El general ateniense Temístocles intenta frenar el avance de la flota persa comandada por Artemisia, aliada del “dios rey” Xerxes, paralelamente a la Batalla de las Termópilas entre espartanos y persas. Temístocles enfrenta una flota más grande y poderosa que la griega mientras intenta convencer a los gobernantes de las principales ciudades, sobre todo a Gorgo, la reina espartana, de hacer una alianza para derrotar a Xerxes y su ejército.
La segunda adaptación de las novelas gráficas de Frank Miller es, al igual que su antecesora, una oleada de secuencias de acción bañadas de sangre, violencia y muerte a manos de fuertes, marcados y varoniles hombres semidesnudos. Y además, en esta ocasión, honran al público masculino con la presencia de la sexy y hermosa Eva Green pateando algunos traseros griegos.
El director israelí Noam Murro fue quien tomó la batuta del proyecto tras el cese de Zack Snyder como director. Murro hace un gran trabajo de dirección y, basándose en lo que ya había hecho Snyder, logra una muy buena adaptación que seguramente dejará satisfechos a todos los fans de 300.
La película conserva la esencia de la primera parte, una atmósfera oscura, secuencias de acción que mezclan cámara lenta a la hora de clavar un arma en el enemigo, sangre que salpica a la cámara, largos discursos acerca de la libertad y de morir con honor, tomas desde el punto de vista de las flechas, etc., además de tener un poco más de desarrollo en la historia.
En ésta nos muestran los orígenes de Xerxes, cómo fue que llegó a convertirse en el poderoso gobernante que es, quién es Artemisia y cómo nace la alianza y, por supuesto, termina de contar lo sucedido con Esparta tras la dolorosa derrota del rey Leónidas y sus 300 soldados.
Las batallas en el mar son impresionantes. Con largos y vistosos planos secuencia, Murro nos transporta a los aparentemente débiles barcos griegos mientras atacan a los poderosos navíos persas en una orgía de violencia con soldados ahogados, quemados, aplastados y partidos en pedacitos.
El talón de Aquiles que tiene la secuela es Sullivan Stapleton como Temístocles. Gerard Butler dejó la vara muy alto como Leónidas, y el pobre Stapleton no logra llegarle ni a los talones como el masculino líder gritón, carismático y rompehuesos que, hubiéramos esperado, continuara con su legado (neta ¿cuántos no hicieron el sonidito ese de foca de “¡Aú aú!” en respuesta a los gritos de Butler?).
Eva Green es la que se lleva la película ella solita con su interpretación de Artemisia. Ella logra la empatía con el espectador con esa cara bonita y esos ojos verdes que con una simple mirada dejan en claro que está a punto de agarrar a trancazos a quienquiera que se le ponga en frente. Es ella la que hace la chamba que debió haber hecho Stapleton de llenar el enorme hueco dejado por Butler.
La película cumple; no me atrevería a decir que es mejor que la primera, pero claramente está a la altura e incluso llega a ser más violenta, excesiva y gráfica. Una película para hombres que definitivamente les saciará con creces esa sed de sexo, acción y sangre.
Por Luis Arredondo
