‘¡Huye!’ y el horror de las apariencias

La llegada de Barack Obama supuso para muchos el fin (o algo muy cercano) del racismo en Estados Unidos. Por primera vez, un afroamericano alcanzaba la cima del poder mundial y, no sólo eso, lo hacía acompañado del voto popular. Parecía la culminación de un proceso vindicativo, de apertura social (al menos en EU). Ocho años después y con Donald Trump convertido en una amenaza latente en la carrera electoral, las fisuras de esa idea comenzaron a emerger. Una franja, gigante, del territorio norteamericano salió a las urnas para dejar claro que lo suyo no es la aceptación racial, o sí, pero no si toca los privilegios históricamente recibidos. Make America Great Again, sólo si es la América que me representa. Ése es el contexto en que se aparece ¡Huye! (Get Out, 2017), la ópera prima del realizador Jordan Peele.

Chris (Daniel Kaluuya) se encuentra un poco nervioso, pronto conocerá a los padres de su (reciente) novia, Rose (Allison Williams). La tensión surge porque ellos desconocen el color de piel de la nueva pareja de su hija, aunque ella asegura que no habrá ningún inconveniente. “Mi papá volvería a votar por Obama”, asegura la chica con vehemencia. Un par de incidentes en el camino (un ciervo atropellado, un policía racista) dejan entrever que el fin de semana no será un paraíso, menos cuando Chris descubre que habrá una magna fiesta familiar y los pocos hombres de color que hay en el pueblo tienen un comportamiento muy extraño: su piel es igual a la del protagonista, pero hay algo en su mirada que provoca desconcierto y nadie más parece notarlo.

Peele aprovechas las viejas figuras del cine clásico hollywoodense (el afroamericano bueno y sonriente; jardinero o sirviente siempre obediente, sin rastros de rencor racial) para hacer funcionar su película. El realizador cuestiona de manera continua la manera en que el cine de su país se ha forjado una imagen a modo del comportamiento de la comunidad afroamericana y todo aquel que no se adapte debe ser transformado, despojado de todo rasgo cultural para entrar en el molde.

Eso enlaza a ¡Huye! con otro trabajo reciente sobre el lugar que ocupan los afroamericanos en la sociedad estadunidense: No soy tu negro (2016). El documental de Raul Peck utiliza los textos y las ideas de James Baldwin para mostrar el miedo latente en la población blanca de su país contra todo lo que luzca diferente. El cine no estaba exento de ese miedo, por eso Get Out referencia de manera directa a cintas como ¿Sabes quién viene a cenar? (Guess Who’s Coming to Dinner, 1967) o They Won’t Forget  (1937).

Por eso Chris y el venado atropellado en la carretera se relacionan. Como el animal, nuestro protagonista es un inocente viajero que descubrirá de golpe la manera en que la realidad se maneja detrás de él, aun cuando la máscara asegura que es fanática de la cultura afroamericana. Todos somos fanáticos de Air Jordan, ¿no? Jordan Peele confeccionó una cinta básica pero efectiva para nuestros tiempos y le ha dado a su comunidad un final al cual aspirar.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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