Shopping, fashion y matchmaking: el chick-flick de ‘Clueless’

Las fiestas, los antros, la boleta de calificaciones, los maestros, las asignaturas difíciles, educación física en el patio, la bolita de amigos, los trabajos en equipo, los días de pinta, las bandas de moda, entre muchas otras cosas, representan las vivencias más usuales al cursar los tres años de la preparatoria.

Si bien la rebeldía, la inseguridad, el ligue, la graduación, los autos, el primer amor, la moda, las primeras decepciones, el sexo e incluso la mota son otros aspectos inevitables del cliché del high school theme, en Clueless (1995), se muestran con tintes de fantasía e ingenioso sarcasmo, trasladando a la novela Emma, de la escritora británica Jane Austen, a una preparatoria de élite en el Beverly Hills de los 90.

Incluso la cinta es un referente de la moda estadounidense de los 90 (cuando los estampados de cuadros y rayas eran lo más in), consagrando de paso a Alicia Silverstone como actriz en dicha década, así como a la difunta Brittany Murphy.

Cher Horowitz: la niña fresa del campus

A Amy Heckerling no le resultaba extraño el cine sobre escolares, al explorarlo en 1982 con la cinta de culto Fast Times at Ridgemont High (con Sean Penn como un irreverente fósil estudiantil amante del surf). Con Clueless, la cineasta centra su atención en Cher Horowitz (Alicia Silverstone), una chica linda y nice de la preparatoria Bronson Alcott de Beverly Hills, proveniente de una familia adinerada.

Su frivolidad, simpatía, amor por las compras, un enorme conocimiento de la moda como si su biblia fuera la revista Cosmopolitan y el excesivo cuidado en elegir su ropa (con sugerencias de un programa de computadora fashionista) la vuelven una de las alumnas más populares de la preparatoria junto a Dionne (Stacey Dash), la amiga incondicional con quien comparte mucha de sus aficiones, además de comprender sobre lo que es ser objeto de las envidias, en palabras de la protagonista.

Cher, como toda chica de las altas esferas, vive en una mansión con su padre, Mel (Dan Hedaya), un sagaz y poderoso abogado de Beverly Hills, quien además de complacer sus caprichos, la insta a superarse en sus calificaciones. Por vacaciones de la universidad llega Josh (Paul Rudd), su ex hermanastro, con quien discute amistosamente, molestándose el uno al otro por sus distintas personalidades: él, por su idealismo y sus camisas con tendencia grunge, ella, por su vanidad y superficialidad.

A su vez, le gusta salirse con la suya, aún cuando en el proceso muestra su lado afable, cuando asume el papel de Cupido para emparejar al señor Hall (Wallace Shawn) y a la señorita Geist (Twink Caplan), dos profesores solitarios, con el claro objetivo de negociar el aumento de bajas calificaciones y, de paso, llevarse mejor con ellos. Inclusive Cher demuestra que, aunque está rodeada de frivolidad y lujos (evidente en su costoso y enorme guardarropa), es una muchacha amable, al cuidar la alimentación de su padre.

A causa del éxito de su primer matchmaking en la escuela, se propone socorrer a la desaliñada Tai (Brittany Murphy), alumna de nuevo ingreso, para cambiar su imagen y convertirla en alguien popular y bonita. Así, descubre que ayudar a otros la hace feliz, aunque también necesita de vez en cuando ayuda para resolver sus propios problemas emocionales.

Las eternas tribus en las escuelas

La historia, de pluma de la propia Heckerling (encontrando su segundo vehículo de culto en una serie de televisión), recrea de una manera mordaz y satírica el estilo de vida de Cher (quien es capaz de prescindir del reloj si no combina con un elegante vestido) y de todos sus compañeros de clases, haciendo guiños a íconos culturales de los 90, siendo ejemplos de ello las menciones de Ren & Stimpy y Marky Mark (ese mote con el que era famoso Mark Wahlberg antes de volverse un actor respetable).

Además, y como suele esperarse de la temática, se encuentran los estereotipos sociales, fáciles de descubrir en cualquier preparatoria del mundo: fresas, skaters, nerds, hippies, etc.

En un inicio, Cher excluye de sus amigos a todo aquel que no sea ni popular ni mucho menos un caballero con una chica. Entre los alumnos de Bronson Alcott están Murray (Donald Faison), el hilarante novio de Dionne; Travis (Breckin Meyer), un impuntual skater interesado auténticamente en Tai; Christian (Justin Walker), el refinado objeto amoroso de Cher cuyo gusto por el arte y la moda delatan su homosexualidad; Elton (Jeremy Sisto), el snob que cree que debe mantener un noviazgo con una chica de alta clase, siendo en un inicio el intento de matchmaking para Tai, y Amber (Elisa Donovan), la némesis en popularidad, el buen vestir y en todo lo concerniente a cuestiones escolares.

De la eminencia en el Fashion Emergency a la autorreflexión

Obsesionada con elevar el estatus social de Tai, Cher contempla cómo aquella creación de su propia imagen y semejanza logra opacarla en los rankings de popularidad, llevándola a reevaluar su vida. La catarsis, también provocada por su cómica dificultad para obtener una licencia de conducir, desemboca en la realización de mayores acciones a favor del prójimo por parte de Cher (después de meditar al irse de shopping a las boutiques), en ver las noticias internacionales en CNN, en volverse susceptible a los desastres ambientales y en su renovada tolerancia con los diversos grupos sociales, para así, lograr reconocer al verdadero amor de su vida.

Con la pintoresca revisión de un clásico literario, Amy Heckerling va diluyendo de Cher Horowitz, aunque sea un poquito, el lado vano de los ricos y famosos de Beverly Hills.

Por Mariana Fernández (@mariana_ferfab)

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