‘Conexión mortal’: En plan de zombies

Una de las postales más comunes de nuestros días es ver a varias personas entorno a una mesa, el escenario supondría que están charlando, conviviendo, intercambiando puntos de vista sobre algún tema, pero no, nada más están viendo fijamente la pantalla de su celular. Parecen (parecemos) atontados por la luz emitida, como insectos a una lámpara.  

En Conexión mortal (Cell, 2016), los resultados de esa indiferencia por el entorno son llevados al extremo. Clay (John Cusack) está en un aeropuerto, a punto de tomar un avión que lo lleve a conseguir el trabajo de sus sueños, tiene en la línea a su esposa pero su celular está fallando.

Justo cuando se queda sin batería una extraña señal sale de los aparatos y hace que todos los que estaban conectados pierdan el control. De un momento a otro comienzan a atacar, a matar a todos a su paso. Clay logra escapar de la primera ola mortal de este Apocalipsis, pero ¿qué pasó? ¿Quién logró sobrevivir? ¿La tecnología se volvió contra nosotros?

Son preguntas que nunca serán contestadas. La cinta está inspirada en Cell, una novela escrita por Stephen King en la que el autor, según lo ha comentado en varias entrevistas, hace un homenaje a los zombies creados por George A. Romero (La noche de los muertos vivientes). Las referencias están ahí, de frente, aunque están más cercanas a The Crazies (1973) que a la saga protagonizada por los muertos vivientes.

Aunque a diferencia de Romero, el director Tod Williams (Actividad paranormal 2) falla al intentar de darle un poco de claridad –o interés– al guión firmado por el propio King, lleno de personajes secundarios y situaciones que parecen más unidas por el azar que por un desarrollo orgánico de la trama.

Las ideas detrás son llamativas, después de todo sí vivimos como aletargados por las pantallas de nuestros celulares. Salir a comer es un reto, cuando los demás comensales están más preocupados por tomar fotos de su comida que por comerla. Tampoco es que King esté encontrando el hilo negro, pero en el fondo de ese tema hay una película bastante atractiva.

Sin embargo, Conexión mortal nunca llega a ese punto. Las intenciones están ahí, la ejecución no. Como ese enemigo omnipresente llamado el Presidente del Internet, al parecer puede estar en todos lados, aunque no lo suficiente en la trama. Su presencia es la mayor amenaza de los protagonistas, pero nunca está ahí como para resultar preocupante.

Quizás el internet funciona de la misma manera, que el déficit de atención sea el verdadero malo del cuento.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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