Adam, Neil y Dede, tres adictos al sexo, buscan curar su condición en el grupo de autoayuda de Mike. En medio de su lucha para superar su adicción Adam intentará curarse por medio de su relación amorosa con la bella y sensual Phoebe; Neil y Dede se ayudarán mutuamente brindándose la amistad que tanta falta les hace; mientras que Mike debe lidiar con el regreso de Danny, su hijo alcohólico que volvió a casa inesperadamente.
Gracias por compartir (Thanks for Sharing, 2012) es una película que quisieron vender como comedia romántica, pero que tiene muy pocos momentos cómicos y no es para nada romántica. Sí hay algunas escenas que bien podrían encajar perfectamente en algún chick flick, pero se olvidan rápidamente por todos los momentos incómodos y dramáticos que muestran lo difícil que es vivir con una adicción.
Todo gira más bien en torno al esfuerzo que hacen los personajes por salir del hoyo en el que se encuentran, pero los prejuicios y la poca aceptación de la gente les complica el proceso. En el caso del alcoholismo muestra cómo la falta de confianza gracias a un oscuro pasado no deja que las viejas heridas sanen, más bien parece abrirlas aún más.
Y en el caso de los adictos al sexo retrata cómo la gente puede perder amigos, familia, trabajos, etc.; personas que llegan al extremo de encerrarse en un cuarto sin ningún distractor por culpa de esa incontrolable necesidad de tener placer sexual a todas horas y de cualquier modo.
Los personajes están solos, el grupo de autoayuda es el único apoyo que tienen, pero todo se limita a las cuatro paredes del cuarto donde son las reuniones y a sus padrinos; cuando salen del lugar deben ver por sí mismos y luchar contra sus demonios sin nadie que les dé ningún ánimo ni ninguna ayuda para evitar que tengan una recaída.
A pesar de ser un tema serio y complicado no llega a ser uno de esos dramones insoportables, precisamente son esos pocos momentos de comedia que llega a tener, principalmente por la actuación de Josh Gad, lo que logran discretamente distraer un poco de la tensión que hay a cuadro.
La película al principio no tiene pies ni cabeza, uno tarda en entender hacia dónde va la trama y qué es lo que se nos quiere contar, poco a poco agarra forma y levanta, pero después se vuelve a caer y prácticamente se tambalea en un sinnúmero de altibajos con un final bastante decente que es lo que termina por salvarla. No es mala, pero tampoco nada espectacular.
Por Luis Arredondo