Inician los años 30 del siglo XX, el mundo ha experimentado sucesos que lo han desestabilizado, el evento más crítico por mucho fue la llamada Gran Depresión de 1929, que afectó directamente la economía de Estados Unidos, y como siempre sucede, se traspasa la crisis a los demás países, pues se trata de la caída de una gran potencia.
Cuatro años después de la crisis que provocó caídas en las bolsas y cientos de suicidios, aparece una historia llevada al cine, que bien podría decirse funda el género de monstruos en la pantalla grande: King Kong, también apodado La Octava Maravilla del Mundo, dirigida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack.
La película se estrenó el 2 de marzo de 1933 en Nueva York y quienes seguramente están leyendo el texto conocen bien la trama, pero no está por demás contarla brevemente, pues resulta fascinante.
La historia se adapta al contexto de su época; el personaje clave es el director de cine Carl Denham (Robert Armstrong), quien desesperadamente busca a una joven atractiva, de preferencia rubia, para llevársela en una travesía por mares desconocidos de Sumatra y así rodar una película en locaciones nunca antes vistas.
La joven rubia que se encuentra por casualidad es Ann Darrow (Fay Wray), actriz de vodevil quien quedó desempleada por culpa de la crisis y quien ve en esta propuesta la oportunidad para ganar dinero o al menos vivir una aventura que nunca imaginó.
Sólo Carl sabe qué peligros existen en la locación elegida llamada “Isla Calavera”, donde habita una comunidad primitiva y seres prehistóricos. Ahí hay una gran muralla que separa a los habitantes del simio gigante que es identificado como el monstruo del lugar.
El guión se empecina desde un principio en hacer una analogía entre la bella y la bestia, lo que, transcurriendo la historia, tendrá un claro efecto cuando King Kong roba a Ann, quien es ofrendada por los nativos. El gran simio se obsesiona con ella, quien a su vez siente lástima, ternura o algo extraño por la solitaria bestia peluda.
El fenómeno King Kong
La industria del cine ha explotado por mucho la historia de King Kong, ha permanecido en el gusto del público años y se han realizado diversos remakes:
The Son of Kong (1933)-Dir. Ernest B. Shoedsack,protagonizada por Robert Armstrong, Helen Mack y Frank Ritcher.
King Kong (1962)-Dir. Babbhai Mistri. Actúan Kumkum, Dora Singh y Chan Drasherkhar
King Kong vs. Godzilla (1962)- Dir. Ishiro Honda. Actúan Rhodes Season, Mie Hanna y Linda Miller.
King Kong (1976)- Dir. John Guillermin. Actúan Jeff Bridges, Charles Driscol y Jessica Lange.
King Kong Lives (1986)- Dir. John Guillermin. Actúan Peter Elliot, George Yiasoumi y Brian Kerwin.
King Kong (2005)- Dir. Peter Jackson con Naomi Watts, Jack Black y Adrien Brody
Esta última adaptación dirigida por Peter Jackson es bastante atractiva por la recreación del Nueva York de la época, toda la investigación que se hizo al respecto, tanto del contexto político, económico y social, así como de la vida en la ciudad y la recreación del imponente edificio Empire State donde transcurre el trágico desenlace del filme.
La recreación de la Isla Calavera y de todas sus criaturas impacta en la pantalla; la aparición de animales prehistóricos sorprende al espectador y lo emociona en la escena de la lucha entre King Kong y T-Rex; la aventura, destrozos y adrenalina son bien llevados en sus más de dos horas de duración.
La historia de King Kong abrió camino para la proyección a gran escala de historias de monstruos en la pantalla. Este tipo de relatos han sido bien recibidos por el público, que gusta ver en los filmes a criaturas que provocan caos y destrucción.
King Kong seguirá siendo un clásico del cine; no olvidaremos la magnífica escena en las alturas sobre el imponente edificio del Empire State, donde aparece el simio gigantón rodeado de aviones de guerra que lo van matando poco a poco, junto con su carácter salvaje y ese amor y ternura que le tuvo a la joven rubia quien fue su perdición.
Por Ángela Mariana Ávalos/YolloX (@elvientosabe)
