La décimo primera edición del DocsMX: Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (antes conocido como DocsDF) inició con la proyección de ¿Dónde invadimos ahora? (Where to Invade Next, 2016), el más reciente documental de Michael Moore.
Como ya es una costumbre en su cine, el norteamericano intenta entender mediante el humor y la observación aguda los grandes problemas que aquejan a su patria. Partiendo, en este caso, desde la suposición de que el gobierno le pide ir por el mundo “invadiendo” países para apropiarse de sus mejores rasgos culturales o, en su defecto, de políticas públicas favorables.
Dos de nuestros colaboradores discuten sobre la película:
Rafael Paz (@pazespa): He de decir que durante un tiempo de mi adolescencia fui muy fan de Michael Moore (sobre todo de Masacre en Columbine y Fahrenheit 9/11). Creo que su ligereza de tono y la manera en que lograba usar el humor en temas claramente escabrosos (una masacre estudiantil, la caída de las Torres Gemelas) eran exactamente lo que necesitaba en esa época: una introducción sencilla y medianamente clara a problemas políticos profundos.
¿Dónde invadimos ahora? es, claramente, una continuación de ese estilo. Moore sabe que su país tiene problemas profundos (basta con ver cualquier día las noticias sobre la elección presidencial norteamericana para comprobarlo) y que la solución está fuera de sus fronteras. Hay un intento por poner en evidencia lo poco justa que es la sociedad en la “Tierra de la Libertad”. Ya en Sicko (2007) había intentado algo similar, aunque aquí me parece más logrado.
Sin embargo, al final me deja un sentimiento de caída, de chiste fácil combinado con obviedades en medio de apuntes contundentes (los motivos detrás de la guerra contra las drogas, por ejemplo). Es como si Moore hubiera decidido sólo dar una cachetada y no la nalgada completa. Superficial, pues.
Icnitl Y García (@Mariodelacerna): El humor es una de las vías más inteligentes para desarticular un discurso anquilosado, repetitivo y dogmático. Moore domina ese territorio: la accesibilidad irónica y contrapuntos logran una criticidad que si bien no es nueva, es valiosa por mostrarla sin pudor en una época en la que las salas son anegadas por películas atravesadas por la problemática del narcotráfico maniqueo en el que Estados Unidos es una víctima.
Las próximas elecciones no son un dato anecdótico; sabemos que una de las estrategias fundamentales para que el proyecto económico hegemónico siga vigente, es la difusión de conceptos disfrazados de cultura y hechos verídicos. ¿Dónde invadimos ahora? se posiciona como una mircroresistencia frente a una cultura del rechazo, del patrioterismo y el autoencumbramiento.
Es precisamente ahí donde la película se desfonda: la articulación previa que recoge testimonios, investigación, sentido común, humor y un esfuerzo de síntesis conceptual se desvanece cuando el propio Moore, en voz en off, sigue demarcando las fronteras que en apariencia podría derribar; su discurso sigue incorporando un “nosotros” que hace referencia sólo a Estados Unidos, como un Estado-Nación autojustificable, valioso y poderoso. Si Moore sigue validando una ideología de los límites que excluyen lo distinto, entonces, sigue haciendo falta más formación, más crítica y sobre todo, más desculturalización.
@pazespa: Exacto. Me llamó mucho la atención que incluyera a México en una lista de países donde la educación es gratuita. En teoría es cierto, pero en la práctica… no tanto. Me agrada el lado catártico de la película, nos reímos porque estamos peor de lo que relata Moore. Tristemente la única solución a nuestra realidad es ésa, la risa.
Hay como bien dices un distanciamiento en cuanto a otros países. La elección de Estados Unidos es un evento local que termina por repercutir en todo el mundo. Perdí la cuenta de las ocasiones en que las políticas sociales europeas casi me sacan una lágrima de tristeza, porque veo imposible que alguna nos toque a nosotros.
También, pienso, con el pasar de los minutos Moore va diluyendo el discurso. Al final del día no se trata de mostrar admiración por lo que hace el otro, sino rectificar que en efecto las grandes ideas sólo provienen de un lugar: ‘Merica.
@Mariodelacerna: Moore establece al principio de su trabajo que no va en busca de la maleza, sino de las flores. Lo flojo de esa afirmación es que no se puede separar una de otra: la naturaleza es completa; nuestro afán de estratificación es lo que nos hace parciales.
El recorrido trazado por los países primermundistas europeos y sus políticas de vanguardia de la vanguardia, nos muestran mundos posibles imposibles en una cultura laboral y política como la mexicana: Italia y sus 8 semanas de vacaciones pagadas al año, cuando en México, por ley, sólo permiten 6 días el primer año de actividad; los sistemas educativos de formación y no de creación de mano de obra; la responsabilidad social con los presos; una cultura alimenticia desde la infancia… sí, suenan hasta hiperbólicas, pero por la misma intención de Moore, por su montaje y su trabajo de jardinero. Sin embargo, hay un subtexto mucho más complejo y gris que el planteado en el documental, subtexto que no niega la importancia de esas políticas que parten de otra formación y de otra educación.
Siempre me causa conflicto un trabajo inmediato, que presenta “la información” tal cual es; siento que subestiman al lector. Sin embargo, también creo que esa labor es necesaria. ¿Recuerdas que saliendo de la función vimos un grupo de oficinistas hablando del FOBAPROA y la corrupción en México? Si ¿Dónde invadimos ahora? es el motor de esa reflexión, entonces, creo, es fundamental. El problema está, en que como la risa, nunca dura demasiado.
@pazespa: La vida se nos va en el puro ja ja ja.
En otros temas, ¡larga vida al DocsMX!
