¿Cómo le fue a ‘Baccalauréat’ en Cannes?

Hace un buen tiempo el cine rumano dejó de ser novedad como al inicio del milenio. Cristian Mungiu se llevó una Palma de Oro en el 2007 gracias a su trabajo en 4 meses, 3 semanas, 2 días, con la que conquistó al público de todo el mundo. Ahora es uno de los asiduos en la Selección Oficial del Festival de Cannes y este año presentó Baccalauréat: una cinta sobre paternidad con la situación social del país europeo de fondo. Convenció a pocos durante su proyección, se podría decir que la recepción fue tibia casi de indiferencia. Chequen los comentarios.

Diego Lerer, Micropsia: “El talento para la narración firme del director de 4 meses, 3 semanas, 2 días hace que uno siga igualmente con nervios e interés el desarrollo de la historia, logrando disimular lo suficiente la manipulación dramática como para sostener nuestra atención. Es que el universo que rodea al doctor, su hija y su familia (todos excelentes actores, además) está tan bien descripto, tan cerca de las experiencias que se suelen vivir en países donde la corrupción es moneda corriente, que uno no puede más que implicarse en lo que pasa, aún notándole las costuras por todos lados. Lo cierto es que, de reducir el guión a un nivel más básico y realista, Graduation podría funcionar mucho mejor, y hasta acaso ser la mejor película de Mungiu. Así como está, se queda a mitad de camino.”

Luis Martínez, El Mundo: “La estrategia es dejar que el espectador se enrede en la simpar odisea de su protagonista, pero dejando siempre una prudencial distancia entre la pantalla y la mirada. Las explicaciones discurren por el lateral de la historia; es el espectador en encargado de sacar las conclusiones, de perderse y de, finalmente, dejarse arrastrar. La narración tiene algo de la meticulosa descripción del horror a la que nos tiene acostumbrado Haneke.”

Ángel Quintana, Caimán: Cuadernos de cine: “La sociedad rumana se encuentra a la deriva y la única alternativa, tal como indica el personaje de Romeo, es la de salvar a los hijos, permitiéndoles una salida en extranjero. Mungiu rueda la historia con largos planos de cámara fija. La película no acaba de funcionar, quizás porque el director quiere contar demasiadas cosas, abarcar demasiados campos sin llegar a profundizar en ninguno de ellos.”

Fabien Lemercier, Cineuropa: “Baccalauréat dibuja con una precisión implacable no sólo el cuadro de un sistema nepotista visto como normal cuando se trata de ayudar a la familia o preservar la propia seguridad sino también la precipitación del amor ciego de un padre que todavía no ha cortado el cordón umbilical con su hija y que proyecta sus propias frustraciones pasadas en su futuro. Cristian Mungiu desvela todos los matices de estas bondades de la educación que resultan ser maldades sin tirar jamás la piedra contra nadie sino constatando sencillamente que hasta el cuidador puede verse afectado por las vibraciones del entorno y que todos los modelos acaban por caerse un día.”

Diego Batlle, Otros Cines: “Graduation tiene una solidez narrativa y actoral que a esta altura no sorprende en el marco del nuevo cine rumano, pero la acumulación de infortunios y miserias personales parece desmedida en el escaso tiempo en el que transcurre la historia. Ya había quedado claro que Mungiu quería demostrar que estos tiempos modernos de la Rumania poscomunista (capitalista) no son precisamente los mejores.”

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