‘La dama de negro 2: el ángel de la muerte’: Secuela innecesaria

¿Qué se puede decir de un film tan terriblemente malo? Muy poco. Empezaré por reseñar la sencilla trama de La dama de negro 2: el ángel de la muerte (The Woman in Black 2: Angel of Death, 2014). Durante el incesante bombardeo nazi a Londres, en la Segunda Guerra Mundial,  un reducido grupo de niños es llevado por un par de institutrices a la mansión Eel Marsh (donde ronda el fantasma de Jennet Humfrye “La dama de negro”) para así ser protegidos de la guerra. El recinto a donde llegan luce poco amigable, pues es lúgubre y está impregnado de misterios; sucesos extraños comienzan a ocurrir alrededor de sus nuevos habitantes. Eve Parkins (Phoebe Fox), joven y optimista educadora,  tratará de develar el misterio de la casa embrujada, a la vez que procurará salvar a los niños del peligroso mal sobrenatural que sobre ellos cae.

Hammer Films produce esta segunda entrega, tras una primera y fallida película, que sólo funciona para confirmar que son pocas las secuelas/precuelas buenas, y para manchar el célebre nombre de la casa productora; de la Hammer de los años 60 ya queda muy poco. Y es que no hay ni un punto a favor para la cinta. Es cierto que es terror de primera mano y buena manufactura: el vestuario funciona, la fotografía es decente (o eso creo, ya que la copia que vimos estaba muy opaca y mal proyectada), las actuaciones tienen un nivel estándar y los efectos poco desmerecen. Pero en el guión y la dirección se cae todo lo que se logró técnicamente. Jamás hay terror, ya no digamos misterio, mucho menos suspenso. Hay el típico susto de “brinquito” que se espera, te sorprende, y se pasa como si no hubiera sucedido; ridículo.

El final es inverosímil, risible y cuestionable. Hay una tendencia actual por sacrificar a un personaje que ni la debe ni la teme porque resulta mejor para él, o ella, estar muerto, pues tiene a alguien “del otro lado”. El cine de terror, y esta cinta en particular, se vuelven dogmáticos, aceptan la idea religiosa de otro mundo, paraíso, donde todas las personas buenas habitan. ¿Por qué?

Otros de los aspectos nefastos de La dama de negro 2 es el monstruo/fantasma mismo, que con apariciones esporádicas, al momento del susto, no junta más de diez segundos en pantalla. O sea, no hay un ente al cual temer, y no es que sea necesario que esté siempre presente, o aparezca por completo (recordemos Cloverfield o The Host), pero sí es necesario que sepamos a qué temerle, por qué temerle, y cómo vencerlo; reglas básicas para crear un monstruo cinematográfico. Este film no lo tiene; no tiene terror porque no hay un elemento en donde el terror se ubique.

Si tienes 13 años y jamás has visto una película de terror, tal vez, y sólo tal vez, te guste La dama de negro 2: el ángel de la muerte. Preferible no acercarse a verla ni hablar de ella; no vaya a ser que nos caiga la maldición y llegue una tercera entrega.

Por Ali López (@al_lee1)

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