El dolor de una pérdida lastima, enloquece y perdura; la asimilación de la ausencia es uno de los procesos más complicados de nuestras vidas. En el caso de los protagonistas de Anything For Jackson (2020), incluida en la programación de la primera edición del Nightstream Fest, la falta de su pequeño nieto es insuperable y el impulso primario detrás de su acercamiento a las fuerzas de la oscuridad.
La trama inicia con Audrey (Sheila McCarthy) y Henry (Julian Richings) desayunando, una rutina tan aceitada como años tiene su relación, nada parece diferenciarlos de otras parejas de su edad que se enfrentan a la soledad de su hogar con la partida de sus hijos. No obstante, dicha normalidad será quebrantada. La pareja tiene un plan: secuestrar a una joven embarazada y obtener mediante un ritual satánico traer de vuelta al pequeño Jackson. El diablo tiene otros planes.
La película de Justin G. Dyck –quien ha dedicado buena parte de su vida a dirigir para la televisión– recuerda en su planteamiento al clásico El bebé de Rosemary (Rosemary’s Baby, 1968) a la inversa, el punto de vista no lo tiene la joven embarazada sino sus vecinos adoradores de Satanás. Y, a diferencia de ellos, estos son bastante ingenuos y torpes en sus tratos con el demonio.
La empatía que se podría sentir por la pérdida de los abuelos, se cruza con su acercamiento al ocultismo y su deseo de un sacrificio para recuperar a su nieto. Otras películas, como la española Asmodexia (2014), han intentado jugar con esta dinámica. En ese caso, colocando nuestra empatía en un abuelo y su nieta, exorcistas de oficio, que conforme avanza la trama revelan que en realidad trabajan activamente para facilitar la llegada del Anticristo.
A Henry y Audrey los mueve el dolor –”nadie tiene más tiempo que una familia en pena”, dice ella–, éste los ciega provocando una cadena de malas decisiones. Cada paso sólo aumenta su pesar, los aleja de su objetivo primario. Por ejemplo, Audrey comienza a revivir cuervos gracias a un antiguo texto satánico, casi como un juego porque no comprende los escritos del todo, pero su entusiasmo la lleva a bajar las defensas sin reparar en las consecuencias de invocar favores ocultos o entender completamente el precio a pagar.
Es entonces que Anything For Jackson ofrece sus mejores sorpresas y consigue algunos momentos de genuino horror, porque los abuelos abren la puerta de su hogar no a un niño resucitado sino a un grupo de entes deseosos de explotar sus miedos –con un comportamiento similar al del volátil monstruo de Está detrás de ti (It Follows, 2014)–. Justin G. Dyck y el guionista Keith Cooper muestran una habilidad interesante para mezclar horror y comedia, la torpeza de los protagonistas no desaparece con la llegada de los espíritus sino que aumenta.
Igual que la mujer de Lot en el Génesis, convertida en sal porque no puede evitar mirar hacia atrás, Audrey y Henry son víctimas de su obsesión con el ayer. El dolor los ancla, el peso los condena.
Por Rafael Paz (@pazespa)
