Novedosa familiaridad: El Palmarés de Cannes 2012

Muda el año pasado…éste, no la podemos callar.

Lluvia constante y tupida, más que cualquiera de los filmes o estrellas presentes en el Festival de Cannes, el mal tiempo fue fuente de quejas constantes por parte de los asistentes, las estrellas internacionales de cine se vieron en la penosa necesidad de desfilar sus abrumadoramente exagerados atuendos bajo un triste desfile de paraguas. Este mal clima parecía ser una expresión de la desilusión constante ante los resultados de las cintas presentadas, un festival aparentemente gris con pocas cintas aclamadas de manera unánime, por lo cual, predecir que cintas se llevarían los preciados pergaminos, era, por decir lo menos, complicado.

Primero, las grandes perdedoras. En la crítica especializada había muchas favoritas y se barajaban varios nombres para los pocos premios otorgados, pero muchas veces las predicciones están dictadas por el gusto personal, cuando el gusto ajeno es el punto a considerar. Holy Motors de Carax, para muchos la mejor cinta en competencia, se fue con las manos vacías. Ya se rumoraba que Moretti había detestado la cinta, lo mismo con Cronenberg, a quien Moretti ya le había expresado disgusto en una cinta suya.

De Rouille et de Os de Audiard, a pesar de causar cierto furor no alcanzo a empapar ni una entrepierna del jurado, lo mismo sucedió con Moonrise Kingdom de Wes Anderson y todo el cine gringo, que fue totalmente ignorado. El jurado, decidió, en su lugar, premiar a caras ya conocidas (en el medio festivalero desde luego) en las mismas categorías que se habían ganado previamente.

Il Duce: Conservador e Italiano.

La ceremonia, de apenas 40 minutos de duración, comenzó con la cara del festival, Berenice Bejo (The Artist) en una simple pero elegante escenografía (toma nota, Premios TVyNovelas) para introducir a los presentadores de los premios que a su vez cedían la anunciación al presidente de cada jurado, tenía la sensación de que estaban jugando “la papa caliente”.

El primer premio de la noche fue la Palma de Oro por cortometraje, presentado por Kylie Minogue y Jean Luc Dardenne (Le gamin au veló), y fue para Silent de L. Rezan Yesilbas, cortometraje turco ambientado en 1984. El discurso se dio en turco y desafortunadamente mi turco no es fluido.

El siguiente fue la Cámara de Oro, presentado a la mejor opera prima, para la entrega fueron llamados el maestro español Carlos Saura (que presumió su españolado francés), la bellísima Ludivine Sagnier (Peter Pan, 8 Femmes) y el director brasileño Carlos Diegues quien dio el premio al americano Ben Zeithlin por la ya laureada en Sundance Beasts of the Southern Wild, la cual, si miran el trailer es una mezcla de la narrativa de Spielberg con la estética y la sensibilidad del tailandés Apitchapong Weerasethakul (Tío Boonme que recuerda sus vidas pasadas).

Histrionismo Global: Gong Li y Mads Mikkelsen.

Después vino la presentación del jurado a cargo de Nanni Moretti, el cual incluía, entre otros, a Ewan McGregor (gran peinado), Diane Kruger (que parecía pastel de boda), Alexander Payne (que nadie peló) y a Jean Paul Gaultier (que sacó la piernita de una falda a lo Angelina Jolie). Ya se iban a repartir los premios chonchos.

Se abrió el palmarés de la selección oficial con el premio del jurado (la medalla de bronce) presentada a Ken Loach (reiterando que el Darling de Cannes) por una película que tuvo una recepción muy regular tirándole a mala. La cosa comenzaba de manera decepcionante.

Luego vino el premio al guión, presentado a Cristian Mungiu por Beyond the Hills, quien en 2007 se llevó la Palma por 4 meses, 3 semanas, 2 días. Un resultado esperado, dado que la cinta de Mungiu fue recibida de manera cálida aunque no levantó faldas como su última cinta. El conservador gusto del jurado se hacía cada vez más evidente.

Classic Hollywood y la Nueva Ola Rumana.

Y vino el cebollazo para México, el premio a mejor director era para Reygadas por Post Tenebras Lux, cinta que fue terriblemente recibida por la crítica, sin embargo, defendida con pasión por varios. Ésta si fue sorpresiva dado que Moretti ha expresado su digusto por el cine “cruel” y “altamente estilizado”, pero al parecer la pluralidad del jurado se impuso al gusto de un solo hombre. Habrá que ver para juzgar.

La actriz china Gong Li (La Maldición de la Flor Dorada) era presentada para entregar el premio al mejor actor, en la que se barajaban como posibilidades Jean Louis Tringtinant por Amour, el muy alabado Denis Lavant por Holy Motors y el novel Mattias Schoenarts por De Rouille et d´Os. Al final el premio dio a parar a las manos del actor danes Mads Mikkelsen (Casino Royale) por Jagten de Tomas Vinterberg. Mikkelsen interpreta a un maestro acusado de abuso sexual infantil, como los del SNTE.

La gran pantalla: Carlos Reygadas.

A continuación Alec Baldwin se hizo presente con un chistorete que no levantó ni una sonrisa para presentar el premio a la mejor actriz. Marion Cotillard por De Rouille et d´os, Emmanuelle Riva por Amour, Nicole Kidman por The Paperboy y Marguerite Seidl por Paradies: Liebe se manejaban como posibilidades, pero el premio fue compartido por las jóvenes actrices rumanas Cristina Flutur y Cosmina Stratan por Beyond The Hills. Sólo en Cannes.

Para el último bloque, se inició con la entrega del gran Premio del jurado (la medalla de plata) que fue a dar a Mateo Garrone (mismo premio hace 4 años por Gomorrah) por Realitá, un premio poco esperado, ya que la cinta tuvo críticas muy malas, pero reitero, al final del día la dictatorial opinión del presidente del jurado se impone a la pluralidad de la crítica “especializada”.

Amour pour Amour.

El broche de oro compensó los poco emocionantes y muy convencionales premios otorgados antes, al darle una muy intensa Audrey Tatou y un simplón Adrien Brody la Palma de Oro a Michael Haneke por Amour, una de las pocas cintas alabadas por unanimidad en el festival. El premio fue justamente repartido a Haneke y su octagenaria dupla protagonista, quienes se llevaron el momento más emotivo de la ceremonia con una merecida ovación de pie. Haneke repite la hazaña de hace tres años y a Moretti no le quedo más que ceder a su disgusto por el director austriaco. ¡Arrodíllate, Moretti!

Berenice Bejo daba la despedida y nos prometía vernos el año que entra en otra edición del festival de cine más grande y prestigioso del mundo, que no está exento de los males mundiales: corrupción, tendencias megalómanas, incongruencia, lobbysmo y xenofobia, pero al mismo tiempo, es donde la diversidad cultural se celebra con pompa y gala. La más grande y glamurosa incongruencia: Cannes.

Cannes: donde el cine joven siempre gana.

Por JJ Negrete (@jjnegretec)

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