Emmanuel Lubezki: precisión y belleza estética

El cinefotógrafo mexicano Emmanuel Lubezki desarrolló en Hollywood el estilo sensible, contemplativo y preciso que caracteriza su trabajo como director de fotografía y con el cual se han filmado grandes bellezas estéticas como El árbol de la vida, Niños del hombre y Gravity.

Lubezki nació en la Ciudad de México en 1964. Estudió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, en donde conoció al cineasta Alfonso Cuarón, quien fue expulsado junto a él del instituto.

Con Cuarón inició su carrera como director de fotografía con Solo con tu pareja, protagonizada por Daniel Giménez Cacho, en 1991. Con él ha colaborado en seis de sus siete filmes: La Princesita (1995), Grandes esperanzas (1995), Y tu mamá también (2001), Niños del hombre (2006) y Gravity (2013). En México fue reconocido por las cintas Como agua para chocolate, de Alfonso Arau; Bandidos, de Luis Estrada; entre otras.

Como director de fotografía ha construido una narrativa visual precisa y estetica que ha contribuido a la calidad de los filmes en los que ha trabajado, varios merecedores de reconocimientos internacionalmente.

Emmanuel Lubezki tiene un ojo de oro, pues sus filmes generalmente son motivo de nominaciones. El mexicano ha sido nominado en seis veces al premio Oscar, que entrega la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Estados Unidos, por las películas El árbol de la vida, Niños del Hombre, El nuevo mundo, La leyenda del jinete sin cabeza, La Princesita y Gravity, filme nominado en once categorías este año.

En Estados Unidos, su primera gran producción fue junto a Ben Stiller en su ópera prima Una dura realidad (1994), luego con Martin Brest para ¿Conoces a Joe Black? y La leyenda del jinete sin cabeza, de Tim Burton. Así el cineasta forjó reconocimiento entre la crítica estadunidense, específicamente a partir de su trabajo junto al director Terrence Malick en las películas El nuevo mundo, El árbol de la vida y Deberás amar (2012).

Con Gravity, de Cuarón, es reconocido por la complejidad que requirió replicar las condiciones de espacio. Para este filme el realizador construyó una caja de luz, integrada con por una pantalla de LED manejada por robots con la que pudo manipular la luz expuesta en el rostro de cada actor.

Por Alejandra Arteaga (@adelesnails)

    Related Posts

    ‘Los últimos días en el desierto’: El lado humano de Jesús
    El mismo México y otro, una revisión de ‘Roma’
    ¿Qué estrena la Cartelera?
    50 películas para disfrutar el 2018
    50 películas para el 2017 – Parte 1
    Primeras imágenes de ‘Voyage of Time’, de Terrence Malick

    Leave a Reply