Quizá la única cinta de Christopher Nolan cuyos inacabables giros y capas como de matrioshka —esas muñecas rusas que se guardan una dentro de otra— existen de manera totalmente justificada es El origen (Inception, 2010). Su lógica de sueño le permite fluctuar entre distintas realidades creadas por la mente y los elementos que extrae y combina de la realidad; sin embargo, eso no la hace una película surrealista. Su extrema racionalización de los sueños no sugiere los desórdenes arbitrarios de Breton, Dalí y Buñuel, entre muchos otros. Las formas abstractas de los surrealistas, que sugerían no sólo una reorganización de la realidad, sino una deformación completa del mundo, están ausentes de la cinta de Nolan. Habiendo concluido esto, Kyle Kallgren, de Brows Held High, se pregunta en este ensayo de 12 minutos si la intención del director era hablar sobre la mente y los sueños o si más bien intentaba decir algo sobre el cine mismo. Es una teoría interesante, aunque demasiado complicada, pero si quieren entender la idea sobre cómo podría ser El origen una metáfora sobre la realización cinematográfica no se pierdan el siguiente video.
Vía Brows Held High
