeramente a Pedro Almodóvar, y las tomas en cámara lenta y los cambios a negro son clichés que Dolan presenta de una forma refrescada y efectiva. Podría parecer un prodigio del lugar común.

En Les Amours Imaginaires (2010) repite la fórmula, y poco a poco se le ha venido rindiendo desde entonces. Pareciera que en sus actuaciones Dolan se estuviera representando a sí mismos: jóvenes hermosos y odiosos, engreídos y seguros de sí mismos. Hay mucho de encanto ahí, y se necesitan huevos y desfachatez. ¿Que el discurso del quebequense es superfluo? Vaya que lo es.

Aquí en México, pese a tener poca distribución, los fans de Dolan no son pocos, y los detractores parecen no encontrar un calificativo mejor que “hipster” para desdeñar la fresés con la que están hechas los filmes de este joven. Insisto, hay algo de encantador ahí. ¿Qué tienes que decir a los 23? Xavier Dolan tiene puro drama hard core, homosexualismo, drogas, trasvestis, hedonismo a tope. Narciso enculado de sí mismo.

Laurence Anyways es la nueva película del canadiense, y al parecer promete hacer lo mismo una vez más. El fantasma del director de Hable con Ella vuelve a hacer su aparición. Y estar vuelto de sí mismo a una edad tan corta debe tener su encanto en muchos aspectos. Habrá que ver cómo sigue evolucionando el cine de este talento controversial, chamacón y sumamente cagante.

Un director de actores, cargado de diálogos, enredos contemporáneos, modernos con problemas de conducta. Aguas: la revolución trae lentes de pasta y peinado de Morrissey. La idea del videoclip en historias azotadas le viene bien a este director y el click contemporáneo es inevitable. Se me vienen muy pocas películas que retraten de forma tan fiel y negra a estos personajes de clase media alta.

Ambición. Lawrence Anyways promete ser la película más extensa y costosa del canadiense a la fecha. Todos los ojos están puestos en un chaval hermoso que vuelve a estar nominado en Cannes, pero perdió en crítica. La decepción hizo eco incluso en los fans de Dolan. Caritas tristes.

El siguiente trabajo sería crucial para entablar un trabajo sólido de una vez por todas, o autorelegarse a repetir la misma fórmula que, ojo, no lo hace mal. Es complicado disociar la personalidad del trabajo, aunado a la edad. Hay muchos directores que intentan en toda una carrera, lo que Xavier ha logrado en tres años. Eso le arde mucho a los detractores, les genera escepticismo el éxito tan temprano, que a veces parece sustentarse más en un mito que en el propio trabajo.

Hay que ver el cine Dolan y tomárselo con humor. Las películas de este joven tienen su encanto y algo que, pese a lo infladas o inconsistentes que puedan llegar a ser, atrapan de inmediato. Hay una lección ahí.

Por Ricardo Pineda (@RAikA83)

    Related Posts

    Diarios de Cannes – Día 8, la despedida
    50 películas para disfrutar el 2018
    Primer tráiler de ‘Juste la fin du monde’
    Ken Loach se lleva la Palma de Oro
    ¿Cómo le fue a ‘Juste la fin du monde’ en Cannes?
    Nuevo póster de ‘It’s Only The End Of The World’

    Leave a Reply