‘Jirón de niebla’ y lo que nunca sucedió

Es importante contar lo que sucedió. Carlos Enrique Taboada pretendía filmar su quinta película de terror, Jirón de niebla [después de Hasta el viento tiene miedo (1968), El libro de piedra (1969), Más negro que la noche (1975), Veneno para las hadas (1984)] a finales de la década de los 80. Contrario a lo que podría creerse, las cintas de Taboada tenían poco apoyo para su producción, por lo que el director vio en el VHS una opción barata y fácil para realizar sus obras. Sin embargo, tras la filmación de la cinta, con guion de él mismo, el material en vídeo se quedó, enclaustrado y raptado, en la propiedad de su productor, donde terminaría por perderse para siempre.

Ahora, a casi treinta años del suceso, Julio Cesar Estrada (quién compró los derechos al mismo tiempo que los de El libro de piedra [remake que dirigió] y Hasta el viento tiene miedo [remake que produjo]) trae a las pantallas la historia que, hasta hace algunos años, resultaba desconocida. Daniel (José Ángel Bichir) debe cuidar de su fastidiosa tía, la que se hizo cargo de él cuando quedó huérfano de niño; pero esta labor resulta cada vez más pesada, ya que la boyante vida lo espera afuera de la lúgubre mansión.

Lo más sencillo sería decir que esta cinta nunca sucedió, que el mito de Jirón de niebla está intacto y que el culto sigue viviendo entre los fans del horror nacional y el mexplotation. Puesto que esta versión dosmilera, además de ser una fallida cinta de horror, no sólo tropieza por sí sola, sino que hace tropezar a toda el aura especial que rodeaba el título. La puesta en escena, que no sigue el tono autoral de Taboada, ni pretende cosas nuevas, falla y dista de lo que imaginábamos pudo hacer el difunto cineasta.

Parece ser que sólo él es capaz de comprender la manera de narrarlo. Muchas críticas puede haber hacia Taboada, pero podía contener en su cine de género un mensaje social, y hasta político; utilizando el horror como vehículo para intimar con la audiencia. Algo, que, desgraciadamente, no logra ni Estrada, ni el nuevo Bichir, que no poseen más que antipatía, y una manera poco franca de develar el horror y su contenido.

Sustos fáciles, y una María Rojo interpretando el mismo papel desde hace algunos años, es lo que se puede encontrar en la película, con un cartel engañoso, que propone un encuentro actoral profundo, cuando sólo hay apariciones esporádicas.

Mucho más recomendable resulta el documental casi homónimo, dirigido por Cristian Cueva: Jirón sí reivindica la importancia de Carlos Enrique Taboada, que respeta el misticismo de la cinta original, y que contiene un descubrimiento importante. La cinta de Estrada, no fue la vencida a la tercera, pues aunque hay un crecimiento con respecto El libro de piedra y Cañitas, no logra consolidarse como un director de género para esta nueva época.

Por Ali López (@al_lee1)

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