‘Posesión infernal’: Sanguinolenta rehechura

Cinco jóvenes llegan a una cabaña en el bosque —¿cuántas veces hemos visto esto?—, el lugar es aterrador. Pronto descubrimos que no están ahí para disfrutar de un bello fin de semana en las montañas, no, su objetivo es ayudar a Mia (Jane Levy de Suborgatory y Shameless) a superar su adicción a las drogas.

Al explorar el lugar, nuestros protagonistas descubren que en el sótano se practicó lo que parece ser un ritual satánico. Eric (Lou Taylor Pucci) encuentra un libro cubierto de piel humana y, siguiendo los parámetros del género, lo lee. Su inocente y estúpida acción despierta a un espíritu maligno que habita en el bosque. Un ente que no permitirá que se marchen hasta saciar su sed de sangre.

Esas líneas de arriba son la descripción del argumento de Posesión infernal (Evil Dead, 2013), remake de ese espectáculo en plan gran guiñol de bajo presupuesto estrenado en 1981, The Evil Dead. Dicha cinta terminaría por ser el primer escalón de una trilogía, junto a Evil Dead II (1987) y Army of Darkness (1992), que dio fama al director Sam Raimi y encumbraría a Bruce Campbell —su protagonista— como actor de culto por excelencia.

El realizador uruguayo Fede Álvarez fue la persona elegida para darle un respiro de aire fresco a la franquicia, Raimi y Campbell decidieron tomar el papel de productores. Es la primera vez que Álvarez se encarga de un largometraje, sus anteriores trabajos se limitaron al cortometraje, destacan: Ataque de pánico! (2009) —donde unos robots gigantes invaden y destruyen Montevideo— y El cojonudo (2005).

En sentido estricto, la versión de Álvarez sería el segundo remake, siendo que Raimi prácticamente rehizo la película original en Evil Dead II. Las diferencias entre uno y otro recaerían en la forma en que cada una de las rehechuras fue pensada.

Ambas agregaron varios litros de sangre a la hemoglobina que salpica cada fotograma de la original, pero, mientras Raimi combina altas dosis de violencia con humor negrísimo, Álvarez opta volver oscuro su relato despojándolo de cualquier rastro de socarronería.

Así, Alvarez inscribe su trabajo en la corriente del torture porn —que ha tenido cierta popularidad en Francia en los últimos años—, acercándolo a productos como Guinea Pig (1985) de Satoru Ogura; La frontera del miedo (Frontière, 2007), Xavier Gens; Martirés (Martyrs, 2008), Pascal Laugier; A Serbian Film (Srpski film, 2010), Srdjan Spasojevic; o The Human Centipede [First Sequence] (2009), Tom Six.

Lo más importante en el sub-género es provocar al espectador por medio automutilaciones o torturas, cada una más cruel y sádica que la anterior. Como en Martyrs, donde un grupo religioso rapta y tortura jovencitas con la esperanza de encontrar a Dios. Sé que suena nauseabundo, y lo es, pero tiene su encanto… y al final del día es un gusto adquirido. No es para todos.

No es casualidad que los espectadores de la versión 2013 salgan de la sala comentando lo perturbados que se sintieron en la secuencia en que Olivia (Jessica Lucas) se arranca pedazos de la cara con un vidrio o ésa en que Mia decide convertir su lengua en viperina.

ED2

Tampoco es que la versión original no tuviera sus dosis de mutilación, pero esas acciones estaban imbuidas por el humor. Como si se tratara de una caricatura de Chuck Jones, la violencia era tan irreal que causaba risa. Lo que fue evidente en el cierre de la trilogía, Army of Darkness no es otra cosa que un tributo al slapstick.

Para Álvarez y su equipo, modernizar un clásico significa matarlo con seriedad y realismo. La historia de drogadicción es un giro acertado, los personajes terminan por creer que la posesión diabólica no es más que una etapa del proceso de abstinencia. La violencia se debe a la falta de cocaína en las fosas nasales y no a que un demonio merodea la cabaña.

Lo que tira por la borda el esfuerzo es el guión que no responde a la lógica creada por su propio universo. Se nos explica que el maligno encarnará cuando posea cinco almas y sin juntarlas todas aparece, por ejemplo. Y así, abundan los detalles que sabotean la trama.

El año pasado Drew Godard y Joss Whedon demostraron en La cabaña en el bosque (The Cabin in the Woods, 2011) que con ingenio y astucia se podía revitalizar el (sub)género al jugar con las convenciones del mismo. Extraña que Sam Raimi y Bruce Campbell lo hayan olvidado, aunque sólo hayan fungido como productores, cuando hicieron lo mismo en Evil Dead II.

Posesión Infernal dejará satisfechos a los que buscan chorros y no chisguetes de sangre que inunden la pantalla, aquellos que busquen algo más que una simple provocación o son ultras de la trilogía original probablemente quedarán decepcionados.

Por Rafael Paz (@pazespa)

    Related Posts

    Querían un robo perfecto: tráiler de ‘No respires’
    Primer trailer del remake de ‘Poltergeist’
    Trailer: ‘Pompeii’, la épica volcánica de Paul W.S. Anderson
    ‘Scary Movie 5’: Los chistes no se incluyen en el paquete
    ‘Maniac’: El desafortunado arte del remake
    ‘Oz, el poderoso’: Una aventura edulcorada

    Leave a Reply