Ahora que lanzó su autobiografía, But Enough About Me, la leyenda de la pantalla e ícono sexual de los 70, Burt Reynolds, ha estado promoviéndola y durante una entrevista con The Guardian contó cómo fue su relación con Paul Thomas Anderson durante el rodaje de Boogie Nights: Juegos de placer (Boogie Nights, 1997), y al parecer no fue nada buena.
Según cuenta el actor, Anderson era “joven y engreído” y filmaba cada escena como si fuera la primera vez que se hubiera hecho en la historia. En resumen, “lo odiaba”, pero ello no impidió que el joven cineasta lo invitara a trabajar con él en su siguiente proyecto: Magnolia (1999). Quién sabe qué tan cierta sea la historia de Reynolds, pero ahí está su versión. Ya veremos si responde Anderson. Mientras tanto, recordemos uno de sus grandes momentos trabajando juntos.