‘Premam’: Crecer y amar en un rincón de la India

Pese a la supuesta globalización moderna, el cine de la India sigue existiendo en un mundo muy aparte del resto del ecosistema fílmico mundial. Indiferente tanto para la cartelera comercial como para el festival de cine promedio. El primero lo considera muy exótico y difícil de vender al publico masivo, algo que tiene sin duda bastante de cierto. El segundo, no tiene el mínimo interés en otro cine que no sea el que viene de Europa, alimentando una imagen superficial del arte como algo exclusivo de dicha zona o imitaciones de ella, salvo raras excepciones. Muchos aun con la idea de que el cine del país asiático se reduce a un puñado de cintas “bobas” donde la gente baila y canta, todo esto aderezado con peleas y romances exagerados que ningún crítico o aficionado “serio” al cine debe perder su tiempo en ver.

La realidad es distinta claro está. La India cuenta con múltiples industrias regionales funcionando al unísono, cada una ofreciendo cine en el idioma respectivo de su latitud, con sus propias estrellas y modismos cinematográficos. Desde Bollywood pasando por Kollywood, al cine Tamil y Tollywood. Además del cine hablado en Telugu, también está el de Marathi, Malayalam, Bengali y así sucesivamente. Dado que la India cuenta con mas de 20 idiomas oficiales, y cada uno de estos es hablado en promedio por 30 millones de individuos, la increíble diversidad de cintas y temáticas que existen es algo que ningún otro país del mundo posee.

El cine Malayalam no contara con los mismos números de producción y presupuestos que tendrá Bollywood, el absoluto gigante fílmico del país. Pero como otras industrias de provincia, ha tenido un surgimiento de talento fresco y joven que ha logrado combinar sensibilidades locales e internacionales, a la hora de contar sus historias. Han sabido fusionar elementos muy propios de su cultura con un lenguaje lleno de vitalidad. Cine hecho de manera profesional y competente, ambicioso y original. Premam es un claro ejemplo de esto.

Su director y guionista, Alphonse Puthren, entrega en pantalla un entrañable relato. Acompañando la vida de un hombre durante 14 años. Pero aquí no se invirtieron varios años en tiempo real para captar a su protagonista, como lo hiciera de manera extremadamente superficial Boyhood. Premam utiliza no un truco efectista, sino un guión trabajado con mayor consciencia. Que se plantea desde un inicio narrar con seriedad las vicisitudes de alguien que, como cualquiera de nosotros, busca su felicidad y un amor auténtico.

¿Somos nosotros los que definimos nuestras relaciones de pareja o éstas nos definen a nosotros? Es una pregunta interesante y el guión se plantea averiguarla. La historia se divide en 3 segmentos, siguiendo 3 etapas de la vida de George (Nivin Pauly), un joven lleno de ganas de sacarle jugo a la vida, acompañado de amigos inseparables y siempre perseverante en sus conquistas amorosas. Premam, palabra que significa amor, nos lleva por cada pasaje con una cámara dinámica, y una narrativa llena de sabores. Primero veremos a George vivir un amor juvenil, que como todos los romances de juventud opera más en el plano ilusorio que real. Idealizado a morir, torpe, pero eso si, lleno de esa absoluta sinceridad que posee el primer amor.

Los siguientes segmentos trataran con un amor más trascendente para George, de esos que marcan a una persona, y el tercero será el de un adulto maduro, con mayor experiencia de vida. Todo esto complementado con canciones, humor, momentos dramáticos y otros mas impredecibles. Como la vida misma, la cual se ríe de nosotros cada vez que pretendemos trazar planes. Veremos a George cambiar, física y mentalmente, ver su perspectiva de la vida moldearse con cada nueva vivencia.

La música es parte fundamental en la cultura de la India y esta cinta no es la excepción. Aunque no son las elaboradas coreografías de un musical suntuoso de Bollywood. Las canciones de Premam se desenvuelven en un tono más natural y casual. De igual manera existe un sin fin de referencias culturales, incluyendo los rituales de cortejo tan característicos de esas latitudes. Hablar con los padres de la dama en cuestión, pocas citas después de conocerla, para empezar a planear una futura boda suena descabellado en el mundo occidental, pero es una práctica tradicionalista que tiene sentido para los habitantes de la India. “¿Te casas por amor o por que fue arreglado?” Cuestiona en un momento un personaje a otro, y eso levanta también otra interrogante: ¿puede existir el amor en una sociedad que se rige por rituales que pueden ser tan arcaicos y herméticos? Es algo que George tendrá que averiguar, y que le costara muchas lagrimas, sudor y risas.

El triunfo de una cinta como Premam es la honestidad con la que aborda un tema en apariencia trillado, y que fácilmente se puede prestar para frivolidades y lugares comunes. Con una actuación sumamente trabajada de su actor protagónico, una cámara inquieta, y un guión que entiende lo agridulce que puede ser la vida. Premam salta fronteras y barreras de idioma o cultura. El resultado es una historia memorable, por que habla de la condición humana, y lo hace sin superfluos trucos. Lo logra abriendo el corazón, como un libro abierto, hojeando cuidadosamente cada pagina que lo compone.

Por Rubén Martínez Pintos (@SartanaDjango)