“Cortamos la realidad y la ponemos en orden”: Hernán Vilchez sobre ‘Los últimos guardianes del peyote’

“Este documental no tiene nada de tradicional en su producción o surgimiento. Empezó de una manera muy loca y se fue haciendo espontáneo, complicado.” Así describe el director Hernán Vilchez a su película Huicholes: Los últimos guardianes del peyote (2014), que se estrenará a nivel mundial el próximo 17 de mayo en Real de CatorceSan Luis Potosí.

El proyecto nació como un pedido del pueblo wixárika, según narra el propio Vilchez: “Desde el principio fue cumplir con el pedido que nos hizo el pueblo wixárika con sus representantes en San Andrés Cohamiata. Concretamente nos pidieron –estábamos ahí para pedir permiso para otro proyecto de la televisión alemana– hacer un documental de su lucha para salvar Wirikuta, porque ellos están muy preocupados con el tema de las concesiones mineras”.

“Queremos aportar no sólo a ellos, sino a todos los actores involucrados y la sociedad mexicana en general. Es un caso emblemático, donde poca información real, fidedigna, fue entregada a la audiencia. Se ve en la película: el pueblo wixárika no se sentó con la minera. No les explicaron en su idioma, como dice la ley, cómo era el proyecto técnicamente, económicamente, ambientalmente. Cómo les va a afectar la explotación. Ellos no lo saben”, destaca el realizador argentino.

Como se narra en documental de estilo etnográfico, el desierto de Wirikuta se encuentra en peligro por diversas concesiones otorgadas a empresas mineras canadienses durante el sexenio de Felipe Calderón. De llevarse a cabo los trabajos de explotación y perforación, más de 140 mil hectáreas declaradas reserva natural estarían en riesgo de desaparecer, junto a los lugares sagrados de la comunidad wixárika.

A pesar de asegurar que no le gustaría meterse en la política mexicana por ser extranjero, Vilchez asegura: “Calderón cometió un error; después quiso resolverlo. De verdad querían solucionarlo. Se dieron cuenta tan tarde, que ya no había manera. Es una historia complicada porque era una reserva federal, la gente lo impugnó y quedó en la nada. Entonces no se hizo nada”.

Uno de los principales motivos tras la producción del documental es combatir la desinformación en torno a la lucha por salvar el “Corazón del Mundo” de los wixárika del proyecto minero aprobado por el gobierno calderonista, que promete traer empleo y progreso a la zona.

¿Buscan combatir la desinformación?

“¡Claro! Tratamos de combatirla. Esa gente no sabe, realmente no fueron muy claros. No les explicaron ni de un lado ni del otro cómo son los proyectos. Qué posibilidades tienen. Nadie los ayuda. Todas esas cosas son las que se plantea el documental. Queremos que ellos sepan, es fundamental, porque si no, pasa lo que pasó en Argentina. La gente pedía trabajo, en el caso de la Mina Alumbrera; estaba contenta: ‘Que vengan, que vengan’. Vinieron. Después se dieron cuenta de lo que puede significar un proyecto que no está bien planificado. Porque sí, actúan, y actúan a gran escala. Consumen muchos recursos”.

Dentro de su tejido narrativo, Huicholes: Los últimos guardianes del peyote se toma su tiempo en dar espacio a todas las voces alrededor del conflicto. Funcionarios del gobierno federal y municipal son entrevistados, así como expertos en biología, ingenieros químicos, derechos humanos y pobladores de Real de Catorce, comunidad que se vería beneficiada, de operar la mina. Tratar de ser plurales era una preocupación toral para el proyecto, según su director.

Los documentales “se pueden usar para educar una consciencia crítica. Lo que tratamos de hacer nosotros fue poner todas las voces sobre un tema. Eso te da la posibilidad de tomar una decisión propia, analizar y darte cuenta de qué trata el problema. Los medios en general siempre son muy parciales. Tienen intereses atrás, hay agendas. No mienten; dicen la verdad a medias. Muy sesgado y siempre con el interés atrás”, añade Vilchez.

Además apunta que “el documental nunca es objetivo. Siempre tiene la visión de los realizadores. Cortamos la realidad y la ponemos en orden, con un aderezo de color entre el mensaje que nos interesa transmitir”.

Para José Andrés Solórzano, director de fotografía, es vital ilustrar al público sobre este tipo de problemáticas por medio del documental. “La educación se ha vuelto un bien de cambio. En las universidades se fragmenta el conocimiento y se vende. Eso a nivel global está generando muchos problemas. El lado wixarika es otra manera de pasar el conocimiento. De aprehenderlo, viene a ser un contrapunto muy fuerte. No todos los documentales –ilustran–, pero me gustaría pensar que éste no está intentando de educar sino que abraces el conocimiento”, puntualiza.

Siguiendo con sus maneras nada “tradicionales”, la película tendrá cinco fechas de estreno en territorio nacional, como cinco son los colores del maíz consumido/adorado por la comunidad wixárika. El estreno mundial será el próximo 17 de mayo en la Alameda de Real de Catorce; de ahí pasarán a Estación Catorce el 18; San Andrés Cohamiata, Jalisco, el 20; Ciudad de Guadalajara, el 22, y, cerrando, en el Monumento a la Madre en el Distrito Federal, el 24 del mismo mes. Después será distribuida por medio de un servicio de streaming, cuyas ganancias serán destinadas a la lucha por Wirikuta.

Para el documentalista argentino es importante empezar el recorrido de la cinta en Real de Catorce: “Fue donde nos pidieron hacerla. Vamos a mostrarla ahí donde ocurren las cosas, donde están los protagonistas, donde es el conflicto. Así lo imaginamos; nos pareció lo más correcto e hicimos una película para aportar a un conflicto que nos parece emblemático. Queremos que sirva“, reitera.

Durante el proceso de producción, ¿tenían algún tipo de público en mente?

“Sí, queremos que lo vean todos. Los jóvenes que mañana van a manejar este mundo. Les va a quedar a ellos. Prepararlos para que mañana sean un instrumento de su pueblo. Lo que tiene de lindo el cine es que lleva imágenes de historias y conocimiento a largas distancias. Puedes ver esta película dentro de 50 años y vas a ver cómo es este pueblo y su lucha. Es una inspiración para otras culturas ahora mismo en otros lugares del mundo. Pensamos que tiene que ser entendible para cualquier edad, cualquier país y cultura. Especialmente para los jóvenes”.

El marakame José Luis Ramírez es el líder de la comunidad wixárika y quien encargó el documental cuando Hernán Vilchez le pidió participar en un reality show de la televisión alemana. Afirma que el documental era lo que esperaba.

¿Usted cómo los vio peregrinando –a Vilchez y Solórzano–? ¿Aguantarían otra vez?

“Sí. Por qué no. A ver si aguantan”, contesta, sin poder contener la risa.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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