‘Los ilusionistas’: Magia ligera

Cuatro magos son contactados por una extraña organización en Los ilusionistas: nada es lo que parece (Now You See Me, 2013), llamada El Ojo. Cada uno posee diferentes habilidades de lo que a grandes rasgos llamamos magia. Uno es un mentalista, dos son ilusionistas y el último es el chico capaz de abrir cualquier candado. 

Nunca sabemos exactamente qué les ofrecen, ni por qué aceptan, pero nuestros protagonistas deberán pasar tres pruebas para unirse a la misteriosa orden. Cuando asaltan un banco y reparten el dinero entre el público, el FBI y la Interpol comienzan a seguirles la pista con la intención calzarles un par de esposas. ¿Quién ganará?

Mientras veía Los ilusionistas no podía dejar de pensar en que es la película perfecta para ser programada en la televisión una y otra vez. El director Louis Leterrier (Clash of the Titans, The Incredible Hulk, Transporter 2) y los guionistas Ed Solomon, Boaz Yakin y Edward Ricourt han creado un producto que luce lo suficientemente complicado para entretener al público y es bastante ligero para que toda la familia pueda disfrutarlo. Se podrían dormir y aun así captarían la trama.

La película transcurre en tres frentes. Por un lado, los magos –Daniel (Jesse Eisenberg), Merritt (Woody Harrelson), Henley (Isla Fisher) y Jack (Dave Franco)– tratando de montar su espectáculo con ayuda del millonario Arthur Tressler (Michael Caine). Un paso más atrás, el conductor de televisión Thaddeus Bradley (Morgan Freeman) que antes fue mago y ahora se dedica a desenmascarar trucos. Y en la rezagada retaguardia, el agente del FBI, Dylan Rhodes (Mark Ruffalo), y la agente de la Interpol, Alma Dray (Mélanie Laurent). Como pueden notar la trama tiene una sobredosis de personajes y ninguno es en realidad el protagonista solitario, es más un trabajo de ensamble.

La falta de profundidad en cada rol es poco perceptible gracias a la ágil puesta en escena implementada por Leterrier, usando como base para la acción los conceptos básicos del whodunnit –aquél que en su definición indica que el menos sospechoso es el culpable–. De esta forma el realizador/maquilador en el juego de descubrir quién es el verdadero responsable. Como buen truco de magia, las pistas falsas abundan y los cabos sueltos también.

Los ilusionistas al menos es honesta y nunca busca ser algo más que un buen entretenimiento, no hay sexo o situaciones violentas, por ejemplo. Por supuesto que hay caminos que se dejan sin explorar y que pudieron ser –en potencia– más interesantes. La relación amorosa entre Daniel y Henley, quienes conforman El Ojo, para qué sirve pertenecer a dicho clan, de qué sirve convertir a los benefactores del pueblo en las personas más buscadas de Estados Unidos y un largo etcétera.

El verdadero truco es hacernos sentir entretenidos.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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