‘Lord Don’t Slow Me Down’: Cuando Oasis homenajeó a los fans

El gran relato de Oasis y los hermanos Gallagher se construyó a través de los escándalos, declaraciones impulsivas, peleas y mucha cocaína, todas ellas capturadas en programas de televisión, entrevistas y, sobre todo, sus bestiales actuaciones en vivo.

Curiosamente, para ser una de las bandas que dominó el panorama del rock en la década de los 90 y ser uno de los buques insignia del Britpop (ahora olvidado y hasta visto con un poco de vergüenza por sus protagonistas), no hay tanto material filmográfico que haga justicia a su  carrera.

Para colmo, no hay un video ‘oficial’ que retrate el momento cumbre de Oasis: cuando el 10 y 11 de agosto de 1996 juntaron a 600,000 personas en el inmenso campo de Knebworth. Para muchos, el concierto más grande de la historia del rock.

La leyenda de Oasis la sabe todo mundo: después de la euforia de Definetly Maybe (1994) y What’s the Story, Morning Glory? (1995), todo empezó a ir cuesta abajo con Be Here Now (1997) hasta tocar fondo con Standing on the Shoulder of Giants (2000) y Heathen Chemistry (2002) y la ruptura definitiva en 2008 tras Dig Out Your Soul. Lo que no todos saben fue que la madurez alcanzó a Liam y a Noel entre 2005 y 2007. El testimonio de eso es Lord Don’t Slow Me Down, un documental hecho no para autoproclamarse de nuevo como la mejor banda del mundo, sino para rendir tributo a sus incondicionales. “Qué tan bueno sea el concierto, depende del público”, dice Liam en una parte.

Para algunos, el documental de Baillie Walsh puede resultar chocante o hasta aburrido, porque presenta la versión menos salvaje de la banda. Puede verse a Noel tener que soportar que unos locutores de radio italianos lo confundan con su hermano menor, a Liam rodeado de seis lindas chicas diciéndole: “sería genial estar en el concierto de hoy” y a él contestar: “Lo siento, todo está vendido”, o soportar las aburridas entrevistas que les hicieron durante la gira del Don’t Believe the Truth, entre 2005 y 2006.

Pero entre los viajes por Europa, Estados Unidos, Japón y Australia, puede verse al grupo ya no como parte de una guerra fratricida, sino como una familia que convive y charla un rato para pasar los tiempos muertos. Y hasta parecen disfrutarlo.

Para quienes siempre odiaron a Oasis por su arrogancia, Lord Don’t Slow Me Down muestra a los hermanos de Manchester mucho menos petulantes, capaces de reírse de sí mismos y  de disfrutar los momentos, sobre todo las actuaciones en vivo. Liam y Noel pudieron haber dejado las drogas, tener hijos y parejas estables, pero la comunión entre ellos y su público se hizo mucho más profunda con los años. Puede constatarse eso mediante los fragmentos de las presentaciones en directo y la energía de los fans, que desde antes de los conciertos entonan ‘Live Forever’ o ‘Don’t Look Back in Anger’, himnos que siguen pasándose de generación en generación.

El filme precisamente es un homenaje a los fans de Oasis, para quienes no fue solamente una banda de rock, sino un estilo de vida. Una forma de mandar a la mierda todo y estar bien con uno mismo a la vez.

El formato del documental es en blanco y negro, con paisajes de carretera y conversaciones en los camerinos, como si vieras una versión extendida de 100 minutos del video de Some might say. Para que la experiencia sea completa, el documental viene acompañado del concierto que dieron el 2 de julio de 2005 en el estadio del Manchester City. Imperdible para los amantes de la cultura mancuniana.

Por Francisco Muciño (@silverfxxk)

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